Me cuesta creer que se puedan perder 4.900 millones de euros en comisiones de un corredor de Bolsa que trabaja para este banco, todo ello en combinación con un operador interno, que se va ir junto con sus jefes a la calle (o a la cárcel).
Huele a Barings. Recuerdo que este banco quebró en 1995 por la actuación de un operador interno al que se le fue la mano en futuros del Nikkei 225. Aunque el autor de la tropelía fue juzgado y condenado, siempre se dijo que lo que pasaba es que el banco tenía un agujero enorme y los directivos buscaron en los mercados de derivados la salvación, siendo el operador únicamente un testaferro de la operación. Una vez más aquello de si “sale con barba San Antón, etc.”.
Las cifras del fraude del Barings fueron de 174.500 MM. de ptas., es decir, 1.048 MM, de euros. Lo de Société multiplica por cinco lo de Barings.
Da la sensación de que Sociéte intentó tapar el agujero de las subprimes con derivados, pero se han pillado los dedos. Naturalmente todo puede estar montado para aparentar que es obra de unas pocas personas (en Barings fue una sola persona, Nick Leeson, de 28 años).
Si no es así, lo que tendríamos que preguntarnos es como un banco de primera fila tiene un sistema de control (o descontrol) que permite agujeros de esta magnitud. O es culpa del sistema de control o el operador es un fiera. Seguro que dirán lo segundo.
Huele a Barings. Recuerdo que este banco quebró en 1995 por la actuación de un operador interno al que se le fue la mano en futuros del Nikkei 225. Aunque el autor de la tropelía fue juzgado y condenado, siempre se dijo que lo que pasaba es que el banco tenía un agujero enorme y los directivos buscaron en los mercados de derivados la salvación, siendo el operador únicamente un testaferro de la operación. Una vez más aquello de si “sale con barba San Antón, etc.”.
Las cifras del fraude del Barings fueron de 174.500 MM. de ptas., es decir, 1.048 MM, de euros. Lo de Société multiplica por cinco lo de Barings.
Da la sensación de que Sociéte intentó tapar el agujero de las subprimes con derivados, pero se han pillado los dedos. Naturalmente todo puede estar montado para aparentar que es obra de unas pocas personas (en Barings fue una sola persona, Nick Leeson, de 28 años).
Si no es así, lo que tendríamos que preguntarnos es como un banco de primera fila tiene un sistema de control (o descontrol) que permite agujeros de esta magnitud. O es culpa del sistema de control o el operador es un fiera. Seguro que dirán lo segundo.
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