Ya es conocido lo que le ha ocurrido a Esperanza Aguirre en Bombay. Estaba registrándose en unos de los mejores hoteles de la ciudad, cuando “el terrorismo” decidió meterse en su vida. ¡Vaya casualidad!
Escribo estas líneas porque me sorprende verla ya en Madrid, mientras que el resto de la tropa que la acompañaba (incluido un fotógrafo particular, que no se si lo paga ella o el bolsillo del contribuyente) sigue allí inmersa en los tiroteos.
Una líder de pacotilla a la que no le han enseñado lo de que el Capitán es el último en abandonar el barco. Pero la Sra. Marquesa, aterrorizada en su particular Titanic, no ha dudado en recordar que es pasajera de primera clase con derecho a bote salvavidas urgente. Al resto del pasaje que les den. Auténticamente vergonzoso lo de esta mujer.
Escribo estas líneas porque me sorprende verla ya en Madrid, mientras que el resto de la tropa que la acompañaba (incluido un fotógrafo particular, que no se si lo paga ella o el bolsillo del contribuyente) sigue allí inmersa en los tiroteos.
Una líder de pacotilla a la que no le han enseñado lo de que el Capitán es el último en abandonar el barco. Pero la Sra. Marquesa, aterrorizada en su particular Titanic, no ha dudado en recordar que es pasajera de primera clase con derecho a bote salvavidas urgente. Al resto del pasaje que les den. Auténticamente vergonzoso lo de esta mujer.
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