domingo, noviembre 22, 2009

Amelia


Pocas veces voy a ver una película el día que la estrenan, pero Amelia no podía esperar ni cinco minutos (aún intuyendo lo que probablemente me esperaba sabiendo que Richard Gere aparecía en el reparto de la película), pero todos tenemos nuestros iconos personales y Amelia Earhart, una pionera de la aviación y del feminismo, lo ha sido desde que la descubrí en esas lecturas que haces de jovencito, y que te crean aficiones de por vida, entre las que también incluyo el libro sobre la ascensión al Everest de Sir John Hunt, que también me despertó una afición tremenda por la montaña y que aún me dura. Yo quería ser piloto civil, pero por los años 60’s para ser piloto civil debías ser primero piloto militar, y a una pasada por lo militar no estaba yo muy dispuesto. Como explicaré en otros post, IBM se cruzó en mi camino y mis aficiones laborales tomaron otro rumbo bien diferente y totalmente distinto.

La frustración que supuso saber que no sería piloto quedó compensada muchos años después con mis innumerables vuelos en Monflorite con aviones sin motor, todo un placer del volar más puro. Ahora sigo volando virtualmente, con el ordenador, y es totalmente increíble lo que se ha llegado a conseguir en este campo. Esta tarde mismo he despegado de Gran Canaria y me he llegado hasta la isla de Hierro, en un atardecer con nubes de ensueño, y es que no quiero olvidarme de lo que sé (no sea que algún día les den cicuta a los pilotos del avión en que vuelo).

En este blog escribí sobre Amelia Earhart hace tiempo, con motivo de la desaparición de Steve Fossett. Por lo tanto no me voy a extender mucho más sobre esta mujer.

Y sobre la película no voy a opinar porque habiendo esperado durante años a que hicieran una película sobre ella me es imposible decir que es mala. Mi santa, que es muy delicada hablando de mis gustos, me dijo que era un pastiche, y ya no le dirigí la palabra en un buen rato. Y es que uno tiene sus sentimientos. Yo opino que es un producto Hollywood que se puede ver dado el valor histórico que tiene y creo que Hilary Swank (Million dollar baby) recrea el difícil personaje bastante bien teniendo en cuenta lo que le permite el guión (era una mujer que pasaba totalmente del look femenino y en cambio en la película va siempre de punto en blanco).
Por otro lado Amelia es una personaje totalmente desconocido en España ya que por esas fechas nos hallábamos en plena Guerra Civil y el mundo exterior no existió durante muchos años.

Amelia desapareció justo cuando iba a cumplir los cuarenta años intentando dar la vuelta al mundo con su precioso avión Lockheed Electra L-10 (el primer avión totalmente metálico), objetivo que nadie había intentando nunca por aquellas fechas (1937).

Sólo le faltaban tres etapas para finalizar el recorrido. Para cruzar el Pacífico desde Nueva Guinea hasta Honolulú (Hawaii) y después hasta California, no había más remedio (a pesar de que todo el avión era un inmenso depósito de gasolina) que hacer escala en una isla deshabitada, Howland, de menos de tres kilómetros de larga y tres metros de altura (me ha costado mucho encontrarla en Google Earth, ya que incluso está mal la rotulación). Una aguja en un pajar de inmensa agua.

El ejercito le preparó una pista construida expresamente para que lograse su objetivo (Amelia era amiga de Eleanor Roosevelt, esposa del presidente) y situó un barco de guerra en la isla, el Itasca, para que tuviera transmisión radio e indicaciones para el radiogoniómetro, invento muy reciente y que era la primera vez que lo llevaba en su avión.

Amelia no hacía este viaje en solitario, ya que era consciente de lo arriesgado que era, en un viaje así, pilotar y navegar, especialmente para cruzar el Pacifico, donde no tendrían referencias de ningún tipo, y se llevó con ella a uno de los mejores expertos de la PanAm, Fred Noonan.

Lo que le ocurrió en este viaje es Cisne Negro puro. Se volvió todo desfavorable.
El viento en contra, mayor de lo previsto, le ocasionó un consumo de gasolina superior a la calculada, que ya estaba muy ajustada.
El tiempo estaba cubierto llegando a la isla, por lo tanto la navegación astronómica (sextante) era imposible.
La radio emitía pero se estropeó la recepción. Por lo tanto no funcionó el invento del radiogoniómetro que le habría indicado la dirección exacta de donde venía la emisión de radio y siguiendo sus indicaciones habrían encontrado la isla. Si hubiese funcionado la radio también habría oído que le daban la demora desde el Itasca.
La batería del radiogoniómetro del barco Itasca se agotó, etc.
Un auténtico desastre.

Por lo tanto sólo podían navegar a estima (dirección, velocidad, tiempo), que en una distancia tan grande un pequeño error te puede llevar a bastantes millas de tu destino. Cuando hace años navegaba tenía amigos que en los tiempos en que no había Loran, ni GPS y se navegaba a estima, yendo de Barcelona a Mallorca, se habían pasado la isla de largo… y Mallorca se deja ver (al volver no hay problema porque siempre llegas a la costa).

Se montó la operación más grande de rescate de la historia de EE.UU, ya que consideraron que habrían amerizado y con los depósitos vacíos debían flotar mucho tiempo a la deriva. Es probable que murieran de sed. Tardaron dos años y medio en darlos como fallecidos.

Amelia siempre consideró que no era temeraria. Fue la primera mujer en cruzar el Atlántico volando, primero como paquete, y después en solitario, como Lindbergh.
Sin embargo analizando las características de esta etapa en la que desapareció, todo indica que el objetivo tenía grandes dosis de riesgo.

Hoy en día es diferente. En mi simulador de vuelo me he limitado a poner las coordenadas de la isla (0º 48’ 07 N / 176º 38' 3 O, casi en el Ecuador, ya que el viaje de Amelia era siguiendo en lo posible el círculo máximo) en el destino del GPS y el avión me ha llevado allí directamente, sin posibilidad de pérdida. Ya hace muchos años que los aviones suprimieron el navegante y el mecánico en las cabinas de la tripulación de un avión. Pero por esas fechas eran imprescindibles (Amelia hacía las revisiones del avión, necesarias cada cuarenta horas de vuelo).

Teorías conspiratorias no han faltado sobre la desaparición de esta mujer. Como era un mito y no podía equivocarse pues le pudieron pasar cosas así:

1) Ser abducida por extraterrestres
2) Aterrizó en una isla equivocada (Nikumaroro), fue capturada por los japoneses y forzada a transmitir para las tropas americanas como la "Rosa de Tokyo" durante la segunda guerra mundial.
3) Amelia estaba en una misión de espionaje autorizada por el presidente Roosevelt y fué capturada.
4) Estrelló a propósito su avión en el Pacífico.
5) Vivió durante años en una isla en el Pacífico del sur con un pescador nativo.

Sin embargo es así de sencillo:

1) Es evidente que la radio no les funcionaba (recepción) y se perdieron (un pequeño error de navegación era suficiente). La película deja caer el conocido tema del alcoholismo del navegante y se inventa más cosas ya que no se sabe que ocurrió exactamente la noche anterior al viaje.

2) No se puede descartar que fallaran los dos motores. Las millas acumuladas no lo hacen difícil. Los motores por aquellas épocas no eran los de ahora. En el diario de este vuelo (Amelia iba envíando por correo sus escritos al final de cada etapa) publicado en castellano en el 2004 (Biblioteca Grandes Viajeros) escribe Amelia que en una de la etapa "le tosieron" los dos motores.









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