Pepiño Blanco, el segundo gran hombre de nuestros dirigentes actuales, está dispuesto a pasarse por la piedra a todo colectivo de trabajadores que se le ponga por delante. El buque insignia de los trabajadores son los controladores, que como ya todos sabemos ganan una pasta infame y justo es que sean mileuristas como todo hijo de vecino, que ahora es lo que se lleva, arquitectos incluidos.
A efectos de rentabilizar esos aeropuertos a los que no les salen lo números, Pepiño ha decidido que esos aeropuertos no tengan controladores. Dado el bajo tráfico que tienen mejor que los pocos aviones se lo arreglen entre ellos como si estuviesen jugando a las cartas. ¡Tira tu, que es tu turno! (es decir, tirarse en visual, que así se le llama en el argot) podremos oir por las frecuencias aéreas. El día que pase algo ya nos explicarán que había algo que se les había escapado, pero que quedará naturalmente arreglado y ya no volverá a pasar. Y así hasta la siguiente.
Todo muy fácil pero hay algo que se me escapa. Y es como se las arreglarán los aviones para mantener las distancias reglamentarias en las colas en senda de aterrizaje. Especialmente cuando aterrice un “heavy” (o sea un Jumbo o un A380, el monstruo de reciente invención que el día que se la pegue uno de ellos batiremos récords), ya que estos bichos dejan el mundo a su cola sin aire y ya se sabe que los aviones sin aire no vuelan.
Los aeropuertos “avanzados tecnológicamente” que no necesitarán controladores son: La Gomera, El Hierro, Huesca, Logroño, Burgos y Ciudad Real. Es decir, aeropuertos que no hay que pisar.
Y la cosa no queda ahí. Pepiño quiere aplicarlo a todo aeropuerto que no tenga 50 operaciones al día. No es de extrañar que muchas compañías se lo piensen y muchos Gobiernos Autónomos se suban por las paredes, y se nieguen a utilizar aeropuertos con el AFIS (Aerodrom Flight Information System), que así se llama el invento y que como se puede ver se trata únicamente de un sistema de información. Ni una orden.
Un gran ahorro. Se olvidan de que los controladores están para algo.
A efectos de rentabilizar esos aeropuertos a los que no les salen lo números, Pepiño ha decidido que esos aeropuertos no tengan controladores. Dado el bajo tráfico que tienen mejor que los pocos aviones se lo arreglen entre ellos como si estuviesen jugando a las cartas. ¡Tira tu, que es tu turno! (es decir, tirarse en visual, que así se le llama en el argot) podremos oir por las frecuencias aéreas. El día que pase algo ya nos explicarán que había algo que se les había escapado, pero que quedará naturalmente arreglado y ya no volverá a pasar. Y así hasta la siguiente.
Todo muy fácil pero hay algo que se me escapa. Y es como se las arreglarán los aviones para mantener las distancias reglamentarias en las colas en senda de aterrizaje. Especialmente cuando aterrice un “heavy” (o sea un Jumbo o un A380, el monstruo de reciente invención que el día que se la pegue uno de ellos batiremos récords), ya que estos bichos dejan el mundo a su cola sin aire y ya se sabe que los aviones sin aire no vuelan.
Los aeropuertos “avanzados tecnológicamente” que no necesitarán controladores son: La Gomera, El Hierro, Huesca, Logroño, Burgos y Ciudad Real. Es decir, aeropuertos que no hay que pisar.
Y la cosa no queda ahí. Pepiño quiere aplicarlo a todo aeropuerto que no tenga 50 operaciones al día. No es de extrañar que muchas compañías se lo piensen y muchos Gobiernos Autónomos se suban por las paredes, y se nieguen a utilizar aeropuertos con el AFIS (Aerodrom Flight Information System), que así se llama el invento y que como se puede ver se trata únicamente de un sistema de información. Ni una orden.
Un gran ahorro. Se olvidan de que los controladores están para algo.
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