Quim Monzó escribe hoy un estupendo artículo en La Vanguardia de Barcelona, sobre el comentario xenófobo que hizo esta locutora en TVE durante la retransmisión de la gran fiesta que había en las calles de Madrid para recibir a la selección española de fútbol.
Uno de los reporteros que había en la calle, retransmitiendo la celebración, explicaba - a Escario y a todos los telespectadores- que estaba todo lleno a rebosar, y que los aficionados que había en esas aglomeraciones no eran sólo españoles - no señor- sino que también había colombianos y ecuatorianos. Sin perder ni un segundo Escario preguntó al reportero: - Por cierto, ¿has echado en falta algo de los bolsillos? Tal cual.
Es lo que pasa cuando uno se deja llevar por un momento “desabrochado” y soltar las mismas bromas que soltaría entre los amigotes tomando unas copas para hacerlos reír un poco.
Pero a veces falla la represión con la que convivimos y tenemos amaestrada y soltamos lo que realmente pensamos.
Pero lo mejor del artículo de Quim Monzó viene a continuación y dice: “Si en vez de acusar de ladrones a colombianos y ecuatorianos, hubiese acusado de ladrones a los catalanes hubiese habido bastantes menos aspavientos. María Escario hubiese podido explicar, por ejemplo, aquél chiste tan y tan divertido que dice que los catalanes bailan sardanas cogiéndose unos a otros de la mano porque así se aseguran de que los que tienen al lado nos le roban la cartera. Nadie le hubiese afeado luego el comentario, ni hubiese tenido que disculparse ante nadie. Al contrario: todos hubiesen reído de buena gana y la hubiesen felicitado por su ingenio”.
Uno de los reporteros que había en la calle, retransmitiendo la celebración, explicaba - a Escario y a todos los telespectadores- que estaba todo lleno a rebosar, y que los aficionados que había en esas aglomeraciones no eran sólo españoles - no señor- sino que también había colombianos y ecuatorianos. Sin perder ni un segundo Escario preguntó al reportero: - Por cierto, ¿has echado en falta algo de los bolsillos? Tal cual.
Es lo que pasa cuando uno se deja llevar por un momento “desabrochado” y soltar las mismas bromas que soltaría entre los amigotes tomando unas copas para hacerlos reír un poco.
Pero a veces falla la represión con la que convivimos y tenemos amaestrada y soltamos lo que realmente pensamos.
Pero lo mejor del artículo de Quim Monzó viene a continuación y dice: “Si en vez de acusar de ladrones a colombianos y ecuatorianos, hubiese acusado de ladrones a los catalanes hubiese habido bastantes menos aspavientos. María Escario hubiese podido explicar, por ejemplo, aquél chiste tan y tan divertido que dice que los catalanes bailan sardanas cogiéndose unos a otros de la mano porque así se aseguran de que los que tienen al lado nos le roban la cartera. Nadie le hubiese afeado luego el comentario, ni hubiese tenido que disculparse ante nadie. Al contrario: todos hubiesen reído de buena gana y la hubiesen felicitado por su ingenio”.
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