Los medios siempre están hambrientos de temas con los que llenar
sus páginas. A la que pueden cualquier tontería llena páginas y páginas durante
días, hasta que se desinfla el globo, en muchos casos cuando se pone en
evidencia que todo lo escrito era falso, lo cual ocurre a menudo con el tema
económico.
Ha pasado esto hace unos días con el tema de la deflación en
España. Como nos explica José Carlos Díez en su temeroso artículo Deflación,
Robert Solow, premio Nobel de Economía, definió de forma fácil la deflación: es
una caída generalizada y prolongada del nivel general de precios en una
economía. Remarco yo lo de prolongada.
Pues bien, recuerdo que nos dijeron que nuestro país, dado
que se halla atrapado en la ratonera del Euro y no tenemos moneda propia para
devaluarla y así ser competitivos, pues teníamos que hacer una devaluación
interna que consistía en bajar precios y salarios. Bueno en realidad bajar
precios porque el salario es un precio, el del trabajo.
Pues bien, hemos visto como los salarios bajan y bajan (y
las pensiones Dios mediante) ¿y los precios? Pues “ni están ni se les espera”,
antes bien vemos como los suministros básicos (con la electricidad en cabeza y
al galope) suben. ¿Preocupación por ello? Pues no.
Al contrario. Ha bastado que un mes, un único mes, el IPC haya dejado de
subir y haya bajado ¡una décima!, para que todos se hayan mesado los cabellos
preocupados por tal acontecimiento. “Lo peor que nos puede pasar”, decían los
entendidos en la prensa. Pero ¿no quedamos que había que bajar precios? ¿No
tendríamos que preocuparnos si no ocurre?
Enseguida han aparecido artículos y artículos sobre el pretendido
problema. Menos mal que alguien (siempre han de ser los mismos), como el
catedrático de la Pompeu, García Montalvo, ha dejado claro que en el paraíso de
los oligopolios (España), los precios no iban a bajar ni por asomo. Esta semana lo ha hecho el Presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri.
Y así ha sido. Noviembre vuelve a mostrar un boyante aumento del IPC (+0,2%) y así será siempre, porque España es inflacionista hasta en una
fuerte depresión, con lo cual la renta disponible de los españoles no se
recuperará y el consumo hará aguas.
Pero los empresarios españoles cantan lo de “antes muerta
que sin silla”, que traducido a román paladino es “antes muertos que bajar
precios”.
Y para muestra un botón: así hemos comenzado el puente.
La entrevista a García Montalvo (el presentador en catalán y él en castellano).
La entrevista a García Montalvo (el presentador en catalán y él en castellano).
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