Pasado el cepillo a los funcionarios, ahora viene la segunda fase, pasárselo al asalariado del sector privado.
Visto que es imposible un pacto sindicatos-patronal, será el Gobierno el que tenga que fijar el reajuste del mercado laboral y lo hará en breve. Tan en breve que el chantaje a Zapatero, para que la modificación de las normas españolas lleven el agua al molino de la patronal, se ha puesto en marcha a gran escala.
En primer lugar vimos como ayer la deuda española se encareció más aún y de forma repentina. Mensaje: los mercados sospechan que las medidas de Zapatero no serán lo “suficientemente buenas” para satisfacerlos. Por lo tanto le transmiten a Zapatero lo de "aprieta las tuercas a tope, please, o vas a recibir más dosis de encarecimiento del precio de los préstamos".
En segundo lugar aparecen de nuevo, en el momento oportuno, como no, los cien economistas, que ahora ya se denominan “la élite de la economía”, repitiendo el mantra de siempre, ya archiconocido.
En tercer lugar, para que nos ablandemos, el FMI nos dice que probablemente en el 2011 hará falta más. Es decir, mensaje: no te opongas a lo de ahora porque probablemente después vendrá más. A lo mejor aceptando esto te salvas de más medidas.
Vemos como se aplican los chantajes a un Gobierno y a los trabajadores de un país. Todo bien orquestado y preparado. Nada de parches. Medidas a saco paco, con navaja de Albacete.
Lo malo de todo esto es que todas estas medidas son inútiles como medidas de Política Económica para atajar la crisis (al igual que las reducciones a los funcionarios). El nuevo modelo laboral solo aporta beneficios a los empleadores y no generará per se ni un puesto de trabajo, por más que nos vendan la moto para conseguir que traguemos con la modificación.
Me remito al tiempo para comprobar como esto no arreglará el paro. Lo que hará es profundizar más el deterioro del consumo y por lo tanto la crisis. Ya he repetido en innumerables ocasiones que los empresarios están enormemente equivocados si creen que mantendrán sus niveles de ventas y sus beneficios reduciendo el poder adquisitivo de los trabajadores. Las cuadraturas del círculo no existen.
Visto que es imposible un pacto sindicatos-patronal, será el Gobierno el que tenga que fijar el reajuste del mercado laboral y lo hará en breve. Tan en breve que el chantaje a Zapatero, para que la modificación de las normas españolas lleven el agua al molino de la patronal, se ha puesto en marcha a gran escala.
En primer lugar vimos como ayer la deuda española se encareció más aún y de forma repentina. Mensaje: los mercados sospechan que las medidas de Zapatero no serán lo “suficientemente buenas” para satisfacerlos. Por lo tanto le transmiten a Zapatero lo de "aprieta las tuercas a tope, please, o vas a recibir más dosis de encarecimiento del precio de los préstamos".
En segundo lugar aparecen de nuevo, en el momento oportuno, como no, los cien economistas, que ahora ya se denominan “la élite de la economía”, repitiendo el mantra de siempre, ya archiconocido.
En tercer lugar, para que nos ablandemos, el FMI nos dice que probablemente en el 2011 hará falta más. Es decir, mensaje: no te opongas a lo de ahora porque probablemente después vendrá más. A lo mejor aceptando esto te salvas de más medidas.
Vemos como se aplican los chantajes a un Gobierno y a los trabajadores de un país. Todo bien orquestado y preparado. Nada de parches. Medidas a saco paco, con navaja de Albacete.
Lo malo de todo esto es que todas estas medidas son inútiles como medidas de Política Económica para atajar la crisis (al igual que las reducciones a los funcionarios). El nuevo modelo laboral solo aporta beneficios a los empleadores y no generará per se ni un puesto de trabajo, por más que nos vendan la moto para conseguir que traguemos con la modificación.
Me remito al tiempo para comprobar como esto no arreglará el paro. Lo que hará es profundizar más el deterioro del consumo y por lo tanto la crisis. Ya he repetido en innumerables ocasiones que los empresarios están enormemente equivocados si creen que mantendrán sus niveles de ventas y sus beneficios reduciendo el poder adquisitivo de los trabajadores. Las cuadraturas del círculo no existen.
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