Hoy el día aún ha sido más caluroso. Y hemos vuelto al Tozal de Ubiergo, esta vez con Angelines. Cuando hemos llegado, algunos parapentistas con motor, ya estaban volando. Pero el viento ha rolado a Norte y ya no ha podido despegar nadie más. Los que estaban volando han venido a vernos de vez en cuando. Es increíble que un paracaídas pueda desplazarse como un pequeño avión. Debe ser algo fantástico volar así.
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