jueves, enero 31, 2013

¡Ayyyyy! Casi…

Un piedro de “tan solo 60 metros” pasará rozando el próximo 15 de febrero la Tierra. Mira por donde los mayas casi lo aciertan.

Algunos pueden pensar que una piedra de 60 metros no supone problema alguno si impacta contra nosotros, pero esto no es así, ya que bastan 10 metros para que podamos considerarlos un problema, aunque impacten en el agua ya que podrían provocar un gran tsunami.

Esta vez, el 2012 DA 14, que así han bautizado al asteroide, pasará a 27.000 km. de nuestro planeta, por debajo de la órbita de algunos satélites de telecomunicaciones, que giran a una altura de 36.000 km.
Pero hay otro piedro ya bajo control (es decir con su órbita calculada), denominado Apophis (que así se llamaba el Dios egipcio de la destrucción), que pasará a 32.000 km. el año 2029 (y puede ser que mas cerca en 2036) y que tiene 300 m. Este haría mucho daño si impactase (la extinción de los dinosaurios hace 65 millones de años, para establecer proporciones, se cree que fue causada por un asteroide de 10 km., un impacto salvaje). Su impacto contra el suelo crearía un cráter de 1 km. de diámetro. 

La noticia sirve para saber:

1) Que existen tres telescopios automáticos instalados en la Sierra de la Sagra (Granada) y operados por el OAM que pueden captar objetos tan diminutos en el espacio a una distancia en este caso de 4.300.000 kilómetros. Esto si que es ver bien de lejos.

El 97% de estos piedros, conocidos internacionalmente como NEO (Near Earth Object), se descubren en EE UU, sobre todo con cuatro grandes programas de vigilancia del cielo financiados por la NASA y la Fuerza Aérea (USAF) y heredados de la guerra fría, cuando estos sistemas seguían los satélites soviéticos. Pero el 2,5% de los NEO se descubren desde España, por los expertos del OAM. El Rastreo Astronómico de La Sagra (LSSS, por sus siglas en inglés) ha encontrado, en cinco años, unos 6.500 asteroides lejanos, siete cometas y 65 NEO.

Me quedo sin saber si las instalaciones de La Sagra se dedicaban a seguir satélites rusos y ahora han sido reconvertidas.

2) Que los cálculos de mecánica celeste han llegado a tal grado de exactitud que según explica el director de la empresa espacial Elecnor Deimos en los modelos de computación se tiene en cuenta ya (además obviamente de los efectos del Sol y de los planetas) la presión de la radiación solar y los efectos de los 5.000 asteroides más grandes, logrando así una precisión enorme, de apenas unos centenares de kilómetros.  Si Laplace levantase la cabeza...

Por lo tanto, una vez detectado un asteroide, al poco tiempo se puede saber su trayectoria y más aún, su evolución a lo largo del tiempo, ya que la atracción de los planetas puede cambiar sustancialmente su órbita.

Cuando por las noche miro (ya sabéis que con Google Earth, que es gratuito, puede uno pasearse por la superficie de la Luna con todo detalle; aconsejo visitar Clavius, el cráter más grande y también echar una ojeada al lugar donde aterrizó el Apolo XI) la Luna y la veo cosida a cráteres (todos ellos debido a impacto de meteoritos y asteroides) no dejo de pensar que todo es cuestión de tiempo. Tarde o temprano (claro que la escala del tiempo en temas astronómicos es inmensa) alguno impactará contra la Tierra. 

¿Lo podremos destruir/desviar con los medios técnicos que disponemos antes de que nos destruya?

Los interesados en ayudar a los científicos a escudriñar el cielo y detectar asteroides ya pueden hacerlo desde casa y con su ordenador a través de una sencilla aplicación del Observatorio Virtual Español.

Lo que pasa es que comparado con las potentes instalaciones dedicadas permanentemente al tema se me antoja bastante improbable que sean los aficionados los primeros en detectar un asteroide importante.

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