domingo, diciembre 16, 2007

De Riglos a Bolea, pasando por el Castillo de Loarre

Puente de cuatro días la semana pasada. Tres días de descanso y uno de actividad (el Sábado) a lo largo de todo el día. Pero actividad en su mayor parte en coche.
Quería enseñarles a mis amigos no escaladores este mundo tan vertical que son los Mallos de Riglos, al que es obligado acercarse hasta situarse debajo de sus paredes tan imponentes y comprender así un poco lo que es escalar hoy en día. Como siempre llevo el material de escalada en el maletero, les di una clase rápida (rápida por el frío que hacía) de cómo funciona todo el tema del material y el aseguramiento.
A consecuencia del frío (aunque con un sol esplendoroso, pero con rasca) sólo tres cordadas se fueron pared arriba en el Pisón y una en la Visera (posiblemente por la vía Mosquitos). Ver a los colegas progresar por los primeros largos me produjo una envidia tremenda. Estar en estos sitios vestido de turista es bastante duro. Pero gracias a estas cordadas, insensibles al frío, pudimos observar un poco como se escala y todo el mundo entendió como va la cosa. Ahora ya saben que cuando los escaladores montamos una reunión, no tiene nada que ver con las reuniones de trabajo…
Nunca había estado en invierno en Riglos, con la luz tan baja y tan débil que aún lo embellece más. Realmente bonito este pueblo, parte importante de la historia de la escalada española.

Y a continuación nos fuimos en una pequeña galopada a Loarre, a efectuar una visita guiada a su Castillo, que desde que Ridley Scott filmó la película el Reino de los Cielos, en puentes como este, aún en pleno invierno, hasta el aparcamiento es insuficiente a pesar de las ampliaciones que se han hecho. Eso da una idea de la mucha gente que lo visita. La guía que nos llevó a través de él no se cansaba de repetir que estamos ante lo que es probablemente el Castillo Románico mejor conservado y más importante de Europa. Yo no sé porque dicen de Europa. Es del mundo, porque el Románico es característico sólo de Europa.
Visita muy interesante y durilla por el frío viento que había por las altas almenas.

Comida en la Hospedería de Loarre, donde teníamos reservada mesa para ocho personas.
Y aún nos quedó tiempo para llegarnos a Bolea y visitar la Colegiata de Santa María la Mayor. La colegiata se construyó entre el 1541 y el 1559, por Pedro de Irazábal. La obra que hace su visita obligada es el retablo mayor, aunque hay otros preciosos.
Este retablo, fue realizado entre 1490 y 1503, perteneciendo al anterior templo. Se compone de 20 tablas pintadas al temple y 57 tallas en madera policromada, de ciprés, nogal cerezo y pino de Flandes. Destaca sobre todos los elementos las pinturas realizadas por el conocido como Maestro de Bolea. Podéis ver en las fotos que es una maravilla.

Después una copa en Ayerbe, el pueblo donde vivió Ramon y Cajal, pero famoso por sus trenzas (pastelería insuperable), aunque dicen que la trenza de verdad es la de Almudevar.

La foto de los escaladores es en el tercer largo de la normal al Puro. Recorrí esta vía con Santi en el 87 para seguir luego hasta arriba por la Anglada-Guillamón del Pisón.


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