No hay nada más absurdo que gastarse el dinero en infraestructuras que devienen inútiles.
No hace muchos años que los Barceloneses pudimos con nuestro vehículo por vez primera salir de nuestra ciudad en dirección Madrid sin pagar peajes. Me refiero a salir sin ponerle una hora, que es lo que podía costarte , como mínimo, si se te ocurría tomar la N-II.
Pero llegó la felicidad y nos construyeron una Autovía libre de peajes. ¡Por fin no tenía que llevar la tarjeta en el bolsillo! Me costó sacarme de encima el tic de poner la cartera en la guantera del coche.
Pues bien, hace seis meses, nuestros dirigentes autonómicos, o sea el tripartito, decidió que nuestros coches contaminan mucho y matan más. Total que, después de sesudos cálculos y estudios, llegaron a la conclusión de que esto se arreglaba si los coches circulaban por las autovías y autopistas que rodean la ciudad de Barcelona a 80 Km./hora. Ni 120, ni 110, ni 100, ni 90: 80 por hora.
Pasados seis meses tocan nuestros políticos las campanas del éxito: ¡se han reducido los accidentes!, gritan alborozados. ¡Faltaría más! Y si reducen a 60 habrá menos y a 40 también, y puedo garantizar que a 0 por hora no habrá ninguno. Una propuesta a estudiar, pero que no triunfará ya que a 0 por hora no hay quién ponga una multa.
Y de eso se trata: los muchísimos millones de euros que están obteniendo gracias al invento. Y es que es muy difícil circular a esa velocidad por ¡una autovía!. A la que te descuidas hablando, zas, el despliegue abrumador de radares te caza.
Y así, yo que intento controlar el tema y que no tenía una multa desde tiempo inmemorial, pues catacrac, 120 euros.
Lo bueno es que no he recibido ni una carta de aviso y no se exactamente de que se trata la multa. Pero sólo puede ser eso, ya que en Barcelona no uso el coche.
Como ya me ha llegado el tema en fase de embargo, pues he tenido que pagar, lo cual he hecho cual atracado por un bandido de Sierra Morena.
Naturalmente esto se quedará así para siempre. ¡Autovías para ir a 80!. Pero la gente se adaptará y no habrá pronto infracciones y por lo tanto las arcas públicas se resentirán.
Así pues ya debe estar alguien pensando donde meter la próxima bala, más aún teniendo en cuenta el déficit que se les viene encima a esta gente. Les voy a dar ideas: hacer circular los coches con las luces encendidas siempre. Ya se hace en Italia, Austria y Hungría (que yo sepa). Como España es un país muy oscuro nos demostrarán que es totalmente necesario para evitar accidentes. Mientras nos adaptamos a los nuevos usos unos cuantos miles de conductores serán pasados por la piedra. Unos cuantos euros más para el Señor del Castillo; la Edad Media no está tan lejos.
Alguien pensará que me estoy olvidando de las bondades que esta medida limitadora de la velocidad trae para la contaminación. Si está tan claro ¿por qué no se practica en todas las ciudades del mundo? Más grave aún, ¿por qué sólo nos lo aplican a los conductores de Barcelona y en Tarragona, Lleida y Girona no tienen esta limitación?
Estamos ante un absurdo de proporciones infames que quedaron claramente palpables en una sublime carta al Director, creo que de El País. Se trataba de una persona que cada día circulaba por la autovía del aeropuerto de El Prat, a 80 por hora naturalmente, viendo como los aviones echan chorros de keroseno infinitos sobre nuestras cabezas. Un absurdo decía el firmante de la carta.
Puedo asegurarle al Tripartito que estos 120 euros se los cobraré en especies en las próximas elecciones.
No hace muchos años que los Barceloneses pudimos con nuestro vehículo por vez primera salir de nuestra ciudad en dirección Madrid sin pagar peajes. Me refiero a salir sin ponerle una hora, que es lo que podía costarte , como mínimo, si se te ocurría tomar la N-II.
Pero llegó la felicidad y nos construyeron una Autovía libre de peajes. ¡Por fin no tenía que llevar la tarjeta en el bolsillo! Me costó sacarme de encima el tic de poner la cartera en la guantera del coche.
Pues bien, hace seis meses, nuestros dirigentes autonómicos, o sea el tripartito, decidió que nuestros coches contaminan mucho y matan más. Total que, después de sesudos cálculos y estudios, llegaron a la conclusión de que esto se arreglaba si los coches circulaban por las autovías y autopistas que rodean la ciudad de Barcelona a 80 Km./hora. Ni 120, ni 110, ni 100, ni 90: 80 por hora.
Pasados seis meses tocan nuestros políticos las campanas del éxito: ¡se han reducido los accidentes!, gritan alborozados. ¡Faltaría más! Y si reducen a 60 habrá menos y a 40 también, y puedo garantizar que a 0 por hora no habrá ninguno. Una propuesta a estudiar, pero que no triunfará ya que a 0 por hora no hay quién ponga una multa.
Y de eso se trata: los muchísimos millones de euros que están obteniendo gracias al invento. Y es que es muy difícil circular a esa velocidad por ¡una autovía!. A la que te descuidas hablando, zas, el despliegue abrumador de radares te caza.
Y así, yo que intento controlar el tema y que no tenía una multa desde tiempo inmemorial, pues catacrac, 120 euros.
Lo bueno es que no he recibido ni una carta de aviso y no se exactamente de que se trata la multa. Pero sólo puede ser eso, ya que en Barcelona no uso el coche.
Como ya me ha llegado el tema en fase de embargo, pues he tenido que pagar, lo cual he hecho cual atracado por un bandido de Sierra Morena.
Naturalmente esto se quedará así para siempre. ¡Autovías para ir a 80!. Pero la gente se adaptará y no habrá pronto infracciones y por lo tanto las arcas públicas se resentirán.
Así pues ya debe estar alguien pensando donde meter la próxima bala, más aún teniendo en cuenta el déficit que se les viene encima a esta gente. Les voy a dar ideas: hacer circular los coches con las luces encendidas siempre. Ya se hace en Italia, Austria y Hungría (que yo sepa). Como España es un país muy oscuro nos demostrarán que es totalmente necesario para evitar accidentes. Mientras nos adaptamos a los nuevos usos unos cuantos miles de conductores serán pasados por la piedra. Unos cuantos euros más para el Señor del Castillo; la Edad Media no está tan lejos.
Alguien pensará que me estoy olvidando de las bondades que esta medida limitadora de la velocidad trae para la contaminación. Si está tan claro ¿por qué no se practica en todas las ciudades del mundo? Más grave aún, ¿por qué sólo nos lo aplican a los conductores de Barcelona y en Tarragona, Lleida y Girona no tienen esta limitación?
Estamos ante un absurdo de proporciones infames que quedaron claramente palpables en una sublime carta al Director, creo que de El País. Se trataba de una persona que cada día circulaba por la autovía del aeropuerto de El Prat, a 80 por hora naturalmente, viendo como los aviones echan chorros de keroseno infinitos sobre nuestras cabezas. Un absurdo decía el firmante de la carta.
Puedo asegurarle al Tripartito que estos 120 euros se los cobraré en especies en las próximas elecciones.
Entradas
No hay comentarios:
Publicar un comentario