Dos meses sin ir al cine. La última vez fue en Sevilla donde vimos una película soberbia: Los girasoles ciegos.
Mi nombre es Harvey Milk es una excelente película que no hay que perderse. Películas como estas nos recuerdan que los derechos de las minorías siempre se ganan a pulso contra una sociedad (la máquina) siempre reacia a concederlos y mediante lucha sin cuartel y a veces pagándolo con la propia vida.
La película muestra muy bien como se articula una reivindicación política en una ciudad partiendo de la toma del poder en uno de sus barrios, la creación de un lobby de influencia y la infiltración en sus órganos de poder. Una película muy bien construida y una gran interpretación de Sean Penn.
Más sobre la película
Trailer
Mi nombre es Harvey Milk es una excelente película que no hay que perderse. Películas como estas nos recuerdan que los derechos de las minorías siempre se ganan a pulso contra una sociedad (la máquina) siempre reacia a concederlos y mediante lucha sin cuartel y a veces pagándolo con la propia vida.
La película muestra muy bien como se articula una reivindicación política en una ciudad partiendo de la toma del poder en uno de sus barrios, la creación de un lobby de influencia y la infiltración en sus órganos de poder. Una película muy bien construida y una gran interpretación de Sean Penn.
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