miércoles, junio 09, 2010

La nueva versión de Fahrenheit 451. Los bomberos-pirómanos: Merkel, Zapatero, Cameron, etc.

Tenemos ya dos hitos en la evolución de la crisis en lo que a la Eurozona se refiere. El primero el golpe de Estado del 8-9 de Mayo, fecha que pasará a los anales de la Historia de España al producirse un hecho de consecuencias futuras imprevisibles. Ese fin de semana, el Gobierno español, elegido democráticamente por los españoles, vio su soberanía arrasada bajo el dictado de los mercaderes de la Unión Europea, que obligaron a nuestro Gobierno a tomar medidas económicas contra los más débiles: pensionistas y funcionarios. Además, a partir de esa fecha, ya no solo compartimos algunos países la moneda, el Euro, desde ahora compartimos la deuda.

El segundo hito, más importante aún, ya que avisa de futuras consecuencias no muy lejanas y en cadena, ocurrió el lunes, cuando
Angela Merkel se quitó la careta y vimos como aparecía su nuevo rostro de NeoThatcher, convertida a la cultura de la estabilidad, dispuesta a sacrificar los restos del estado del bienestar europeo, al precio que sea.

Al igual que aquellos bomberos de la novela de
Ray Bradbury, Fahrenheit 451, Merkel se ha convertido en un bombero-pirómano. Intenta atajar la crisis con nuevas medidas de ahorro en el gasto público, lo que supone al mismo tiempo echar más gasolina al incendio de la recesión, ya que el menor gasto afectará sin duda al crecimiento, no solo de Alemania, sino de la UE.

Tan solo hace dos años, cuando se disparó la crisis, vimos que todos los Gobiernos, reunidos en varios G-X (siendo X el número que a uno le venga en gana poner), decidieron al unísono que únicamente había una receta para evitar la depresión: más gasto público que supliese el retroceso del gasto privado. Sorprende ahora, tan pocos meses después, que aquellos que generaron ese gasto den marcha atrás con las graves consecuencias que esto puede traer. No es tan sólo que cesen las ayudas y el mayor gasto cuando aún no se ha salido de la recesión (en Europa aún no hay recuperación y la pseudo-recuperación estadounidense es una operación de comunicación que en lo interno busca reiniciar el consumo de las unidades familiares, algo ya imposible, y en lo externo evitar la locura de los acreedores visto lo que ocurre ya por aquí. Estados Unidos pretenden así poder escapar de la brutal y devastadora cura de austeridad que se ha iniciado en Europa).

Lo grave es que se quiera reducir el endeudamiento de forma repentina y acelerada. Ya sabíamos que los niveles de deuda alcanzados no son correctos y que son insostenibles si se alarga muchos años la situación. Pero de momento era la receta correcta y parecía que era lo que había que hacer. Lo que no se puede hacer ahora, de repente, es lo contrario y ¡ya!
Se abre un gran abismo a nuestros pies.

El recorte del gasto público inflingirá unos castigos desmedidos a todas las economías (especialmente la española que se verá atrapada en una espiral perversa) ya que todos, absolutamente todos los Gobiernos (excepto EE.UU., tómese nota) están ya montados en esta locura colectiva (
véase lo que escribió ya hace días, antes de las medidas de Merkel, Marc Vidal).

Cameron (NeoReagan) anuncia también medidas en el Re¡no Unido, que serán de calado muy superior a las de Alemania. Las élites británicas se entramparon en su negación de la realidad (como en España) de la que también hicieron participe a su pueblo. Ahora viene la hora de la verdad y hay que explicarles a los ingleses (nuestro primer cliente turístico) como tratar de encontrar los 200 Millardos de EUR que su país necesita para equilibrar el presupuesto de este año. No acabo de entender como los liberales han aceptado entrar en un Gobierno que va a tomar precisamente las medidas contrarias a lo que defendía su líder Nick Clegg. Pero vista la noticia de hoy, ya vemos que a los políticos lo que les interesa es el corto plazo. Llenarse los bolsillos rápidamente y al electorado que le den. No me extrañaría que con las medidas que se tomen la presión de la calle haga saltar por los aires esta alianza conservadora-liberal.

La situación de déficit y endeudamiento del reino Unido son de órdago y los problemas para financiarlo van a ser enormes. Y no tienen el escudo de la Unión Monetaria. Cuentan únicamente con el apoyo de EE.UU., pero los americanos no están precisamente para taparles los agujeros a sus primos hermanos. Los EE.UU. necesitan ya por si solos aspirar todos los ahorros globales que puedan y por lo tanto no están precisamente para préstamos. Como vemos el problema del endeudamiento es global y el problema puede venir de que no haya dinero para todos. ¿Qué pasaría si algún país importante, en algún momento, no puede cubrir sus emisiones de deuda ni a precios impagables? ¿Qué cadena de reacciones tendríamos de ese dinero tan cobarde?

Mi profesor de Política Económica (Juan Ramón Cuadrado Roura) hace ya muchísimos años me dejó clara una cosa y es que no puede haber objetivos de Política Económica contrapuestos. Si se consigue uno, se falla en el otro. Se quiere salir del endeudamiento reduciéndolo, pero sin cercenar el crecimiento. Imposible. Esquizofrenia absoluta (ver artículo de Joaquín Estefanía). Unos días los Gobiernos se preocupan por el déficit y la deuda y al siguiente por el desempleo que no cede (o aumenta) consecuencia de la falta de dinamismo privado.

Queda claro que el capitalismo, de momento, no va a saltar por los aires. Antes de eso lo que va a llevarse por delante es lo público, ya que nadie parece comprometido en su defensa, como bien nos explicaba Soledad Gallego hace unos días. Vamos viendo como los escenarios, que tan solo hace unos meses nos parecían imposibles, se vuelven reales con las graves consecuencias que vamos a sufrir todos.

Puede ser que no haya dinero para todos y puede acabar esto en un sálvese quien pueda a nivel país. El problema ya no es únicamente la falta de gobierno económico común en la Eurozona, el problema es que la democracia está sujeta ya a poderes de nivel superior que son los que dictan las normas a seguir (los gobiernos deberían ser los policías de los mercados en vez de que los mercados sean los policías de los gobiernos) y que pueden llevar, en su ceguera más absoluta, a la depresión que inicialmente pensábamos que se había superado al paliarla los Gobiernos con sus medidas de ayuda pública.

Josep Borell, ex secretario de Hacienda, ex ministro de Obras Públicas y ex Presidente del Parlamento Europeo, expuso en una entrevista reciente los problemas adicionales que tiene en esta crisis España derivados de nuestra pertenencia a una Unión Monetaria que nació incompleta. Borell nos deja claro algo que ahora se pasa por alto. El problema de España no es su endeudamiento público, sino el privado. Esa enorme deuda generada por la burbuja inmobiliaria. Los hipotecados deben mucho dinero a los bancos, pero estos a su vez lo deben a inversores extranjeros (que todos tratan de saber quienes son; véase este interesante artículo y especialmente el gráfico que lo acompaña), quienes ahora (el dinero es muy cobarde) temen por su inversión. La teoría económica por los suelos, ya que se decía que lo inestable era lo público y no lo privado. Controlemos lo público (ahora incluso quieren desmontarlo) y ya no habrá problemas, nos decían. Pero lo profundamente inestable era realmente lo privado.

Vemos como las políticas de desigualdad (esto lo explicó muy bien Krugman en uno de sus libros) están en la base de la crisis. Perdido el poder adquisitivo del asalariado, se le ha mantenido artificialmente mediante el aumento del endeudamiento, dando facilidades y provocando una burbuja crediticia de enorme tamaño.
Pero el problema se acrecienta ahora. En vez de corregirse, las medidas que vemos que se están implementando van a provocar mayor desigualdad aún. Por eso los problemas sociales van a ir en aumento y vamos a ver la fractura de la sociedad (y no solo de la española, claro).

Ahora vendrán en serie nuevos hitos en línea con el camino hacia al abismo que se ha iniciado,
como bien indica el FMI, “que quiere más medidas”. Una está al caer: el empeoramiento de las condiciones laborales de los trabajadores. Después vendrán las sanitarias, pagando algo por cada visita al médico de la Seguridad Social y quien sabe si más por los medicamentos. Veremos aumentar los recortes en lo social de forma imparable y continuada. Reducción también de los Ministerios. Seguirán las pensiones. La forma del cálculo de la pensión comprenderá toda la vida laboral del asalariado y veremos como, sin duda, se alarga la fecha de jubilación. Pero esto no es nada comparado con lo que caerá cuando gobierne el PP. Podemos ver la privatización absoluta de todo lo público: Correos, la red de Ferrocarriles, la Sanidad, la Enseñanza, etc. y el establecimiento de la locura social, visto que la oposición de la calle es débil y más aún si tienen apoyo del electorado. Cheque en blanco para el navajazo final.

Nos esperan largos malos tiempos, en gran medida debidos a que el conformismo (véase el atontamiento general con el Mundial de Fútbol y con la “Roja”) nos va a arrastrar a este remolino sin fin que nos lleva al fondo del pantano social y económico, consecuencia de ser dirigidos (¿?) por una secta de ciegos movidos únicamente por su interés egoísta que marca todas sus decisiones cortoplacistas. Mucho me temo que vamos directos al abismo económico y social. Me gustaría equivocarme.

Nota: Soy el responsable del montaje de la famosa foto de Fahrenheit que acompaña este escrito.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, veo que te alineas con Krugman y el Keynesianismo. Mi perspectiva es muy divergente a la que presentas, creo que Europa, y especialmente USA están abocadas a decrecer: por las buenas o por las malas. (La burrá no da más de sí, Límites al crecimiento por eslabón débil, etc.) En esa hipótesis que va más allá de capear un temporal o superar un bache, me parece que al fin la política económica europea anticipa los acontecimientos propiciando un decrecimiento ordenado: dirigido por el estado, por los estados. La espera del retorno a la senda del crecimiento se estaba haciendo larga y el golpe de timón de dosificar esfuerzos por si las cosas se complican me parece una buena estrategia, aunque dolorosa. Lo importante a fin de cuentas es sobrevivir.

Bond

apocanow dijo...

impresionante, no tengo palabaras, ojalá no sea cierto.

 
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