Una de los placeres de la lectura es el descubrimiento. En este sentido es algo parecido al alpinismo o a la escalada. Si algo tiene este deporte que practico es que te permite descubrir nuevos horizontes.
No había leído nada de Belén Gopegui y la desconocía totalmente.
Y la lectura de esta su primera obra ha sido muy gratificante. Densa y difícil porque es poesía en prosa.
Belén (nacida en 1963) estudiaba Derecho, pero tenía claro que lo suyo era escribir. ¡Qué madurez! ¿Cómo se puede escribir ya así, tan joven? (Yo creo que hay gente que nace con cosas grabadas en el cerebro).
Este libro es su primera obra, escrita con muy pocos años, al acabar la carrera y que recibió el Premio Tigre Juan 1993 y el Premio Iberoamericano Primeras Novelas “Santiago del Nuevo Extremo” en 1994.
Toda primera obra acumula muchos años de labor previa y “La escala de los mapas” da la sensación de ser una obra muy trabajada, con estructuras narrativas escritas en un lenguaje muy diferente. Literatura profunda. ¡Lo que daría yo por tener la capacidad de escribir una sola página así!
Si estáis dispuestos a leerla saber que tendréis que hacerlo atenta y lentamente. En ese mundo de las prisas cosas así van bien. Una historia del miedo a ser amado, con reflexiones sobre la diferencia de las cosas que ocurren en el espacio y aquellas otras que ocurren en el tiempo. Y también sobre la dificultad que tenemos para entender la escala de los otros. Una historia con sólo dos personajes centrales: Sergio Prim y Brezo Varela. Todo gira a su alrededor.
Por suerte Belén no ha sido escritora de una sola obra (Ha publicado después Tocarnos la cara, La conquista del aire, Lo real, El lado frío de la almohada, La suerte dormida, El principio de Arquímedes y El padre de Blancanieves, publicada este año), pero aunque no he leído nada más, difícilmente su obra posterior creo que podrá superar su opera prima.
La escala de los mapas no es un libro fácil. Imposible encontrar un libro donde haya más metáforas. He tenido que volver muchas veces atrás, releer e interpretar. La ventaja es que en cualquier momento puedes volver a cada uno de los capítulos y leerlo como si fuese una poesía.
Ya me he comprado tres libros más y así seguiré disfrutando.
Entrevistas a Belén Gopegui: 1 y 2
Cada vez hay menos gente que quiere asumir la responsabilidad de saber más que otro
No había leído nada de Belén Gopegui y la desconocía totalmente.
Y la lectura de esta su primera obra ha sido muy gratificante. Densa y difícil porque es poesía en prosa.
Belén (nacida en 1963) estudiaba Derecho, pero tenía claro que lo suyo era escribir. ¡Qué madurez! ¿Cómo se puede escribir ya así, tan joven? (Yo creo que hay gente que nace con cosas grabadas en el cerebro).
Este libro es su primera obra, escrita con muy pocos años, al acabar la carrera y que recibió el Premio Tigre Juan 1993 y el Premio Iberoamericano Primeras Novelas “Santiago del Nuevo Extremo” en 1994.
Toda primera obra acumula muchos años de labor previa y “La escala de los mapas” da la sensación de ser una obra muy trabajada, con estructuras narrativas escritas en un lenguaje muy diferente. Literatura profunda. ¡Lo que daría yo por tener la capacidad de escribir una sola página así!
Si estáis dispuestos a leerla saber que tendréis que hacerlo atenta y lentamente. En ese mundo de las prisas cosas así van bien. Una historia del miedo a ser amado, con reflexiones sobre la diferencia de las cosas que ocurren en el espacio y aquellas otras que ocurren en el tiempo. Y también sobre la dificultad que tenemos para entender la escala de los otros. Una historia con sólo dos personajes centrales: Sergio Prim y Brezo Varela. Todo gira a su alrededor.
Por suerte Belén no ha sido escritora de una sola obra (Ha publicado después Tocarnos la cara, La conquista del aire, Lo real, El lado frío de la almohada, La suerte dormida, El principio de Arquímedes y El padre de Blancanieves, publicada este año), pero aunque no he leído nada más, difícilmente su obra posterior creo que podrá superar su opera prima.
La escala de los mapas no es un libro fácil. Imposible encontrar un libro donde haya más metáforas. He tenido que volver muchas veces atrás, releer e interpretar. La ventaja es que en cualquier momento puedes volver a cada uno de los capítulos y leerlo como si fuese una poesía.
Ya me he comprado tres libros más y así seguiré disfrutando.
Entrevistas a Belén Gopegui: 1 y 2
Cada vez hay menos gente que quiere asumir la responsabilidad de saber más que otro
No hay comentarios:
Publicar un comentario