Veinte años han pasado desde que nos fuimos al Perú de Expedición con motivo del 75 aniversario de nuestro club, la Agrupació Excursionista Catalunya. Los seis que formamos finalmente la “expe” celebramos el viernes la efeméride con un pase de diapos y una cena. El pase de diapos fue terrible, por que ahí se vio el paso del tiempo, sin perdón. Sin embargo nos alegra y anima ver que los seis seguimos escalando y saliendo a la montaña. Dos incluso mantienen su actividad de profesores de escalada. A mi me congratuló ver que siendo el de más edad ¡soy el único que no tiene canas!. Nos acompañaron tres mujeres (Anna, Angeles y Angelines), que también vinieron a Perú y se montaron su propia aventura (en total siete mujeres).
Demoledor recordar la miseria que había en Perú en aquellos años.
La expedición no fue la única catalana que había por aquellos lejanos parajes, ya que había tres más. Todos fallamos, aunque en nuestro caso, tres de los expedicionarios (Ismael, Santi y Javier) hicieron cumbre en el Quitaraju (6.034 m.), con una odisea de veinticuatro horas de duración. Nuestro objetivo principal era el Alpamayo (5.947 m.), cumbre que muchos opinan que es la más bella del mundo. Muy duro aquello. Yo me puse fatal de la garganta y me bajé a Huaraz (otra odisea).
Cuando me puse bien me fui para el Nevado Pisco, cumbre de 5.752 m., asequible (aunque no regalan nada) y que pude hacer al contratar una persona que me acompañase, ya que es una ascensión glaciar con grietas en el recorrido. Sentí una gran satisfacción al alcanzar la cumbre en un día con fuerte viento, muchísimo frío (muchos bajo cero), pero de una visibilidad increíble (¡se veía el Pacífico!). Dicen que esta cumbre es la que mejor vista tiene de toda la Cordillera Blanca y que desde ella se ven todas las cumbres. Hice una serie de fotos que permiten ver los 360 grados.
Unos meses antes de la partida el Mundo Deportivo publicó un artículo sobre nuestra expedición. En este PDF lo podéis leer (la fecha ha quedado cortada, pero es 1987). En el artículo aparecen ocho personas, pero finalmente fuimos seis. Hubo mucho cachondeo porque en el artículo había un gazapo que hablaba de ocho "montañeras"…
Demoledor recordar la miseria que había en Perú en aquellos años.
La expedición no fue la única catalana que había por aquellos lejanos parajes, ya que había tres más. Todos fallamos, aunque en nuestro caso, tres de los expedicionarios (Ismael, Santi y Javier) hicieron cumbre en el Quitaraju (6.034 m.), con una odisea de veinticuatro horas de duración. Nuestro objetivo principal era el Alpamayo (5.947 m.), cumbre que muchos opinan que es la más bella del mundo. Muy duro aquello. Yo me puse fatal de la garganta y me bajé a Huaraz (otra odisea).
Cuando me puse bien me fui para el Nevado Pisco, cumbre de 5.752 m., asequible (aunque no regalan nada) y que pude hacer al contratar una persona que me acompañase, ya que es una ascensión glaciar con grietas en el recorrido. Sentí una gran satisfacción al alcanzar la cumbre en un día con fuerte viento, muchísimo frío (muchos bajo cero), pero de una visibilidad increíble (¡se veía el Pacífico!). Dicen que esta cumbre es la que mejor vista tiene de toda la Cordillera Blanca y que desde ella se ven todas las cumbres. Hice una serie de fotos que permiten ver los 360 grados.
Unos meses antes de la partida el Mundo Deportivo publicó un artículo sobre nuestra expedición. En este PDF lo podéis leer (la fecha ha quedado cortada, pero es 1987). En el artículo aparecen ocho personas, pero finalmente fuimos seis. Hubo mucho cachondeo porque en el artículo había un gazapo que hablaba de ocho "montañeras"…
Fotos de la cena y en la cumbre del Nevado Pisco. Sólo he encontrado esta foto que es la que muestra el lado menos espectacular de la Cordillera. Paciencia, cuando me prejubile lo encontraré y archivaré todo. Es mi sueño.
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