"El Capital" (lo voy ha denominar así, siguiendo una larga tradición que nos permite entender enseguida de quien estamos hablando) tiene sus medios de comunicación siempre dispuestos a defender sus ideas y, como no, a confundir a la gente en beneficio de sus intereses.
Vemos ahora como los grandes grupos económicos españoles, que ya llevan tiempo presionando al Gobierno para que “tome medidas radicales”, recurren a medios de comunicación extranjeros para hacer más creíble el tema. "Lo dice The Economist" (palabra de Dios) nos repetirán como loros durante semanas.
Y ¿qué dice The Economist? Pues nada nuevo bajo el sol. Lo que ya sabemos: que la crisis española es de órdago y que esto es insostenible (debe referirse a mantener 4 MM. de parados durante años).
Por lo tanto a grandes males grandes remedios. Y ¿cuáles son esos remedios? Pues no indican más que uno: el despido libre. ¿Os suena esa canción? Y repiten ese mantra infumable que ya tenemos oído por aquí continuamente, de que el sistema laboral es injusto porque hay trabajadores protegidos ya que no se les puede despedir sin un “elevado coste”, los cuales además son ineficientes, toma ya, (…Inefficient workers on permanent contracts are protected.), mientras que otros están (o estaban) con contratos temporales y ahora están la mayoría en el paro (y claro esos deben ser los trabajadores eficientes,¡que injusticia!).
O sea, según The Economist, un sistema laboral justo no ha de permitir contratos fijos y si los hay que sea con despido libre (¡un oximorón)!. Yo creo que un sistema laboral justo sería precisamente todo lo contrario: que todo el mundo tuviera un contrato fijo. Si hubiese sido así (o al menos los contratos temporales no hubiesen proliferado tanto) no se habrían alcanzado estas cifras enormes de desempleados.
Así ocurre por ejemplo en la mayor parte de Europa, donde los contratos temporales son minoría y por esa razón ahora no tienen tanto paro. Y es que mientras las empresas europeas aguantan el envite, las españolas no dudan en tirar por la borda al cocinero del barco si hace falta, aún sabiendo que luego pueden pasar hambre.
Otra tema que les va fenomenal a esta gente es el de los impuestos. Estoy de acuerdo en que subir los impuestos en este momento es un error. Pero todos estos medios serían igualmente los primeros en poner de vuelta y media al Gobierno si el déficit fiscal siguiese aumentando. Ya estaríamos leyendo que estaban llevando a España a la bancarrota, hundiendo el país, etc. Y si suben los impuestos para evitarlo, pues se les critica igualmente.
Si se lleva a cabo la reforma laboral que pide esta gente no tengo dudas de que se producirá un empobrecimiento generalizado del asalariado español. Quieren que bajen los salarios pero no los precios, naturalmente, porque el gran empresario español (no me refiero a la pequeña PYME) quiere seguir ganando siempre lo mismo (con la Banca al frente del pelotón). Les preocupa la deflación, pero no la de los salarios. Esa la desean ardientemente.
Puestos a tomar medidas radicales, nos podría decir The Economist que hacer con la sequía de crédito, que eso si que hace daño al pequeño empresario. ¿Qué solución le dan a eso? ¿Es culpa de los trabajadores que no haya crédito y que los préstamos para el consumo estén al 11%? En el artículo de The Economist citan el problema (le dedica dos palabras: credit drought), pero parece ser que arreglarlo no entra dentro de las “medidas radicales”. Al “Capital” ni tocarlo.
Tengo muy claro que este artículo, corto, superficial y panfletario, indigno de esta revista, es en realidad un anuncio pagado por la patronal española.
Puestos a dar consejos paternalistas (el artículo finaliza así, diciendo que debemos poner orden en nuestra casa) se los podrían dar a ellos mismos, ya que no entra dentro de lo imposible que el Reino Unido tenga que pedir ayuda al FMI para pagar su deuda. Así están de mal. No estamos tan solos.
La noticia en la prensa española: 1 y 2
Vemos ahora como los grandes grupos económicos españoles, que ya llevan tiempo presionando al Gobierno para que “tome medidas radicales”, recurren a medios de comunicación extranjeros para hacer más creíble el tema. "Lo dice The Economist" (palabra de Dios) nos repetirán como loros durante semanas.
Y ¿qué dice The Economist? Pues nada nuevo bajo el sol. Lo que ya sabemos: que la crisis española es de órdago y que esto es insostenible (debe referirse a mantener 4 MM. de parados durante años).
Por lo tanto a grandes males grandes remedios. Y ¿cuáles son esos remedios? Pues no indican más que uno: el despido libre. ¿Os suena esa canción? Y repiten ese mantra infumable que ya tenemos oído por aquí continuamente, de que el sistema laboral es injusto porque hay trabajadores protegidos ya que no se les puede despedir sin un “elevado coste”, los cuales además son ineficientes, toma ya, (…Inefficient workers on permanent contracts are protected.), mientras que otros están (o estaban) con contratos temporales y ahora están la mayoría en el paro (y claro esos deben ser los trabajadores eficientes,¡que injusticia!).
O sea, según The Economist, un sistema laboral justo no ha de permitir contratos fijos y si los hay que sea con despido libre (¡un oximorón)!. Yo creo que un sistema laboral justo sería precisamente todo lo contrario: que todo el mundo tuviera un contrato fijo. Si hubiese sido así (o al menos los contratos temporales no hubiesen proliferado tanto) no se habrían alcanzado estas cifras enormes de desempleados.
Así ocurre por ejemplo en la mayor parte de Europa, donde los contratos temporales son minoría y por esa razón ahora no tienen tanto paro. Y es que mientras las empresas europeas aguantan el envite, las españolas no dudan en tirar por la borda al cocinero del barco si hace falta, aún sabiendo que luego pueden pasar hambre.
Otra tema que les va fenomenal a esta gente es el de los impuestos. Estoy de acuerdo en que subir los impuestos en este momento es un error. Pero todos estos medios serían igualmente los primeros en poner de vuelta y media al Gobierno si el déficit fiscal siguiese aumentando. Ya estaríamos leyendo que estaban llevando a España a la bancarrota, hundiendo el país, etc. Y si suben los impuestos para evitarlo, pues se les critica igualmente.
Si se lleva a cabo la reforma laboral que pide esta gente no tengo dudas de que se producirá un empobrecimiento generalizado del asalariado español. Quieren que bajen los salarios pero no los precios, naturalmente, porque el gran empresario español (no me refiero a la pequeña PYME) quiere seguir ganando siempre lo mismo (con la Banca al frente del pelotón). Les preocupa la deflación, pero no la de los salarios. Esa la desean ardientemente.
Puestos a tomar medidas radicales, nos podría decir The Economist que hacer con la sequía de crédito, que eso si que hace daño al pequeño empresario. ¿Qué solución le dan a eso? ¿Es culpa de los trabajadores que no haya crédito y que los préstamos para el consumo estén al 11%? En el artículo de The Economist citan el problema (le dedica dos palabras: credit drought), pero parece ser que arreglarlo no entra dentro de las “medidas radicales”. Al “Capital” ni tocarlo.
Tengo muy claro que este artículo, corto, superficial y panfletario, indigno de esta revista, es en realidad un anuncio pagado por la patronal española.
Puestos a dar consejos paternalistas (el artículo finaliza así, diciendo que debemos poner orden en nuestra casa) se los podrían dar a ellos mismos, ya que no entra dentro de lo imposible que el Reino Unido tenga que pedir ayuda al FMI para pagar su deuda. Así están de mal. No estamos tan solos.
La noticia en la prensa española: 1 y 2
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