Éxito total. Mi primer puerto de primera categoría. Una larga subida de 24,5 Km. y 900 metros de desnivel desde Ribas de Freser, que si bien no tiene grandes pendientes rompedoras, sí que se convierte en eterna.
Todo consiste en mantener un ritmo constante, ir devorando millas y no dejarse impresionar cuando ves alguna lazada de la carretera que deja a la vista lo que te espera en los siguientes kilómetros. Y alerta permanente con el tráfico que, a pesar de ser viernes, era intenso.
La meteo anunciaba tormentas al comienzo de la tarde, como ya había ocurrido el día anterior. A las 9.20 empezaba la ascensión y ya había alguna nube por la parte superior del puerto, o sea en La Molina. La ascensión que me llevó dos horas y cuarto me permitió ver crecer las nubes de forma rápida. La subida la hice de un tirón, pero al llegar a la Collada hice una paradita para repostar. Ya estaba el cielo negro pero no podía dejar de llegarme a La Creueta, otro puerto cercano que separa las fuentes del Llobregat de la Cerdanya. Trayecto este sin tráfico (aunque con piso peor) y lleno de marmotas que corrían asustadas, ya que la silenciosa bicicleta no les advertía de mi llegada. Casi atropello a una cuando bajaba.
Para ir a La Creueta basta bajar en dirección a la estación de La Molina (carretera interior) y tomar la BV-4031 hacia la Pobla de Lillet. Casi nueve kilómetros más (y otros tantos al volver) y bajada y subida de nuevo. Total acumulado 1.586 m. de desnivel y 66,6 Kilómetros de recorrido, según GPS.
Al volver de La Creueta me cayeron las cuatro primeras gotas, justo pasando por el parking de la pista Alabau, que es donde aparco (ver la última foto de mi post sobre mi última esquiada en La Molina y comparar con la que adjunto) cuando voy a esquiar a La Molina (aún quedaba un poco de nieve decorativa), pero al entrar de nuevo en La Collada, e iniciar un descenso fantástico de 24,5 Km., es cuando la lluvia arreció un poco.
Por lo tanto bajada controlada (hice el descenso en 42 m.) hasta Planès, donde aparecieron el sol y la calzada seca que me acompañaron hasta Ribas, entrando rápidamente en el primer bar que encontré para hidratarme soberanamente.
Me quedé feliz y contento.
Todo consiste en mantener un ritmo constante, ir devorando millas y no dejarse impresionar cuando ves alguna lazada de la carretera que deja a la vista lo que te espera en los siguientes kilómetros. Y alerta permanente con el tráfico que, a pesar de ser viernes, era intenso.
La meteo anunciaba tormentas al comienzo de la tarde, como ya había ocurrido el día anterior. A las 9.20 empezaba la ascensión y ya había alguna nube por la parte superior del puerto, o sea en La Molina. La ascensión que me llevó dos horas y cuarto me permitió ver crecer las nubes de forma rápida. La subida la hice de un tirón, pero al llegar a la Collada hice una paradita para repostar. Ya estaba el cielo negro pero no podía dejar de llegarme a La Creueta, otro puerto cercano que separa las fuentes del Llobregat de la Cerdanya. Trayecto este sin tráfico (aunque con piso peor) y lleno de marmotas que corrían asustadas, ya que la silenciosa bicicleta no les advertía de mi llegada. Casi atropello a una cuando bajaba.
Para ir a La Creueta basta bajar en dirección a la estación de La Molina (carretera interior) y tomar la BV-4031 hacia la Pobla de Lillet. Casi nueve kilómetros más (y otros tantos al volver) y bajada y subida de nuevo. Total acumulado 1.586 m. de desnivel y 66,6 Kilómetros de recorrido, según GPS.
Al volver de La Creueta me cayeron las cuatro primeras gotas, justo pasando por el parking de la pista Alabau, que es donde aparco (ver la última foto de mi post sobre mi última esquiada en La Molina y comparar con la que adjunto) cuando voy a esquiar a La Molina (aún quedaba un poco de nieve decorativa), pero al entrar de nuevo en La Collada, e iniciar un descenso fantástico de 24,5 Km., es cuando la lluvia arreció un poco.
Por lo tanto bajada controlada (hice el descenso en 42 m.) hasta Planès, donde aparecieron el sol y la calzada seca que me acompañaron hasta Ribas, entrando rápidamente en el primer bar que encontré para hidratarme soberanamente.
Me quedé feliz y contento.
Fotos: Las de las dos collados y el parking de la Alabau, con algo de nieve aún.
La última muestra las últimas rampas de La Creueta, procediendo de La Collada. Verdes prados y negras nubes. Las fotos están hechas con el móvil, para ahorrar peso.
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