Visita el domingo por la mañana al CCCB, al lado mismo del MACBA, cerca de la Plaza dels Angels. Estamos invitados y es que nuestros amigos Albert Sambola y su mujer, María Antonia Civit, han colaborado con sus fotografías en esta Exposición que intenta reflejar la importancia que tuvo para la Transición Española la evolución social de este país. Unas cuentas fotografías nos muestran como eran. Desinhibición y ruptura con los moldes clásicos conservadores que imperaban aún en España. La foto familiar de los Sambola bañándose en pelotas es sensacional (salió en el Telediario de la noche de la TVE1). Por primera vez (¡y llevamos 32 años desde el final de la dictadura!), se exponen, por ejemplo, fichas policiales y actas y documentos de las torturas de la Dictadura. No puedes creerlo cuando ves que hay fichas de detenidos con motivos tan graves como el haber sacado el crucifijo del Instituto o “vivir amancebado”.
Comida en restaurante vegetariano y después paseo fotográfico por El Raval. Arte en las paredes. Los comercios de la calle D’en Xuclà se han hartado de que les pinten lo que quieran y da la sensación que han contratado a un rey del aerógrafo, que con la apariencia de hacer una pintura agresora les conforma algo más aceptable. La verdad es que queda bastante bien la cosa. Muy plástico recorrerla (y practicar con la Réflex).
Prologo de Josep Ramoneda al libro En Transición
Un relato abierto
La transición española es un proceso largo que tiene su origen en la incorporación de la economía española en el capitalismo internacional en la década de los sesenta y en la formación, por aquellas mismas fechas, de movimientos de resistencia política y sindical con capacidad real de movilización, y que culmina con el ingreso de España en la Unión Europea en 1986.
Aunque el cambio de régimen tiene lugar entre la muerte del dictador en 1975 y la aprobación de la Constitución en 1978, difícilmente se habría producido por las vías primordialmente pacíficas en que se llevó a cabo sin la profunda transformación que la sociedad española empezó a vivir desde los años sesenta. El desarrollo económico, la inmigración interior, el crecimiento de las ciudades y la paulatina liberalización de las costumbres en la vida cotidiana, a pesar del poder represivo del tándem ideológico-político formado por el aparato de estado franquista y la Iglesia católica, fueron factores determinantes en el hundimiento del régimen después de la desaparición de su caudillo. Condicionada por el doble juego de amnistía y amnesia sobre el que giró buena parte de la transición, la historia oficial del gran cambio ha tendido a propiciar una interpretación prácticamente reducida a la esfera política.
Algunos relatos que han adquirido corte casi oficial han explicado la transición como un pacto entre los sectores más reciclables del régimen anterior y los dirigentes políticos democráticos, con el rey como principal hacedor. Pero todo habría sido distinto si lo que Franco consideraba «atado y bien atado» no hubiese empezado a desatarse mucho antes del 20-N de 1975.
Y quien lo desató fue en buena parte la sociedad española, que con su evolución fue dejando al régimen atrás, produciendo una fractura creciente entre la superestructura franquista y la realidad social del país, que cada vez iban por caminos más distintos. Reducir la lectura del franquismo a un ejercicio de pacto y metamorfosis política, aparte de no ajustarse a la realidad, tuvo consecuencias prácticas cuyos ecos alcanzan todavía al presente. Ha costado mucho que se reconociera plenamente el protagonismo de la ciudadanía en la transición. «En transición» intenta cambiar un poco la perspectiva.
Y sin negar el papel relevante que jugó la política institucional, trata de dar relieve a algunas de las claves sociales, culturales e incluso morales de la transición. Para ello se han hecho algunas catas en las transformaciones de la vida española del tardofranquismo y de los primeros años de la democracia.
Ello nos ha permitido reseguir el largo proceso de desenredo de las ataduras del franquismo y, al mismo tiempo, ver cómo algunas cosas todavía siguen hoy más atadas de lo que sería deseable.
Si bien sin las huelgas y la paulatina ocupación del espacio público por la ciudadanía no se entiende por qué el régimen franquista cedió con más facilidad de la previsible, la música o la enseñanza nos dan pistas sobre el cambio cultural, del mismo modo que una mirada sobre instituciones como la comisaría o el psiquiátrico dan fe de las complejidades de los procesos de cambio.
Sin pretensión de exhaustividad, hemos trazado líneas diacrónicas sobre aspectos de la realidad española determinantes para el conocimiento y evaluación del cambio. Y, al mismo tiempo, hemos podido incorporar algunos elementos que permiten una aproximación a algo que en otras transiciones ha sido ampliamente narrado y que entre nosotros sigue llevando aureola de tabú: el funcionamiento del aparato represivo de la dictadura.
«En transición» es una exposición abierta, una propuesta que habrá que seguir llenando en el futuro, con otros proyectos o con prolongaciones de este mismo. Y, sobre todo, abierta a la mirada de las nuevas generaciones sobre este episodio de la historia reciente. Porque si algo quiere evitar esta exposición es contribuir a cristalizar la transición en un relato cerrado.
Josep Ramoneda
Director del CCCB
Comida en restaurante vegetariano y después paseo fotográfico por El Raval. Arte en las paredes. Los comercios de la calle D’en Xuclà se han hartado de que les pinten lo que quieran y da la sensación que han contratado a un rey del aerógrafo, que con la apariencia de hacer una pintura agresora les conforma algo más aceptable. La verdad es que queda bastante bien la cosa. Muy plástico recorrerla (y practicar con la Réflex).
Prologo de Josep Ramoneda al libro En Transición
Un relato abierto
La transición española es un proceso largo que tiene su origen en la incorporación de la economía española en el capitalismo internacional en la década de los sesenta y en la formación, por aquellas mismas fechas, de movimientos de resistencia política y sindical con capacidad real de movilización, y que culmina con el ingreso de España en la Unión Europea en 1986.
Aunque el cambio de régimen tiene lugar entre la muerte del dictador en 1975 y la aprobación de la Constitución en 1978, difícilmente se habría producido por las vías primordialmente pacíficas en que se llevó a cabo sin la profunda transformación que la sociedad española empezó a vivir desde los años sesenta. El desarrollo económico, la inmigración interior, el crecimiento de las ciudades y la paulatina liberalización de las costumbres en la vida cotidiana, a pesar del poder represivo del tándem ideológico-político formado por el aparato de estado franquista y la Iglesia católica, fueron factores determinantes en el hundimiento del régimen después de la desaparición de su caudillo. Condicionada por el doble juego de amnistía y amnesia sobre el que giró buena parte de la transición, la historia oficial del gran cambio ha tendido a propiciar una interpretación prácticamente reducida a la esfera política.
Algunos relatos que han adquirido corte casi oficial han explicado la transición como un pacto entre los sectores más reciclables del régimen anterior y los dirigentes políticos democráticos, con el rey como principal hacedor. Pero todo habría sido distinto si lo que Franco consideraba «atado y bien atado» no hubiese empezado a desatarse mucho antes del 20-N de 1975.
Y quien lo desató fue en buena parte la sociedad española, que con su evolución fue dejando al régimen atrás, produciendo una fractura creciente entre la superestructura franquista y la realidad social del país, que cada vez iban por caminos más distintos. Reducir la lectura del franquismo a un ejercicio de pacto y metamorfosis política, aparte de no ajustarse a la realidad, tuvo consecuencias prácticas cuyos ecos alcanzan todavía al presente. Ha costado mucho que se reconociera plenamente el protagonismo de la ciudadanía en la transición. «En transición» intenta cambiar un poco la perspectiva.
Y sin negar el papel relevante que jugó la política institucional, trata de dar relieve a algunas de las claves sociales, culturales e incluso morales de la transición. Para ello se han hecho algunas catas en las transformaciones de la vida española del tardofranquismo y de los primeros años de la democracia.
Ello nos ha permitido reseguir el largo proceso de desenredo de las ataduras del franquismo y, al mismo tiempo, ver cómo algunas cosas todavía siguen hoy más atadas de lo que sería deseable.
Si bien sin las huelgas y la paulatina ocupación del espacio público por la ciudadanía no se entiende por qué el régimen franquista cedió con más facilidad de la previsible, la música o la enseñanza nos dan pistas sobre el cambio cultural, del mismo modo que una mirada sobre instituciones como la comisaría o el psiquiátrico dan fe de las complejidades de los procesos de cambio.
Sin pretensión de exhaustividad, hemos trazado líneas diacrónicas sobre aspectos de la realidad española determinantes para el conocimiento y evaluación del cambio. Y, al mismo tiempo, hemos podido incorporar algunos elementos que permiten una aproximación a algo que en otras transiciones ha sido ampliamente narrado y que entre nosotros sigue llevando aureola de tabú: el funcionamiento del aparato represivo de la dictadura.
«En transición» es una exposición abierta, una propuesta que habrá que seguir llenando en el futuro, con otros proyectos o con prolongaciones de este mismo. Y, sobre todo, abierta a la mirada de las nuevas generaciones sobre este episodio de la historia reciente. Porque si algo quiere evitar esta exposición es contribuir a cristalizar la transición en un relato cerrado.
Josep Ramoneda
Director del CCCB
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