No hace muchas semanas la inmobiliaria Llanera suspendió pagos. Llanera, con toda seguridad, no será un caso aislado. Hizo suspensión de pagos porque la Banca ya no pudo seguir el tirón. Ahora vamos a asistir de forma continuada a situaciones similares en que la Banca hará inicialmente el esfuerzo de refinanciar las graves situaciones en que muchos de estos promotores se van a encontrar en los próximos meses. Hoy es la catalana Promociones Habitat la que aparece en la prensa, ya que ha establecido contactos con la banca acreedora para adaptar las condiciones de devolución de la deuda a “las nuevas circunstancias económicas”. Vemos pues, que los problemas inmobiliarios se están originando, en primer lugar (seguirán más) en las grandes inmobiliarias que han acometido compras importantes en los últimos años con importantes volúmenes de deuda. Habitat (controlada por Bruno Figueras) negocia un nuevo acuerdo con los 38 bancos y cajas de ahorros con los que trabaja para hacer frente a las obligaciones acordadas cuando recibió 1.745 millones de euros para comprar Ferrovial Inmobiliaria el pasado 28 de marzo. Lo firmado entonces no puede pagarse (¡y sólo han pasado 6 meses!) ya que las condiciones de mercado hacen inviable el cumplimiento de este plan, a no ser que Habitat venda a un precio muy inferior al de la adquisición. Pero el aplazamiento tiene inconvenientes, porque existe el convencimiento de que vender suelo a buen precio el próximo año puede ser tanto o más difícil que hoy.
La pregunta que se plantea es muy sencilla. ¿Hasta dónde podrá la Banca aguantar la montaña de refinanciaciones que le están cayendo y que le caerán? Y no sólo hablamos del problema que originan los grandes promotores. Los pequeños deudores de préstamos hipotecarios, cuya cuota mensual les es imposible pagar por la subida de los tipos de interés, la Banca se ve obligada también a refinanciarla. Se alargan los años del préstamo y patada a seguir, como en el rugby. Este hermanamiento obligado (el peligro une un montón) de banca/promotores, tiene naturalmente un límite, especialmente para las pequeñas entidades bancarias, ya inmersas en un problema adicional: obtener el dinero para financiar unos créditos hipotecarios concedidos mucho más allá de sus posibilidades. Por lo tanto, en el aspecto inmobiliario, muchos bancos ya están practicando aquello de “si sale con barba San Antón y si no la Purísima Concepción”.
Hoy Krugman ha escrito en el New York Times un artículo muy interesante sobre la banca estadounidense titulado Banks Gone Wild y los problemas económicos que ha originado, financiando lo que no debía financiarse (la revista Fortune se pregunta qué estaban fumando los directivos Bancarios cuando se tomaron estas decisiones). Ya hace dos años que Krugman afirmó aquello de que “los americanos viven de venderse casas los unos a los otros, tomando el dinero que nos prestan los chinos”.
La frase podría aplicarse a nuestro país, ya que llevamos varios años creciendo y creando empleo gracias al tirón de la vivienda en nuestro PIB. La diferencia es que en España, ahora nos hemos enterado, los que nos prestaban el dinero eran los Bancos Alemanes, ya que los españoles habían perdido, hace tiempo, la capacidad de financiar la enorme burbuja inmobiliaria que hemos (han) creado.
La pregunta que se plantea es muy sencilla. ¿Hasta dónde podrá la Banca aguantar la montaña de refinanciaciones que le están cayendo y que le caerán? Y no sólo hablamos del problema que originan los grandes promotores. Los pequeños deudores de préstamos hipotecarios, cuya cuota mensual les es imposible pagar por la subida de los tipos de interés, la Banca se ve obligada también a refinanciarla. Se alargan los años del préstamo y patada a seguir, como en el rugby. Este hermanamiento obligado (el peligro une un montón) de banca/promotores, tiene naturalmente un límite, especialmente para las pequeñas entidades bancarias, ya inmersas en un problema adicional: obtener el dinero para financiar unos créditos hipotecarios concedidos mucho más allá de sus posibilidades. Por lo tanto, en el aspecto inmobiliario, muchos bancos ya están practicando aquello de “si sale con barba San Antón y si no la Purísima Concepción”.
Hoy Krugman ha escrito en el New York Times un artículo muy interesante sobre la banca estadounidense titulado Banks Gone Wild y los problemas económicos que ha originado, financiando lo que no debía financiarse (la revista Fortune se pregunta qué estaban fumando los directivos Bancarios cuando se tomaron estas decisiones). Ya hace dos años que Krugman afirmó aquello de que “los americanos viven de venderse casas los unos a los otros, tomando el dinero que nos prestan los chinos”.
La frase podría aplicarse a nuestro país, ya que llevamos varios años creciendo y creando empleo gracias al tirón de la vivienda en nuestro PIB. La diferencia es que en España, ahora nos hemos enterado, los que nos prestaban el dinero eran los Bancos Alemanes, ya que los españoles habían perdido, hace tiempo, la capacidad de financiar la enorme burbuja inmobiliaria que hemos (han) creado.
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