martes, junio 12, 2012

Iglesia de Nuestra Señora de Gracia en El Run

El pequeño pueblo de El Run, situado pocos kilómetros antes de llegar a Benasque, además de tener una entrañable iglesia parroquial, cuenta con una pequeña ermita románica (siglo XII) que es una maravilla. 

Hay que caminar un poco para alcanzar esta pequeña joya, ya que no se halla en el núcleo del pueblo. Lo mejor es aparcar al lado del albergue que regenta el ayuntamiento, desde donde habremos de caminar 500 m. siguiendo una indicación al lado del poderoso manantial (un acuífero muy interesante desde el punto de vista geólogico) que fluye allí mismo. 

Tuvimos la suerte de encontrar la persona que dispone de su llave y así verla por dentro. 

Curiosa iglesia en la que para acceder a su campanario (lo mejor de ella) hay que hacerlo colocando una escalera manual por el exterior y aproximarse por el tejado. 

De pequeñas dimensiones, es un claro exponente del llamado románico lombardo. El ábside y parte de los muros están recorridos por el característico friso de arquillos ciegos situado bajo la cornisa. Las bandas longitudinales o lesenas dividen el ábside en diferentes tramos. 

La ermita presenta dos partes perfectamente diferenciadas por los arquillos lombardos y el cambio de rasante en su fachada sur. Consta de una única nave, rectangular y pequeña, con su ábside orientado hacia el este como es menester. 

Presenta en el exterior arquería lombarda con lesenas, que apoyan a media altura sobre un resalte del muro. En este mismo lado se abre la puerta de acceso, bajo arco de medio punto, que ha sido tabicado con una losa a modo de tímpano, para colocar una puerta rectangular completamente fuera de lugar. 

La iluminación le llega a través de tres pequeñas ventanas; una centrada en el ábside bajo arco de medio punto y doble derrame, otra en el muro de la puerta, también bajo arco de medio punto y doble derrame y otra bajo el hastial, con dintel y derrame hacia el interior. Junto a la segunda indicada se abre otra ventanilla aspilleraza, que igualmente derrama hacia el interior. 

Su pequeña torre, audazmente asentada sobre la bóveda (esto no es muy frecuente) y manifiestamente inclinada, tiene base cuadrada, abriéndose en sus cuatro caras sendas ventanas geminadas, separadas por columnas con rudimentario capitel, enmarcadas en alfiz, coronadas por una arquería ciega de tipo lombardo bajo una franja con dientes de sierra, todo ello rematado por un tejado piramidal de cuatro vertientes y cúpula formada por círculos concéntricos en degradación radial. Se ve el estilo del que construyó las del valle de Boí, en Cataluña. 

Su bóveda que originariamente sería de medio cañón corrido, se presenta hoy como ligeramente apuntada, reforzada por arcos fajones del mismo tipo, sin duda para sostener el peso de la torre. El ábside, con arco principal de medio punto, se cubre con bóveda de cuarto de esfera.

 
 
 
 
 
 
 
 

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