miércoles, octubre 24, 2012

Hacia el plato de arroz como salario

Vemos como el proceso de implantación de la ideología neoliberal que se está llevando  a cabo en Europa, a un ritmo feroz, no descansa. Podíamos pensar que este proceso se está llevando a cabo fácilmente en países en el que el shock de la deuda (que ha arruinado a Grecia, Portugal, Irlanda y España) ha permitido justificar todo tipo de medidas contra el estado del bienestar, pero que otros países quedan aún a salvo de este proceso.

Pués que nadie se engañe. Absolutamente todos los países que gozan de “economías del bienestar” están bajo el punto de mira. El objetivo es permanente. Ya caerán.

Si desde el punto de vista político no pueden seguir existiendo para el Neoliberalismo países con dictadores no sujetos al poder global (Venezuela, Corea del Norte, Cuba, Libia, Siria, Irán, etc.) y hay que acabar con ellos e implantar democracias controladas que permitan establecer una economia de mercado (es decir que una nueva élite se reparta lo que antes se llevaba el dictador), desde el punto de vista económico hay que acabar con aquellos países que puedan mostrar que hay otra vía que no sea la del capitalismo neoliberal (autodestructivo, añado).

Por lo tanto la noticia de hoy es muy significativa: Ford deja de producir coches en Bélgica y los fabricará en España. Tomen nota europeos: para que no les deslocalicen han de ganar ustedes como los españoles que a su vez ya van camino de ganar lo mismo que los chinos. And so on, que dicen los yanquis.

Lo de bajar los salarios no ha tocado fondo ni mucho menos. La campaña contra los funcionarios aún no ha acabado como vemos hoy con una noticia que es una auténtica manipulación al mezclar en una media salarios de todo tipo y no incluir los funcionarios de las Mutualidades. El País sigue haciendo el juego al tema e intoxicando a la opinión pública. ¿A dónde quiere llegarse con todo esto? ¿Queremos llegar a nivel de Grecia donde ya se les da la excedencia forzosa a los funcionarios?

Y es que aún hay que bajar los sueldos más (yo diría que mucho más) desde el punto de vista neoliberal. Hay que bajárselos a nivel mileurista para que la empresa privada no tenga malos ejemplos a la vista. Por lo tanto aún queda recorrido en el aspecto salarial en España y nada mejor que ver como se les hace pagar a los funcionarios la cotización a la S.Social de una paga que no van a cobrar. Un auténtico recochineo.

Nos dijeron que como no se podía devaluar para ser competitivos había que hacerlo a través de los salarios y los precios. Ya vemos que los salarios sí, pero los precios no solo bajan, sino que suben como la espuma. Un auténtico desmadre que está destruyendo la capacidad de compra de los españoles. La medicina es totalmente cancerígena. Y las consecuencias son paro y más paro. Paro del 27% ya a la vista, lo que significa en términos absolutos que el paro afectará en 2013 a cerca de 6,4 millones de trabajadores. O lo que es lo mismo, es como si el conjunto de residentes en la Comunidad de Madrid -incluidas todas las edades- estuvieran en situación de desempleo.

Lo bueno es que la pretendida competitividad ganada bajando salarios, queda destruida por un euro que se revalúa encareciendo nuestros productos en mercados no europeos y la energía, un componente nada despreciable en el coste de muchos productos, está por las nubes, gracias a que las petroleras y las eléctricas conforman en España un oligopolio impresionante que campa sin control. Si a esto le añadimos que los productos en el mercado nacional se encarecen por el aumento del IVA, estamos al cabo de la calle: bajar salarios es una auténtica barbaridad que no conduce a nada. Bueno, sí, al hundimiento del consumo. Aquí pronto nadie hará vacaciones, con las consecuencias que se derivan, especialmente en el turismo rural.

Ya vemos como el autoengaño del gobierno no ha cambiado. Si Zapatero negaba la crisis, el PP niega que podamos seguir excavando (decían que habíamos tocado fondo) y hace unos presupuestos que no se los cree nadie (naturalmente ni ellos). Así creen ganar tiempo, como se lo creían ganar las tropas alemanas de Hitler una vez realizado el desembarco de Normandía cuando era evidente que el tema estaba sentenciado, de la misma forma que nuestro déficit emula ya al de Grecia. Nuestros gobernantes son un ejemplo sin par del efecto Dunning-Kruger, un fenómeno psicológico según el cual las personas con escaso conocimiento tienden sistemáticamente a pensar que saben mucho más de lo que saben y a considerarse más inteligentes que otras personas más preparadas, debido a que su propia incompetencia les dificulta reconocer sus errores y evaluar la competencia de los demás.

Si aquí el desastre no tendrá fin, no pinta mejor internacionalmente. En mi opinión China es una bomba de relojería, cuya explosión nos llevará a niveles de deterioro económico superiores. Nada mejor que leer el informe del GEAB de Octubre quien se reafirma en su previsión de crisis internacional. Véase lo que dicen los empresarios franceses y lo que ya pasa en las ventas de automóviles en Europa.

Completamente de acuerdo con Huw Pill, economista jefe para Europa de Goldman Sachs, quien afirma que “Para España lo peor está por llegar” y deja claro que:

1)      El rescate es obligado ya que el déficit primario no tiene arreglo a la vista y los inversores extranjeros no tienen interés en la deuda española. Ninguna de las dos cosas se puede cambiar en cinco minutos.
2)      Llega un punto en que la austeridad en vez de reducir el déficit lo aumenta. A ello vamos desbocados. Sólo se puede reducir el déficit con crecimiento. Y el mejor ejemplo lo tenemos muy cerca: Portugal.
3)      No puede haber garantías de que una vez hecho el rescate la prima de riesgo se sitúe en un nivel aceptable.
4)      Las compras de bonos españoles pueden servir a corto plazo, pero nadie garantiza que puedan mantenerse en el tiempo.
5)      Debe reducirse significativamente el tamaño del sistema financiero español.

España es un país con la clase media en vías de destrucción con un empresariado que ha perdido la confianza, aunque se lo ha ganado a pulso aplaudiendo la reforma laboral que ahora les está explotando en las narices.

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