martes, abril 19, 2011

Cuando se trata de justificar lo injustificable

Escribía ayer sobre la falta de respeto al ciudadano por parte de nuestros gobernantes. Se inventan falsedades, pero lo bueno es que se las creen.

Leo hoy que el gobierno catalán ha iniciado la marcha atrás (a la espera de momentos mejores) sobre su intención de anular la subida del IRPF del 2% que estableció el anterior gobierno para las rentas más altas (más de 120.000 euros).

Explicaba ayer las razones que daban para anular esta medida: la deslocalización de nuestros directivos catalanes, que amenazaban, a través de la patronal catalana Fomento, de “irse a Madrid”.

“Buena limpia”, debió de pensar más de uno.

Pero ayer noche se me ocurrió hacer grandes números.
Mayor impuesto que paga esta gente (supongamos un salario de 120.000 euros): 0,02 X 120.000 = 2.400 €.
Mayores costes: pongamos 46 viajes de ida y vuelta Madrid-Barcelona-Madrid, en Ave (números redondos, viajando en clase barata): 100 x 2 x 48 = 9.600 €.
Más un pisito de alquiler (doble vivienda), sus gastos asociados, energías, comida, limpieza, etc. ¿Cuanto vale todo esto?
¿Y el transporte? ¿Coche en Madrid y coche en Barcelona? Y etc. etc.
Y la calidad de vida si se tiene familia. Unos aquí y otros allá durante la semana.

Una auténtica tomadura de pelo lo que nos dicen. Para que los impuestos pagados superen las cifras del coste en que se incurre con la “doble vida”, hemos de hablar de salarios estratosféricos, y esos, unos pocos, estaríamos encantados de que se vayan y se pasen la vida sobre las vías. Pero precisamente esos salarios pueden pagar el mayor impuesto, antes que convertirse en un
Up in the air, pero de Renfe.

Lo que no es de recibo es que se nos quiera colar un gol con esta justificación. Se llega al descaro más insólito.

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