Leídos previamente Bartebly y compañía y Dietario voluble de este autor, declaro mi adicción a este escritor del cual me estoy comprándome todos sus libros (el siguiente será Doctor Pasavento). Y es que Vila-Matas habla de la Literatura que invade su vida por todos sus babores y estribores y de la que se declara enfermo, denominando su dolencia como el Mal de Montano o literatosis como la denomina Onetti, titulando así el libro en que explica su afección. Un libro diferente que es una difícil mezcla de diario íntimo, novela, viaje sentimental, autoficción (persistente y continuada a lo largo de la obra) y ensayo.
Leer a Vila-Matas supone siempre descubrir nuevos horizontes literarios.
Bajo el título de Diccionario del tímido amor a la vida (cap. II), Vila-Matas expone un pequeño y abreviado diccionario sobre autores literarios que escribieron un diario personal. Todo un descubrimiento y así ya me he comprado un libro de “Witoldo” Gombrowicz. Habla tan bien de este autor, desconocido para mí, que ya descansa en mi librería la que dicen que es su gran obra: Ferydurke (que creo que data de 1937).
Digo que Gombrowicz me es desconocido, pero repasando mi biblioteca me llevé la sorpresa de encontrar un libro suyo que escribió ya enfermo de muerte, en 1969: Curso de filosofía en seis horas y cuarto. Es un curso antiacadémico de filosofía para su esposa Rita y el poeta Dominique de Roux, coautor de un libro de entrevistas a Gombrowicz publicado apenas un año antes. El curso fue una excusa para distraer del dolor al enfermo y hacerle olvidar sus coqueteos con la idea del suicidio.
Había olvidado totalmente el libro y no lo habría relacionado nunca con el Gombrowicz escritor. Cosas que pasan.
También he descubierto a Emily Dickinson, poeta americana con una vida claustrofóbica, prisionera de su propio entorno.
Pero lo que le agradezco a Vila-Matas es haberme recordado la Gran Nevada en Barcelona en las Navidades del 62. Ambos teníamos 14 años ya que tenemos la misma edad.
Leer a Vila-Matas supone siempre descubrir nuevos horizontes literarios.
Bajo el título de Diccionario del tímido amor a la vida (cap. II), Vila-Matas expone un pequeño y abreviado diccionario sobre autores literarios que escribieron un diario personal. Todo un descubrimiento y así ya me he comprado un libro de “Witoldo” Gombrowicz. Habla tan bien de este autor, desconocido para mí, que ya descansa en mi librería la que dicen que es su gran obra: Ferydurke (que creo que data de 1937).
Digo que Gombrowicz me es desconocido, pero repasando mi biblioteca me llevé la sorpresa de encontrar un libro suyo que escribió ya enfermo de muerte, en 1969: Curso de filosofía en seis horas y cuarto. Es un curso antiacadémico de filosofía para su esposa Rita y el poeta Dominique de Roux, coautor de un libro de entrevistas a Gombrowicz publicado apenas un año antes. El curso fue una excusa para distraer del dolor al enfermo y hacerle olvidar sus coqueteos con la idea del suicidio.
Había olvidado totalmente el libro y no lo habría relacionado nunca con el Gombrowicz escritor. Cosas que pasan.
También he descubierto a Emily Dickinson, poeta americana con una vida claustrofóbica, prisionera de su propio entorno.
Pero lo que le agradezco a Vila-Matas es haberme recordado la Gran Nevada en Barcelona en las Navidades del 62. Ambos teníamos 14 años ya que tenemos la misma edad.
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