viernes, noviembre 13, 2009

Garzón, por favor, mira lo de las Autopistas


Los partidos españoles empiezan a oler a podrido por todas partes y sin excepción. Ver si no lo que ha ocurrido con las autopistas y que ha ocupado tres líneas en los periódicos y un rápido pasar página ya que no interesa que nadie se entere.

Ya en Catalunya habíamos visto cosas parecidas. Un ejemplo lo tenemos en la primera autopista de peaje española, Barcelona-Mataró, que acabó su concesión hace años y tendría ahora que estar libre de peaje. Pues seguimos pagando tributo a cambio de dos platos de lentejas: unos peajes próximos a la ciudad se volvieron gratuitos a cambio de mantener la concesión de esta autopista por más años, lo que representa un fenomenal banquete. ¿Por qué se hizo esto?

Barbaridades más grandes hemos visto, viendo como se mantenían carreteras en estado infame (o inexistentes) para que nuestros coches no tuvieran elección y pasarán por la correspondiente autopista. Un ejemplo brutal fue en la Nacional-II, tramo Barcelona-Lérida, que en el año 2000 aun tenía tramos en el puerto de La Panadella a un carril por lado, con un tráfico impresionante. Ningún interés por parte de la Generalitat en hacer la autovía Barcelona-Lérida y así estuvo años y años en construcción. ¿Por qué?

Y aún tenemos casos flagrantes impresionantes. Si se entra de Francia por La Junquera y quieres ir a Barcelona o Valencia, mejor pagas porque sino tendrás que buscarte hotel porque no vas a llegar nunca. Ahora la Generalitat está embarcada en la construcción de un cuarto cinturón alrededor de Barcelona, pero claro, ni se le ocurre liberalizar este tramo de la frontera a Barcelona y Tarragona. ¿Por qué será?

Pero la cosa sigue. Como puede verse en la noticia que he indicado anteriormente, las Autopistas españolas tienen derecho de pernada. Si cualquier españolito toma una concesión del Estado y no le salen los números, ¿acude el Estado a salvarla? Pues no. Es el riesgo del Concesionario. ¿Entonces porque se acude a salvar a las Autopistas? Podría retrocederse la concesión y quedar en manos del Estado. Es el riesgo empresarial, ¿no?

Pero pensemos un poco. ¿Por qué ese interés en retrasar obras que mantienen los beneficios de las autopistas? ¿Por qué ese interés en darles créditos cuando las PYMES no ven un euro?

Pues… las Autopistas cobran cantidades ingentes de dinero al contado. Por lo tanto fácil es desviar importes que no aparecerán nunca como cobrados y transferirlos amablemente a quién ayude a su negocio.

No sé si será casual, pero como vemos en la noticia, el PP, PSOE y CiU no han dudado ni cinco segundos en darles las ayudas. Tan enemigos en otras cosas, en esta el acuerdo ha sido fulminante.

ES DESCARADO. UNA AUTÉNTICA VERGUENZA. ¡200 MILLONES!

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