¡Trabaja, esclavo!

¡Trabaja!, joder, trabaja ya de una vez, que has venido a este mundo a trabajar. Hemos venido observando que no tienes a bien considerar ninguna de las innumerables ofertas de trabajo que los empresarios de este país te hacen llegar en esta fase del ciclo económico, que ya podemos denominar postcrisis (tal como nos lo dice quien manda) y que ya está en pleno crecimiento.

Hemos comprobado, por lo tanto, que hay innumerables parásitos que no quieren trabajar y esto se ha acabado. A esos seis millones que estáis mano sobre mano se os ha acabado el chollo.

Desesperados están los empresarios de tener tantos puestos de trabajo vacantes y no lograr que la gente vaya a trabajar y por eso ha llegado la hora de daros una lección: os vamos a hacer currar, quieras o no.

Vamos a empezar por los Ayuntamientos (hay que hacerlo todo gradual, con vaselina). Obviamente no te vamos a contratar, ni a darte Seguridad Social. Y es que estamos aprendiendo de los chinos. Te presentarás cuando digamos y donde digamos y trabajarás en lo que queramos, y ten en cuenta que todo lo que se te pida será “obra social” y cositas de "interés general". ¡Y hay de ti que digas que no quieres, que te peligra el subsidio de desempleo! Y si el jefe que vas a tener te machaca, te aguantas, que como no tienes derechos (no hay contrato), las reclamaciones las harás al maestro armero (ja,ja).

No te quejes de haber estado cotizando durante años a la Seguridad Social para tener un seguro de desempleo medio digno. ¿De verdad te habías creído que cuando llegase el momento de cobrar te lo iban a dar por la cara? Iluso currante.

Si te obligan a trabajar lo lógico es que te diesen un empleo, pero no, mejor así, trabajo temporal, a precio de saldo y sin derechos. Un neoesclavo.

Por lo tanto no te quejes. Ya llegará el día en que te darán un trabajo de verdad, aunque cuando llegué ese día ya no sé cuanto pagarán por él (ni sé si se le podrá llamar empleo) porque los empresarios quieren ya pagar por debajo del salario mínimo a la gente joven. Pero no te desesperes, siempre puede ser peor, ¿no?

Y da gracias a Dios por tener salud, que es lo más importante. Y agradece que el Estado te proteja.