Guinea en Patués

José Luis Cosculluela (o sea “Añica”) nos llama porque hoy, en el Centro Aragonés de Barcelona, iba a presentar un libro y documental que ha realizado con dos amigos (José Manuel Brunet y José María Mur) sobre la gente del Valle de Benasque que marchó, desde principio del siglo XX hasta su independencia, a Guinea Ecuatorial, colonia o mejor dicho conjunto de colonias de España hasta 1968.
Todo nació cuando un Benasqués, Mariano, se cabreó un día del año 1900 porque se le rompió el arado. Lo envió todo donde ya sabemos y se fue para Barcelona, donde conoció unos misioneros (¿Claretianos?) que se iban de misiones a Guinea y se fue con ellos. Y así empezó todo.

Día de encuentros. Primero con Margarita Raluy Mallo esposa de mi primo Ramón Ballarín (q.e.p.d.) y muy relacionada con el tema, ya que gran parte de su familia (Barbaruens y Chía) estuvo por aquellas tierras. Me ha puesto al corriente de la parte de mi familia relacionada con el apellido Ballarín (segundo apellido de mi madre), y el paso del tiempo aporta siempre noticias que ignoraba, algunas buenas y otras no tanto.
También había una buena representación de Morillanos y asociados (cuatro casas: Tixidó, Lorenzo, Agustina y Añica). Nos ha encantado el documental ya que muestra algo que ha quedado oculto en el tiempo y que fue importante para el Valle (y también para tierras abajo, ya que el documental se centra en las plantaciones de cacao que es donde estaban los de Benasque y no habla de la madera, donde por ejemplo estaba Escuder de Graus, quién al volver puso en marcha la planta de agua de Veri y que ahora creo que es propiedad de Damm).
En el documental sale Maripé Solana, que es de Graus (o Benavente) y que se casó con José Mª Rami (q.e.p.d), marchando para allá abajo muy joven (explica en el documental que se casó por poderes). Luego cuando volvieron montaron la Estación de Servicio en Benasque (primera y única de la zona). Tengo muy buen recuerdo de José Mª (que siempre me sacaba de apuros cuando mi 850 se quedaba tirado por aquellas pistas terribles del Valle), que en el documental aparece profusamente.
Material suficiente queda para hacer mucho más. Y es que fueron muchos los que dejaron parte de sus vidas por aquellas tierras. Vida dura y de sacrificios, pero casi todos volvieron con un patrimonio, pequeño o grande (o grandísimo) que les permitió seguir en el Valle, algunos trabajando porque eran jóvenes y otros jubilándose, cuando la independencia de las Colonias obligó a volver a casa.
Hoy aún hay una persona trabajando por allí abajo en la finca más bonita y mejor cuidada: Sampaka. ¿Os suena el nombre?
Una mañana estupenda. Me he comprado el DVD y el libro editado por la Diputación de Huesca.
Felicito a “Pepe Luis” por el enorme trabajo que ha hecho.