Lo que se está viendo de forma creciente en nuestro país es el deterioro en el plazo de pago a lo largo y ancho de la economía. Posiblemente el origen del problema está en el ladrillo y como reguero de pólvora el conflicto se desparrama a lo largo y ancho de toda la economía. No estamos hablando de impagar de forma definitiva (esto vendrá después), estamos hablando (de momento) de alargar los plazos. Esto supone para muchas empresas incrementar su financiación a corto, o sea el circulante, para encajar estos retrasos. El problema es si la Banca va a poder financiar este nuevo tirón, dado el problema de liquidez que arrastran muchas entidades. Llueve sobre mojado.
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