viernes, agosto 31, 2012

Mintiendo por triplicado

Cuando indiqué los 40 puntos que llevaría adelante el PP al ganar las elecciones, la realización de un banco malo era lo que consideraba más difícil de llevar a cabo.

Pues nada, aquí lo tenemos. De esta forma se traspasa ya definitivamente a los españoles gran parte de las pérdidas que ha originado la banca con el burbujazo del ladrillo.

Lo han hecho por activa, estafando con preferentes y sacando a Bolsa acciones que no valían lo que se indicaba, para así tapar pérdidas bancarias, y ahora por pasiva, comprando a la banca toda la porquería inmobiliaria (y probablemente también la no inmobiliaria) a un “precio adecuado” que tienen acumulada en sus almacenes, o sea en sus balances. Da risa leer que el precio tiene que ser el adecuado para no "genere un daño importante" a las entidades bancarias. El daño importante, por lo tanto, para los contribuyentes.

Cara dura, muy dura, la de Guindos cuando afirma que el precio adecuado (¿como se puede asegurar que es adecuado cuando no hay mercado para tales productos?), asegura a los españoles que la operación será rentable. ¿Cómo alguien puede asegurar que toda esta porquería se venderá a mejor precio que el de compra (el adecuado)? ¿Tiene una bola para ver el futuro?  ¿Cómo tienen la jeta de asegurar que "será rentable", mejor dicho, que "debe ser rentable"?
 
A todos nos huele que será al revés, por que sino ¿por qué vender algo si se sabe que va a dar beneficio?

De entrada no está mal el plazo previsto para operar el banco malo: 10-15 años (vocación "temporal"). Previsiones de vender rápido no tienen muchas.

Pero, cuidado. Si además de lo inmobiliario se traspasan créditos dudosos, ¿cuál es su “precio adecuado”? Si un crédito de un millón se devuelve vale un millón, pero en caso contrario vale cero. Si se compra un crédito, que, por ejemplo, lleva aplazando su repago varios meses y ya esta más que dudosillo, ¿a que precio se le compra a la banca? ¿Quién puede fijar el precio a algo así?

Pero además hay otros factores que aseguran que esto se convertirá en una gran pérdida para el Estado, o sea para el contribuyente.

En primer lugar el factor inflación. Si pago 100 por un grupo de viviendas y las vendo por 100 al cabo de diez años, resultará que oficialmente no se ha perdido dinero. Pero hasta el más tonto sabe que 100 hoy no es lo mismo que 100 dentro de diez años.

Pero, claro, factor dos. Todo este dinero invertido en comprar porquería a la banca ¿de dónde sale? Lo que es obvio es que pagaremos intereses y estos intereses no los cargará nadie al coste del banco malo, ya que irán con el endeudamiento global. Las cifras de la rentabilidad del banco malo solo considerarán precios puros de compra y venta.

Otra estafa más a pagar por los ciudadanos españoles.

Eso sí, una vez más no aseguran que esto creará empleo y más aún, como sostuvo la iluminada portavoz del gobierno, que la reforma culmina el saneamiento del sector financiero con el fin de "impulsar el crecimiento económico y el empleo" y de "recuperar la financiación y el crédito".

La misma letanía de siempre. Prometen que esto no costará ni un euro público. Si cumplen esta promesa como han cumplido las anteriores, aviados vamos.

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