En un artículo bastante interesante que
publica hoy El País titulado Austeridad, Álex Grijelmo nos explica que cuando se desata una guerra, una de las
primeras víctimas es la verdad. Y cuando se produce una crisis económica, los
primeros daños los reciben las palabras.
Nos dice Alex que entre los vocablos heridos por la recesión figuran los
términos “austeridad” y “austero”. Vivimos en la política de la austeridad,
debemos ser austeros; pero estas palabras ya no significan lo mismo que antes.
Pero quiero recordar hoy que hay una palabra que ha estado pervertida desde sus inicios y esta es la
palabra inflación.
Se enseña en las facultades de Economía que inflación no es lo mismo que
subida de precios, aunque en el acervo popular ambas acepciones de la palabra
signifiquen lo mismo.
Cuando a finales de los setenta en España se disparó una gran inflación,
alcanzando cifras del 20%, la palabra, que solo existía en el mundo económico, se
puso de moda y lo hizo al principio bastante mal, ya que por doquier se
pronunciaba con dos “c”: inflacción, lo que denotaba la ignorancia de mucha
gente respecto al tema.
Y ahora ves a explicar que subida de precios e inflación no son lo mismo.
Las subidas de precios son subidas de precios de una vez que no producen un
aumento continuado y autosostenido de los precios. Si el sistema económico
autoalimenta la subida de precios entonces sí puede calificarse de inflación.
Ahora, al llegar a final de año, ya podemos afirmar claramente que hay
inflación ya que la prensa viene llena de noticias del estilo de “el sector o
la empresa tal sube precios, PORQUE TODO SUBE”. Cuando lees esto ya está claro
el tema. TODO EL MUNDO SUBE PRECIOS PORQUE TODO SUBE. Esto ya es inflación (ver varios artículos 1, 2 y 3).
Lo grave del tema es que la inflación se produce en plena recesión, o sea
que pasamos a estar en el peor de los escenarios económicos: ESTANFLACIÓN.
Pero la situación es más grave aún. En teoría las inflaciones se alimentan a
través de los salarios. Si “la vida sube” la presión para recuperar la renta
perdida por el alza de precios pasa por el aumento pertinente de los salarios y
así se autoalimenta el proceso. Pero mira por donde en estos momentos los
salarios están congelados en el mejor de los casos y en otros muchos se
reducen. La pérdida del poder adquisitivo es impresionante y va a seguir impactando en el consumo.
Entonces ¿cómo puede prosperar la inflación en este marco económico? ¿Cómo es que suben los precios cuando baja la demanda, contradiciendo todas las teorías económicas que afirman lo contrario?
Pues prospera gracias a que los oligopolios (y en algunos casos monopolios)
y grandes empresas van a saco sin que el gobierno les pare los pies mínimamente. Y no solo esto. Es el propio gobierno quien incrementa los precios, ya sea en el transporte, en los servicios
públicos, aprobando copagos y subiendo tasas e impuestos. Si este proceso no se
corta, como está ocurriendo, la inflación está servida y ¡con los salarios en
descenso! El gobierno-bombero se dedica a echar gasolina al proceso.
Es el capítulo de energías, y especialmente la eléctrica, el más sangrante.
El atraco de este 2013, además del correspondiente aumento del 3-4% (parece ser
que nunca hay bastante) es el aumento de precios de forma espectacular a los que consuman más del 10% del consumo medio.
Aprovecho para recordar a los lectores de este blog que obviamente SIEMPRE HABRÁ
CONSUMIDORES POR ENCIMA DE LA MEDIA DEL CONSUMO y es casi imposible que en
muchos casos parte de los consumidores no puedan evitar estar por encima de ese
10%. Pura distribución estadística.
Obviamente esto lo hacen las eléctricas por nuestro bien, para que
consumamos menos. Aquí la cuestión es saber a que media se refieren. ¿A la
media del consumo nacional? ¿A la media del consumo de la compañía ¿Y la
pregunta del millón: ¿quién comprobará que el cálculo de la media no sea una
estafa similar a la del cálculo del Libor que hacían muchos bancos extranjeros
y que les ha supuesto multas millonarias?
La diferencia es que en España, el país de la gran estafa, nadie controlará
a estas empresas que saben agradecer fehacientemente los servicios prestados
por los gobernantes de turno.
Aprovecho la ocasión para felicitar al Teatro municipal de Bescanó (Girona) por la ocurrencia de vender zanahorias en vez de entradas del teatro y así burlar el IVA. Premio a la imaginación. La única salida que tenemos en este país es la INSUMISIÓN.
Click en la imagen para verla a mayor tamaño.
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