Vicent Verdú, Chuck Palahniuk y Asfixia

A veces las cosas coinciden oportunamente. Acabas de leer un libro y piensas que alguien te está timando. Abres El País (3 de mayo de 2007) y lees que Vicent Verdú, en una columna titulada El marketing cultural del tocomocho, arremete en concreto y de forma despiadada con la obra de Víctor Saltero y especialmente con el libro titulado El amante de la belleza, del que dice que su "planteamiento, nudo y desenlace forman un cepo para cazar lilas más burdo que el timo del tocomocho. A pesar de ello los ejemplares se siguen vendiendo por decenas de miles y quién sabe si serán traducidos a decenas de idiomas".

A Vicent Verdú le preocupa este deterioro literario. Se pregunta como actuar para que el público rechace lo chabacano, lo mediocre y el camelo. La clave ha de ser la educación, pero todos sabemos la degradación en que se halla.

Estos comentarios coinciden con lo que pensaba cuando acabé de leer, hace pocos días, el libro de Chuck Palahniuk, Asfixia. Un libro en que los protagonistas trabajan en un parque temático y están en tratamiento por adicción al sexo (sensacional idea para así llenar la obra de sexo sin limitaciones de ningún tipo). Uno de ellos tiene su madre internada en una residencia de la tercera edad (aunque más bien es un psiquiatrico debido a la demencia senil generalizada de las internas), donde pasa el final de sus días, después de haberse pasado su vida entrando y saliendo de la cárcel. Hijo de padre desconocido, su madre ya no le reconoce y en sus visitas a su madre se hace pasar por el último abogado que ha tenido. Asume todas las culpabilidades que las ancianas dementes de la residencia deciden transferirle...etc, etc, y así se generan infinitas situaciones inimaginables. Intenta que lo absurdo tenga sentido, pero lo que consigue es la ausencia de lo puramente literario.

Y el problema es ese precisamente: la literatura no aparece por ningún lado. Lo que importa es el efectismo, la prosa cruda, los hechos inverosímiles, las situaciones impensables...epatar.

He buscado en la red opiniones sobre la obra de Palahniuk y me satisface haber hallado una plenamente coincidente con mi opinión. Escribe Juan Antonio González Fuentes en el blog El Pulso de la Bruma (26 de febrero de 2007) que "las novelas de Palahniuk ejemplifican perfectamente la debilidad narrativa de la postmodernidad occidental". Si las obras de este autor son "grandes novelas", entonces ¿como calificamos las de Faulkner, Kerouac, Carver, Capote, Pynchon, etc. ?

Concluye diciendo que si el pensamiento débil es una realidad, también lo es, claro, la narrativa débil, perfectamente ejemplificada con la obra de Chuck Palahniuk.

Tony Domenech en un artículo publicado en la revista ALEDAÑOS DE LA LITERATURA da otra opinión bien distinta sobre este autor. Yo, particularmente, no lo recomiendo. Y hablando de tocomocho literario, tengo pendiente escribir sobre Mari Pau Janer. Me voy a poner las botas.

En la fotografía Chuck Palahniuk