miércoles, abril 28, 2010

Mil millones de mejillones

Para los que somos amantes de los libros la fiesta de Sant Jordi en Catalunya (23 de abril) es un buen momento para hacer acopio de los textos que cubrirán nuestra afición hasta más o menos el verano.

Uno de los muchos libros que he comprado es un divertimento económico (Mil millones de mejillones) escrito por Fernando Trías de Bes, conocido por su libro La buena suerte, que tantas ventas tuvo y que es profesor en ESADE. Casualmente le vi hace pocos días en un documental de Canal Satélite Digital sobre el crack del 29.

Esta obra de entretenimiento se lee en un día y dejaría un buen sabor de boca si no fuese por su precio, teniendo en cuenta lo que tienes entre manos. Pero viene acompañado de dibujos de Toni Batllori, dibujante de La Vanguardia y El Jueves, que hacen aún más amena su lectura.

Se trata del diario que escribe un parado que es contratado como camarero en un crucero de lujo. Este crucero, fletado por Berlusconi para celebrar su boda, está lleno de políticos y magnates, así como de personas famosas, Aznar incluido.

Un naufragio los lleva a una isla desierta, donde aislados del mundo cuentan con únicamente cocos y agua. Rápidamente se organizan y ponen en marcha un sistema político y otro económico, donde la moneda de intercambio son los mejillones. Naturalmente el Banco de San Molusco lo monta Botín y el cajero es Fernando Alonso.

La isla cuenta con una cueva donde se van apareciendo los diferentes fantasmas de la Historia del Pensamiento Económico a medida que les van apareciendo a los náufragos diferentes problemas económicos. Así, cuando aparece la inflación y cada día vale todo más mejillones (de ahí el título del libro), se aparece Milton Friedman, como no podía ser de otra forma.

El naufragio se complica cuando se contacta con otras islas próximas habitadas. Una de ellas está llena de negros que quieren emigrar como sea a la isla de los famosos (se ganan más mejillones) y la otra está llena de chinos, que les inundan de productos a pagar a crédito con mejillones que después no aparecen. El lío está servido. Una parodia completa del mundo económico real.



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