Menudo lío el tema de la deuda Griega. Cada maestrillo su librillo, que decimos por aquí. Cada opinión que leo es diferente y alguna de ellas terriblemente confusas, como el artículo de Marc Vidal. Al final no sabes bien bien de que te hablan. Sin embargo sintetizando los pareceres se puede sacar aún algo en claro:
1) La refinanciación de la deuda griega no va a ser el problema. El agujero griego es como tres planes 2000E de Zapatero, lo que nos da una idea de que, para los volúmenes de deuda estatales que se registran en general, el de la deuda griega es asumible para el conjunto de los países de la UE, incluso para uno solo. Por lo tanto eso se tapa sin problema. Parece mentira que Krugman no se haya dado cuenta que la ayuda a Grecia es ya un hecho.
2) El problema reside, especialmente para los alemanes, en saber si con esto es suficiente. Es decir, si el agujero seguirá aumentando. De ser así Grecia sería un agujero sin fondo. Por lo tanto, es razonable que se intente ligar la ayuda a la seguridad de que no habrá segunda ronda y los préstamos se recuperan. Los grandes afectados en caso de impago serían bancos alemanes y franceses principalmente.
3) Pero, ¿podrá hacer frente Grecia a su deuda? Ahí es donde aparece el problema. Estamos ante el ejemplo típico que se da muy a menudo en la Banca. Una empresa no va bien y ante el riesgo creciente la banca le sigue prestando, pero a tipos de interés más altos. Este mayor coste financiero hace que la empresa empeore sus resultados, y ante la caída de estos encarece de nuevo el crédito… y así en un círculo vicioso hasta que la banca consigue cargarse a la empresa cancelando el crédito (aquello tan famoso que dijo G.Marx: un banco es aquel que te deja un paraguas cuando hace sol y viene a buscarlo cuando llueve).
Lo mismo pasa con Grecia. La enorme subida de tipos, que ya pasa del 7%, hacen inviable que Grecia pueda devolver lo prestado con una carga de intereses tan salvaje. Todos los ahorros estatales anunciados estos días no son suficientes. Harían falta más, lo que supone hundir las posibilidades de que el Sector Público reactive la economía… y el sector privado no está precisamente tirando del carro.
Vidal-Folch escribió un artículo excelente (No dispares contra tus pies) en que nos detalla con precisión estas cifras, mostrando la imposibilidad de pagarlas si no se ajustan a la baja estos tipos leoninos.
Ejemplos históricos tenemos varios, pero el más conocido es el de los pagos que impusieron los vencedores de la I Guerra Mundial a Alemania. Keynes ya escribió sobre la imposibilidad de que Alemania pudiese pagar su deuda en su libro “Las consecuencias económicas de la paz”. Todos estaban avisados pero nadie enmendó la plana y ya sabemos como acabó el tema.
Ahora son los mercados, ese nuevo Dios que no está precisamente en el Olimpo, el que impone a Grecia unas condiciones inaceptables. Para acabar de arreglarlo las agencias de rating han calificado la deuda griega casi como bonos basura lo que llevara su coste a precios estratosféricos.
Y para acabar de estropearlo todo, las dudas sobre si Grecia puede permanecer en el euro hacen que los capitales abandonen la banca griega, que empieza a tener un problema adicional (siempre llueve sobre mojado).
Por lo tanto de momento se tapa el agujero y seguirán unos cuantos meses en que se practicará aquello de ojos que no ven corazón que no siente y así hasta la siguiente, sin descontar que se añada otro país con los mismos problemas.
1) La refinanciación de la deuda griega no va a ser el problema. El agujero griego es como tres planes 2000E de Zapatero, lo que nos da una idea de que, para los volúmenes de deuda estatales que se registran en general, el de la deuda griega es asumible para el conjunto de los países de la UE, incluso para uno solo. Por lo tanto eso se tapa sin problema. Parece mentira que Krugman no se haya dado cuenta que la ayuda a Grecia es ya un hecho.
2) El problema reside, especialmente para los alemanes, en saber si con esto es suficiente. Es decir, si el agujero seguirá aumentando. De ser así Grecia sería un agujero sin fondo. Por lo tanto, es razonable que se intente ligar la ayuda a la seguridad de que no habrá segunda ronda y los préstamos se recuperan. Los grandes afectados en caso de impago serían bancos alemanes y franceses principalmente.
3) Pero, ¿podrá hacer frente Grecia a su deuda? Ahí es donde aparece el problema. Estamos ante el ejemplo típico que se da muy a menudo en la Banca. Una empresa no va bien y ante el riesgo creciente la banca le sigue prestando, pero a tipos de interés más altos. Este mayor coste financiero hace que la empresa empeore sus resultados, y ante la caída de estos encarece de nuevo el crédito… y así en un círculo vicioso hasta que la banca consigue cargarse a la empresa cancelando el crédito (aquello tan famoso que dijo G.Marx: un banco es aquel que te deja un paraguas cuando hace sol y viene a buscarlo cuando llueve).
Lo mismo pasa con Grecia. La enorme subida de tipos, que ya pasa del 7%, hacen inviable que Grecia pueda devolver lo prestado con una carga de intereses tan salvaje. Todos los ahorros estatales anunciados estos días no son suficientes. Harían falta más, lo que supone hundir las posibilidades de que el Sector Público reactive la economía… y el sector privado no está precisamente tirando del carro.
Vidal-Folch escribió un artículo excelente (No dispares contra tus pies) en que nos detalla con precisión estas cifras, mostrando la imposibilidad de pagarlas si no se ajustan a la baja estos tipos leoninos.
Ejemplos históricos tenemos varios, pero el más conocido es el de los pagos que impusieron los vencedores de la I Guerra Mundial a Alemania. Keynes ya escribió sobre la imposibilidad de que Alemania pudiese pagar su deuda en su libro “Las consecuencias económicas de la paz”. Todos estaban avisados pero nadie enmendó la plana y ya sabemos como acabó el tema.
Ahora son los mercados, ese nuevo Dios que no está precisamente en el Olimpo, el que impone a Grecia unas condiciones inaceptables. Para acabar de arreglarlo las agencias de rating han calificado la deuda griega casi como bonos basura lo que llevara su coste a precios estratosféricos.
Y para acabar de estropearlo todo, las dudas sobre si Grecia puede permanecer en el euro hacen que los capitales abandonen la banca griega, que empieza a tener un problema adicional (siempre llueve sobre mojado).
Por lo tanto de momento se tapa el agujero y seguirán unos cuantos meses en que se practicará aquello de ojos que no ven corazón que no siente y así hasta la siguiente, sin descontar que se añada otro país con los mismos problemas.
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