Se veía venir. La multitud de empresas inmobiliarias y promotores atrapados que no pueden pagar las amortizaciones de sus préstamos es inmensa.
Grandes ejemplos los tenemos en Martinsa-Fadesa, Colonial y Habitat.
No ha habido valor para ejecutarlas y meterlas en concursal (suspensión de pagos). Por lo tanto toca aplazar y refinanciar. A esto en rugby le llaman patada a seguir. Se lía uno la manta, se tapa los ojos (ojos que no ven, corazón que no siente) y de aquí unos años veremos lo que pasa cuando se acabe el aplazamiento y toque de nuevo amortizar.
En resumen: la banca se ve obligada a enterrar (apalancar) grandes cantidades de dinero que no puede recuperar y que se ve obligada a invertir a más largo plazo. Un plazo que fija el prestatario y no el prestamista. Crisis aplazada y ya veremos. Como los matrimonios al borde del divorcio, que se van de crucero, a ver si el Caribe lo soluciona.
Grandes ejemplos los tenemos en Martinsa-Fadesa, Colonial y Habitat.
No ha habido valor para ejecutarlas y meterlas en concursal (suspensión de pagos). Por lo tanto toca aplazar y refinanciar. A esto en rugby le llaman patada a seguir. Se lía uno la manta, se tapa los ojos (ojos que no ven, corazón que no siente) y de aquí unos años veremos lo que pasa cuando se acabe el aplazamiento y toque de nuevo amortizar.
En resumen: la banca se ve obligada a enterrar (apalancar) grandes cantidades de dinero que no puede recuperar y que se ve obligada a invertir a más largo plazo. Un plazo que fija el prestatario y no el prestamista. Crisis aplazada y ya veremos. Como los matrimonios al borde del divorcio, que se van de crucero, a ver si el Caribe lo soluciona.
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