Miguel me invita a subir al Tozal de Ubiergo, cerca de la Puebla de Castro. Hay una concentración de Parapentistas y vale la pena ver el sitio, ya que tiene un panorama fantástico. Se apunta Andrés, que es mi sobrino, y se lleva su pequeña (ya le he prometido que tendrá una más grande) cometa. El sitio es ideal para volar cometas, parapentes y buitres. Un grupo de unos veinte nos sobrevuela y observa. Los parapentistas sin embargo no han podido volar. El viento térmico era tan fuerte que sobrepasaba lo aceptable. Y es que el día ha sido de auténtica primavera y el aire caliente subía hacia arriba que era una maravilla. Recuerdo que en Monflorite, cuando volaba con el avión sin motor, las “patadas” que nos daba el aire caliente en días así eran increíbles. Subíamos a 5 y 6 metros por segundo, como si tuviéramos motor. Pero he contemplado un gran panorama. El lugar es delicioso. Hacia el sur todo el valle del Cinca y a los pies el embalse y pueblo de El Grado. Hacia el este el valle de Naval y al fondo Peña Guara. Hacia el Norte todos los macizos importantes: Tendeñera, Monte Perdido, Posets y Maladeta. Más próximos Castillo Mayor, Peña Montañesa, Cotiella y Turbón. Y hacia el noroeste el valle del Isábena y al fondo ya las montañas de Lérida: Beciberris, etc. La nieve sólo aparece de 2.800 hacia arriba. Es increíble que al comienzo de Marzo, por ejemplo el Turbón no tenga casi nada de nieve. ¿Qué tendríamos hoy? ¿20 grados? Andrés se lo ha pasado en grande porque la cometa ha subido como una moto. Quería llegar al cielo, pero el cordel no daba más de sí y me pedía que la soltara para que llegase. Al bajar nos hemos deleitado viendo los inmensos campos de almendros en flor. Todo está ya completamente verde.
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