Desde la nevada anterior al puente de la Constitución el
Pirineo español (excluida Baqueira y las crestas fronterizas) no ha visto un
copo de nieve. Y esta nevada, que los medios inflaron a tope para llenar los
hoteles en el puente y abrir las estaciones de esquí con “ilusión”, fue en
realidad una floja nevada, como comprobé cuando subí a Estós.
Visita a Cerler ahora en Navidad para darme el gusto de esquiar
un poco con la familia y apaga y vámonos. ¡UNA HORA DE COLA, EXACTA, PARA OBTENER
EL FORFAIT! Una vergüenza (ahora ya me he guardado la tarjeta para recargarla
por Internet y que no me pillen de nuevo, si vuelvo). Había que oír lo que decía
la gente, pero con este nivel de servicio, el precio y la calidad miserable de la nieve,
el porvenir lo veo muy negro, a pesar de que para Navidad y Semana
Santa se llenen las estaciones. Con eso no pueden mantenerse el negocio. Ya solo falta que
ocurran cosas adicionales como en Panticosa. La meteorología ya no es nada propicia.
Un telesilla importante cerrado (Basibé) en Cerler para
acabar de arreglarlo y hasta piedras en el algún tramo del Gallinero y de El
Rincón del Cielo. Y nieve dura para dar y repartir. Y las piscinas de agua ya a
mitad, porque llevan un mes manteniendo las pistas artificialmente con los
cañones. Una pena. Con 40€ el forfait, cuando en el lado francés está a 30€, se
me van las ganas de pisar territorio hispano y me parece que me van a ver más
en Saint Lary o en Piau-Engaly, aunque creo que de momento también padecen
la falta de nieve.
Y dos fotos en el mismo sitio para comparar el verano (cuando subí en bici) con el invierno.
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