Nuestra burbuja inmobiliaria tiene un referente muy claro: la burbuja de EE.UU.
Paralelas casi en el tiempo y en el tamaño (aunque la española es mucho mayor en cuanto a precios) no debemos dejar de mirar lo que ocurre en el otro lado del Atlántico.
A pesar de las similitudes, dos cosas nos diferencian. La primera es que la explosión de la burbuja de EE.UU. ha ido bastantes meses por delante de la española y la segunda es que la bajada de precios en EE.UU. ha sido mayor que la española, tanto por el factor de adelanto como por la no existencia en EE.UU. del factor bancario. Me refiero a que en España, como ya es sabido, gran parte de los pisos embargados se los ha quedado la banca en su balance para evitar sobre oferta en el mercado e impedir así el derrumbe de precios.
Empezaban ya a tocar campanas en EE.UU. de reactivación hace algunos meses en lo que a ventas de vivienda nueva se refiere, pero como podemos ver en el gráfico (barras azules) las ventas vuelven a caer. Y es que en plena crisis económica, con un paro que no se reduce, es imposible la recuperación del mercado inmobiliario.
Si esto ocurre en EE.UU. otro tanto ocurrirá por aquí, o peor, ya que nuestro nivel de paro es superior, especialmente en la gente joven (leer este interesante reportaje de El País Semanal -Generación Noqueada-) que es la que está sufriendo de forma realmente grave la crisis (gracias a esos tan loados contratos temporales), y ya es sabido que el gran comprador de pisos han de ser los jóvenes.
Por lo tanto el mercado inmobiliario español ni puede ver subir los precios ni ver incrementadas sus ventas. Todo aquel artículo que diga lo contrario es un anuncio pagado en la prensa, intentando salvar el bolsillo de los promotores y bancos pillados en este fangal. Querrían ya convencer a la gente de que los precios actuales son un suelo y de que aquí no bajan. La gente y el tiempo les convencerá de lo contrario y la realidad es que no hará falta gran esfuerzo, ya que esto se caerá por su propio peso.
En mi opinión el excedente de vivienda es tan grande que su desaparición únicamente puede alcanzarse a lo largo de muchos (muchísimos) años. Querer vender tamaña cantidad de pisos a los precios actuales teniendo en cuenta los salarios (y encima con reducciones, ya sea por los salarios en sí o por la subida de impuestos), la precariedad del empleo y las perspectivas a corto y medio plazo de este país, es querer cuadrar el círculo.
Dejemos que la banca y los promotores sigan soñando con milagros. La realidad, que es muy tozuda, ya les hará aterrizar.
Paralelas casi en el tiempo y en el tamaño (aunque la española es mucho mayor en cuanto a precios) no debemos dejar de mirar lo que ocurre en el otro lado del Atlántico.
A pesar de las similitudes, dos cosas nos diferencian. La primera es que la explosión de la burbuja de EE.UU. ha ido bastantes meses por delante de la española y la segunda es que la bajada de precios en EE.UU. ha sido mayor que la española, tanto por el factor de adelanto como por la no existencia en EE.UU. del factor bancario. Me refiero a que en España, como ya es sabido, gran parte de los pisos embargados se los ha quedado la banca en su balance para evitar sobre oferta en el mercado e impedir así el derrumbe de precios.
Empezaban ya a tocar campanas en EE.UU. de reactivación hace algunos meses en lo que a ventas de vivienda nueva se refiere, pero como podemos ver en el gráfico (barras azules) las ventas vuelven a caer. Y es que en plena crisis económica, con un paro que no se reduce, es imposible la recuperación del mercado inmobiliario.
Si esto ocurre en EE.UU. otro tanto ocurrirá por aquí, o peor, ya que nuestro nivel de paro es superior, especialmente en la gente joven (leer este interesante reportaje de El País Semanal -Generación Noqueada-) que es la que está sufriendo de forma realmente grave la crisis (gracias a esos tan loados contratos temporales), y ya es sabido que el gran comprador de pisos han de ser los jóvenes.
Por lo tanto el mercado inmobiliario español ni puede ver subir los precios ni ver incrementadas sus ventas. Todo aquel artículo que diga lo contrario es un anuncio pagado en la prensa, intentando salvar el bolsillo de los promotores y bancos pillados en este fangal. Querrían ya convencer a la gente de que los precios actuales son un suelo y de que aquí no bajan. La gente y el tiempo les convencerá de lo contrario y la realidad es que no hará falta gran esfuerzo, ya que esto se caerá por su propio peso.
En mi opinión el excedente de vivienda es tan grande que su desaparición únicamente puede alcanzarse a lo largo de muchos (muchísimos) años. Querer vender tamaña cantidad de pisos a los precios actuales teniendo en cuenta los salarios (y encima con reducciones, ya sea por los salarios en sí o por la subida de impuestos), la precariedad del empleo y las perspectivas a corto y medio plazo de este país, es querer cuadrar el círculo.
Dejemos que la banca y los promotores sigan soñando con milagros. La realidad, que es muy tozuda, ya les hará aterrizar.
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