Parece imposible que pueda empeorar todo a la velocidad que
lo está haciendo. La crisis ya ha cogido velocidad de crucero y la locura económica
impera por doquier.
Sirva como ejemplo lo que ocurre en el diario El País, periódico
que ya llevaba su buena ración de despidos y que ahora va a acabar de rematar la faena, despidiendo a más personas (que serán sustituidas por inocentes becarios los cuales creerán bobamente que algún día les darán trabajado remunerado) y rebajando
el sueldo (un módico 15%) a la plantilla de forma generalizada.
Y todo esto lo propone un Presidente, el Sr. Cebrián, que
justifica esta operación de “ajuste” en base a que las cuentas dice que no salen.
Y ¿por qué no salen? Pues no salen porque este señor se
lleva 13 mill. de euros al año de la cuenta de resultados de PRISA y no
contento con esto se ha subido el bonus un 30%.
Aquí tenemos un ejemplo de cómo una sociedad queda en manos
de sus ejecutivos y estos se llevan los beneficios.
Les da igual que el valor de la acción se hunda, que las
ventas bajen o que acabe la sociedad en quiebra. A 13 MM. de euros por año se acumula
patrimonio a la velocidad suficiente para reírse de todo.
¿Qué tal si dividimos 13.000.000 € entre 20.000 €, siendo esta última
cifra un salario bruto medio que pronto será un salario formidable? El
resultado es 650. Es decir, Cebrián se lleva lo mismo que 650 trabajadores. Esto
es el Neoliberalismo, señores.
Cebrián, alumno aventajado del grupo Bildelberg, no ha dudado
desde el primer momento en poner su periódico al servicio propagandístico de la
reforma laboral, reforma que sabía perfectamente que no iba a crear ni un
puesto de trabajo, sino todo lo contrario, pero iba a servir para lo más
importante: llenar aún más sus bolsillos.
¿El País un diario progresista? Riamos.
Otro ejemplo de cómo la reforma laboral crea empleo lo hemos
tenido hace pocos días en Inditex (Zara), cuyo propietario cuenta ya con una de las fortunas más grandes del planeta y que ha decidido liquidar personal en
España y deslocalizar puestos de trabajo. La generosa reforma laboral le
permite el despido barato y no ha dudado ni un momento en hacerlo. Luego lo citan
como empresario español ejemplar. Una auténtica basura humana. Con tanto dinero
y arrasando en su propia casa.
Y otro ejemplo de cómo funciona el Neoliberalismo y la Globalización lo tenemos estos días en Renault. Ya vamos viendo que cada vez que un fabricante de un nuevo modelo de automóvil expone que esta estudiando donde producirlo, la pugna por conseguir trabajo entre las diferentes plantas es aprovechada para escarnecer a los trabajadores. Es como echar cuatro huesos a perros hambrientos y ver como se matan para comer los despojos.
"Renault os va a dar trabajo, pero chicos, bajaros el sueldo y trabajar más horas", les dice esta empresa a sus operarios en una nueva ronda de rebajas,
ronda que se irá produciendo cada cierto tiempo hasta que los trabajadores
españoles igualen en salario a los chinos. Este proceso no tiene otro suelo
que este. ¿Quién lo frena? ¿Dónde está el límite? ¿Estará en el hundimiento de
la demanda? Pero, claro, ha de ser la global.
Naturalmente en España no venderán ni un coche porque la renta disponible va a desaparecer. La capacidad de gasto de un español será
algo inexistente en breves años. Aquellos neoliberales que recetaron la
devaluación interna para España, o sea reducción de precios y salarios, pueden
comprobar ya que la medicina no funciona, ya que bajan los salarios pero los precios no.
Y este proceso acaba como el rosario de la aurora. España no recuperará su PIB ni en un lustro, por más motos que vendan, y cuando lo
recuperé (si es que lo recupera) su distribución no tendrá nada ver con la
existente hace unos años. Si Cebrián se lleva, el solito, el salario de 650
trabajadores, el PIB global puede ser el mismo, pero en los bolsillos
individuales de cada español ya no veremos lo mismo, ya que la riqueza se la
repartirán cuatro.
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