Acabo de leer hace unos días por vez primera a Paul Auster en La noche del oráculo y …
Bueno, rápidamente, ante mi falta de entusiasmo, ha salido en su defensa el Sistema Planetario Literario que me rodea. Ahora sé que no he leído el libro adecuado. Tenía que haber empezado por La Trilogía de Nueva York o El palacio de la luna. Bueno, ya lo haré, que tengo otros muchos autores en la lista.
Reconozco que Auster tiene una gran capacidad para imaginar historias. Un tema, que otros utilizarían para escribir un libro entero, Auster lo utiliza para rellenar unas pocas líneas. Va sobrado. No se parece en nada a Juan Rulfo que después de escribir Pedro Páramo no volvió a escribir nada en treinta años. "Es que se ha muerto mi tío Celerino, que es el que me contaba las historias", decía Juan Rulfo. Paul Auster no necesita ningún tío Celerino. Por eso tiene esa capacidad de publicar tan continuada.
Me remito ahora a una historia que en el libro sólo le ocupa unas pocas líneas. El protagonista del libro, escritor, recibe el encargo de hacer un guión remake de la película La máquina del Tiempo, basada en el libro de Wells. Auster, en boca del protagonista, cuenta la historia de dos viajeros en el tiempo. Uno viene del pasado (Él, 28 años, 1895) y otro del futuro (Ella, 20 años, siglo XXII, viaje de fin de estudios). La regla es que no pueden cambiar la historia, sólo ser espectadores. Viajan y van a parar al día 27 de noviembre de 1963, a Dallas, Texas. Hace cinco días que han asesinado a Kennedy y Oswald también ha muerto. Deciden viajar hacía el día 20, ya que ven que tienen en su mano evitar el asesinato. Enamorados ya, deciden intervenir aún sabiendo que el castigo es que no podrán volver a su tiempo. Han visto por TV que Oswald ha disparado desde la Biblioteca Escolar de Texas. Se personan en la Biblioteca la mañana del día 20 y retienen a Oswald y a su rifle cuando aparecen por allí. Sin embargo Kennedy es asesinado. Pese a sus esfuerzos no han evitado el asesinato. Destruyen sus máquinas del tiempo y las entierran en un prado. Enamorados, se preparan para afrontar el nuevo futuro. ¿Qué tal la idea?
Bueno, rápidamente, ante mi falta de entusiasmo, ha salido en su defensa el Sistema Planetario Literario que me rodea. Ahora sé que no he leído el libro adecuado. Tenía que haber empezado por La Trilogía de Nueva York o El palacio de la luna. Bueno, ya lo haré, que tengo otros muchos autores en la lista.
Reconozco que Auster tiene una gran capacidad para imaginar historias. Un tema, que otros utilizarían para escribir un libro entero, Auster lo utiliza para rellenar unas pocas líneas. Va sobrado. No se parece en nada a Juan Rulfo que después de escribir Pedro Páramo no volvió a escribir nada en treinta años. "Es que se ha muerto mi tío Celerino, que es el que me contaba las historias", decía Juan Rulfo. Paul Auster no necesita ningún tío Celerino. Por eso tiene esa capacidad de publicar tan continuada.
Me remito ahora a una historia que en el libro sólo le ocupa unas pocas líneas. El protagonista del libro, escritor, recibe el encargo de hacer un guión remake de la película La máquina del Tiempo, basada en el libro de Wells. Auster, en boca del protagonista, cuenta la historia de dos viajeros en el tiempo. Uno viene del pasado (Él, 28 años, 1895) y otro del futuro (Ella, 20 años, siglo XXII, viaje de fin de estudios). La regla es que no pueden cambiar la historia, sólo ser espectadores. Viajan y van a parar al día 27 de noviembre de 1963, a Dallas, Texas. Hace cinco días que han asesinado a Kennedy y Oswald también ha muerto. Deciden viajar hacía el día 20, ya que ven que tienen en su mano evitar el asesinato. Enamorados ya, deciden intervenir aún sabiendo que el castigo es que no podrán volver a su tiempo. Han visto por TV que Oswald ha disparado desde la Biblioteca Escolar de Texas. Se personan en la Biblioteca la mañana del día 20 y retienen a Oswald y a su rifle cuando aparecen por allí. Sin embargo Kennedy es asesinado. Pese a sus esfuerzos no han evitado el asesinato. Destruyen sus máquinas del tiempo y las entierran en un prado. Enamorados, se preparan para afrontar el nuevo futuro. ¿Qué tal la idea?
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