En la rueda de prensa en la cual Guindos nos confirmó el ya pronosticado rescate (perdón, préstamo) un periodista le preguntó que por qué se había retrasado tanto la decisión de pedir los 100.000 MM. si era tan positivo y esto no iba a tener consecuencia alguna para el ciudadano. La respuesta de Guindos al periodista fue que "no era su turno para efectuar preguntas".
Por mucho menos el PP estaría clamando por su dimisión si el rescate lo hubiese pedido Zapatero.
Se nos quiere hacer creer que el tomador del préstamo es el sistema bancario. Pero no es así, el Tesoro español, el Estado, es el avalista de esta operación. Por lo tanto si la banca no devuelve este préstamo y no paga los intereses, seremos los españoles que tendremos que hacerlo de nuestros bolsillos.
Una vez más se margina al Parlamento, tal como se hizo modificando la Constitución, y nos embarcan en esta operación de salvamento del sistema financiero sin pedir permiso alguno al ciudadano. "Es lo que toca, es lo correcto, no había otra alternativa". Y así, por este camino de que se hace siempre lo mejor, estamos cada vez peor.
Nadie sabe lo que se ha firmado en este contrato, una auténtica caja negra. Sabemos que puede llegar hasta 100.000 MM. (y llegará) y que pagará un 3 o 3,5% de tipo de interés. No sabemos ni el plazo. Pero nadie presta el dinero sin garantías, sin cláusulas que aseguren a quien suelta el dinero que este volverá a sus arcas.
Europa pone dinero bueno sobre dinero malo para salvar el dinero que en su día fue prestando a lo loco a la banca española y que provocó la burbuja inmobiliaria. Con este préstamo a quien salva Europa es a su propia banca, principalmente la banca francesa y alemana.
Y que nadie olvide que si Europa pone 100.000 MM., España es Europa y por lo tanto ha de poner un 12% de esa cifra. Por lo tanto, de entrada, nuestra deuda se incrementa en 12.000 MM. Quien diga que esto es neutro para nuestra deuda miente como un bellaco.
Dice Rajoy, después de asegurarnos durante semanas que no nos iban a rescatar (menudo águila el chico que siempre que afirma una cosa se hace la contraria), que hasta Julio no nos explicará cosas de este salvamento. No hay prisa, ni falta que hace. Quien iba a ser un dechado de trasparencia, de dar la cara y de llamarle al pan, pan y al vino, se está convirtiendo en una mezcla de Aznar y Zapatero, tomando lo peor de cada uno de ellos.
¿A que viene esa fanfarronería intentando presentar la operación como un éxito cuando es el fracaso de España?
Las consecuencias inmediatas están claras en lo que respecta a la banca. Los “hombres de negro” que inspeccionarán ahora a la banca no serán los del Banco de España, tan condesciendes ellos durante todos estos años, mirando para otro lado cuando la banca inflaba permanentemente sus balances con el riesgo que ahora vemos que existía.
Los “hombres de negro” lo primero que harán es desapalancar los bancos sujetos a salvamento. Crédito que se amortice, crédito que problablemente no se conceda de nuevo, para así restaurar el ratio de créditos sobre depósitos -ver el artículo de McCoy- (que cada vez son menores, ya que la gente retira su dinero de estas entidades tocadas) de forma inmediata. Y eso se traduce en que la financiación bancaria a la economía ha muerto por una temporada. Este salvamento no restaura el crédito por más que lo aseguren y va tener consecuencias para el tejido productivo español.
Lo segundo que harán los “hombres de negro” es reducir el número de empleados y oficinas de estas entidades. Sólo las rentables permanecerán abiertas. Lo del diezmado bancario se va a quedar corto.
Y a continuación vendrá la liquidación de todas las participaciones industriales (esa serie de despropósitos a los que jugaron algunas cajas gracias al dinero fácil que les llegaba) y la venta de toda la porquería inmobiliaria. Por fin tendremos el pinchazo absoluto de la burbuja inmobiliaria. Vamos a ver bajadas salvajes de precio necesarias para adaptar de una vez oferta y demanda. Y como demanda no hay, por que ya no puede haber compradores tal como está el país, vamos a ver bajadas increíbles.
Rajoy ha caído en los mismos errores que Zapatero. No reconoció el problema bancario y cuando lo hizo efectuó una reforma para todo el sistema financiero, mezclando churras y merinas, desacreditando así a todo el conjunto de la banca española. BBVA, Santander y La Caixa, nunca deberían haber estado metidas en este desaguisado.
Después hemos visto como aparecía el aumento del déficit en las autonomñias de Valencia y Madrid, que había sido ocultado hasta lo imposible. Dos autonomías regidas por el PP. ¡La que les va a caer a los madrileños; hasta pagarán peajes!
Cuando explotó lo de Bankia intentó traspasarle el problema al BdE, con las consecuencias que ya vemos de desprestigio de la entidad y la sustitución de sus inspectores por inspectores extranjeros.
Rajoy ha caído en la misma falta de transparencia, en ocultarse y no dar la cara y sobre todo en mentir. Su gobierno es una sarta de mentiras continuadas y la pretendida confianza ha volado por los aires. Vease hoy el desastre, incluida la prima de riesgo que sigue en los mismos niveles (leer este excelente artículo en la que se exponen las razones por las cuales la prima no bajará).
Y es que los compradores de bonos se preguntan ahora que si España impaga ¿a quien impaga primero? a los compradores de deuda o a los de los 100.000 millones. Por lo tanto donde había incertidumbre sobre nuestra deuda ahora aún hay más.
Y el problema es que esta operación no supone el fin del problema.
Seguirá habiendo ajustes y recortes (para que el Estado pueda garantizar el pago de estos 100.000 millones) y la degradación continuará sin fin: ahora la banca, ahora el estado, ahora la banca…. Como dice Krugman, siguen salvando bancos pero hundiendo a los parados.
Se ha salvado de momento el sistema bancario (ya veremos si son capaces de devolver esos 100.000 millones) pero no se ha salvado España. No cumpliremos los objetivos de déficit (es imposible) lo que degradará el rating de la deuda por debajo de A y podríamos ver los tipos de nuestra deuda al 7, 8 o al 9%. Y entonces ¿qué?
Por esta razón vamos a ver de nuevo al gobierno apretar las clavijas a los contribuyentes. Para abrir boca tendremos la subida del IVA al 21 %(en mi opinión será ya en setiembre) y los impuestos que gravan el alcohol, el tabaco y la gasolina, y toda una serie de posibles desmadres (vease la lista exhaustiva) que continuarán ahondando lo que ya es una clara depresión.
Una espiral infernal de la que vengo escribiendo hace años y de la que no salimos ni saldremos con esta sarta de errores de política económica. Un país en el que ya nadie puede comprar, ni a plazos.
Caminito de Grecia (nos acompañará Italia), que ya tienen un PIB negativo del 6,5%. Nosotros les seguimos con cariño: podríamos estar en el 4,1%, con lo que esto supondría de nuevos ajustes.
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