Hace pocos meses, y tal como comenté en este blog, el Gobierno autorizó a la Banca a modificar el criterio de provisiones.
Provisionar significa incluir en las cuentas de resultados unas pérdidas que aún no son efectivas pero que es muy probable que en su día tengan que contabilizarse, es decir, que sean reales (ya se sabe que el principio contable de prudencia indica que se deben "contabilizar todas las pérdidas cuando se conocen, y las ganancias solamente cuando se hayan percibido", aunque vamos viendo que por aquí nadie conoce nada y meten la cabeza en el agujero cual avestruces).
Se trata en la mayoría de casos de préstamos a empresas que han presentado concurso de acreedores (por ejemplo Martinsa-Fadesa) y por lo tanto existen serias dudas de que puedan repagar los préstamos tomados en su día.
También hay que provisionar las pérdidas que se están registrando en los inmuebles y terrenos que ha tenido que endosarse la banca al impagar las empresas sus deudas bancarias. Esos bienes inmuebles que figuran en el Balance de los bancos están contabilizados a un valor que ya no es, evidentemente, el que el hundido mercado inmobiliario puede pagar ahora en plena crisis. Por lo tanto hay una pérdida que debería registrarse.
De no hacerlo así la banca mantiene unas cuentas que son puro artificio, ya que los balances, en el lado del activo, es decir el que registra el valor de los bienes y derechos, están falseados totalmente por registrar valores que son ya cosa de otros tiempos.
Y ahora vemos como de nuevo el Gobierno da un paso más en este proceso de engaño y cambia la ley para poder mantener este engaño. Dice la ley que un terreno rústico recalificado para la construcción se ha de construir en tres años. De no ser así revierte su recalificación y pasa de nuevo a ser rústico. La diferencia de valor entre un terreno rústico y otro recalificado ya es sabido que es enorme.
En esta crisis inmobiliaria la banca se ha tenido que quedar muchos terrenos como pago de créditos dados para su compra que los promotores no han podido pagar. ¿Puede construir la banca sobre estos terrenos en el plazo de tres años?¿O puede venderlos al mismo precio, o sea sin pérdida? La respuesta es no. Por lo tanto si se cumple la ley los terrenos volverían a ser rústicos y la banca registraría enormes pérdidas (la banca se ha comido ladrillos hasta ahora por un valor de 59.000 MM. de euros, terrenos en su mayor parte).
Pero para eso está el amigo Gobierno. Nada más fácil que cambiar la ley. Se da más plazo y asunto arreglado. Y el Gobierno piensa alargar dicha prórroga hasta tres años, es decir, el plazo pasará de tres a seis años. Y así lo harán año tras año, y lo que haga falta, ya que la cosa va para largo.
No es de extrañar que desde el exterior se miren con serias dudas a España. Con mangoneos como estos las cuentas bancarias son pura entelequia.
Provisionar significa incluir en las cuentas de resultados unas pérdidas que aún no son efectivas pero que es muy probable que en su día tengan que contabilizarse, es decir, que sean reales (ya se sabe que el principio contable de prudencia indica que se deben "contabilizar todas las pérdidas cuando se conocen, y las ganancias solamente cuando se hayan percibido", aunque vamos viendo que por aquí nadie conoce nada y meten la cabeza en el agujero cual avestruces).
Se trata en la mayoría de casos de préstamos a empresas que han presentado concurso de acreedores (por ejemplo Martinsa-Fadesa) y por lo tanto existen serias dudas de que puedan repagar los préstamos tomados en su día.
También hay que provisionar las pérdidas que se están registrando en los inmuebles y terrenos que ha tenido que endosarse la banca al impagar las empresas sus deudas bancarias. Esos bienes inmuebles que figuran en el Balance de los bancos están contabilizados a un valor que ya no es, evidentemente, el que el hundido mercado inmobiliario puede pagar ahora en plena crisis. Por lo tanto hay una pérdida que debería registrarse.
De no hacerlo así la banca mantiene unas cuentas que son puro artificio, ya que los balances, en el lado del activo, es decir el que registra el valor de los bienes y derechos, están falseados totalmente por registrar valores que son ya cosa de otros tiempos.
Y ahora vemos como de nuevo el Gobierno da un paso más en este proceso de engaño y cambia la ley para poder mantener este engaño. Dice la ley que un terreno rústico recalificado para la construcción se ha de construir en tres años. De no ser así revierte su recalificación y pasa de nuevo a ser rústico. La diferencia de valor entre un terreno rústico y otro recalificado ya es sabido que es enorme.
En esta crisis inmobiliaria la banca se ha tenido que quedar muchos terrenos como pago de créditos dados para su compra que los promotores no han podido pagar. ¿Puede construir la banca sobre estos terrenos en el plazo de tres años?¿O puede venderlos al mismo precio, o sea sin pérdida? La respuesta es no. Por lo tanto si se cumple la ley los terrenos volverían a ser rústicos y la banca registraría enormes pérdidas (la banca se ha comido ladrillos hasta ahora por un valor de 59.000 MM. de euros, terrenos en su mayor parte).
Pero para eso está el amigo Gobierno. Nada más fácil que cambiar la ley. Se da más plazo y asunto arreglado. Y el Gobierno piensa alargar dicha prórroga hasta tres años, es decir, el plazo pasará de tres a seis años. Y así lo harán año tras año, y lo que haga falta, ya que la cosa va para largo.
No es de extrañar que desde el exterior se miren con serias dudas a España. Con mangoneos como estos las cuentas bancarias son pura entelequia.
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