viernes, septiembre 25, 2009

Un verano griego - 2. La Acrópolis de Atenas


A estas alturas supongo que hablar de la Acrópolis de Atenas (Patrimonio Mundial de la Humanidad desde 1987) y del Partenón en particular es un ejercicio inútil, ya que todo el mundo conoce esta obra magna de la Arquitectura.

Pero voy a recordar algunas cosas, que siempre va bien, y antes de entrar en tema decir que tuvimos suerte con el día, ya que unas pequeñas nubes y un poco de viento vinieron en nuestra ayuda, dado que es un sitio sin defensa posible del sol. Respecto a las masas y tratándose del mes de Agosto, como ya íbamos mentalizados, lo llevamos bien y el lugar permite digerirlo, considerando que la explanada donde se hallan todos los edificios es inmensa (270 x 156 m.) y absorbe el gentío. Únicamente te agobias al entrar, en los Propileos, cruce de entrada y salida de las masas por el único lugar posible (taquilla única un poco más abajo) y como los grupos organizados madrugan como no podría ser de otra forma (alemanes, japoneses…), el agobio hasta se reduce un poco y contento que te quedas de ver que podía ser peor.

Un taxi nos situó en el punto más alto posible, de forma que caminamos lo mínimo hasta lo alto de la colina (156 m.) donde se halla la Acrópolis (que significa ciudad alta) y poco después nos llevábamos la primera decepción al ver el templo de Atenea Niké casi totalmente oculto por los andamios de restauración. Atravesamos los Propileos ya maravillados y ¡oooooh! allí teníamos enfrente a esa maravilla de la Arquitectura que es el Partenón, pero… segunda decepción, también con andamios en su lateral izquierdo y detrás de la primera fila de columnas. Cachís…

Pero, bueno, es tan maravilloso que aceptas resignado que se haya de restaurar. De hecho lo que no entiendo es como no se ha restaurado más y han dejado que todos los trozos del Partenón, que la violenta explosión arrojó a metros de distancia, sigan por ahí. Un auténtico desastre. Yo sería partidario de restaurar, pero parecer ser que este ha sido un eterno tema de debate en Grecia sin solución. Pero si quieres verlo todito reconstruido te puedes ir a Nashville en EE.UU donde hay una copia perfecta.

Ya sabéis que el Imperio Veneciano (Italia es un invento reciente como país) dominó, para lo bueno y para lo malo, el Mediterráneo oriental desde el siglo XI, alcanzando su cénit en el siglo XV. Su gran enemigo, el contrapoder de siempre que le aparece a todo imperio, fueron los Turcos.
Este enfrentamiento duró aún algún siglo más y fue en 1687 cuando los venecianos sitiaron Atenas que estaba en su poder. Estos, pasándose de listos colocaron el polvorín en el Partenón, pensando que los venecianos no tendrían valor de bombardearlo. Pero errados que estaban los turcos, estos no dudaron en hacerlo… y adiós Partenón. Demos gracias a que esta obra magna estaba tan bien hecha que en su mayor parte permaneció de pie. Eso sí, el tejado aún lo están buscando.

Después los británicos acabarían la faena llevándose los frisos a Londres (Museo Británico) y no tienen la más mínima intención de devolverlos, tal cual haría cualquier ave de rapiña, que en este caso se llamaba Elgin (embajador británico en Constantinopla a principios del XIX) .

Datos sobre esta maravilla que es el Partenón:

Templo dórico, construido entre los años 447 y 432 a. C., con dimensiones de 69,5 metros de largo, por 30,9 de ancho con columnas que tienen 10,4 metros de altura.
La construcción del monumento fue iniciada por Pericles, se desarrolló entre los años 447 y 432 a. C. y los arquitectos encargados de la obra fueron Ictino y Calícrates y estuvieron, en la mayoría de los casos, bajo las órdenes del arquitecto y gran escultor ateniense Fidias, autor de la decoración escultórica y de la gran estatua de Atenea Partenos que estaba situada como pieza central del templo (medía doce metros de altura y para su elaboración se necesitaron 1.200 kilogramos de oro).
Algunos arquitectos afirman que el Partenón es una obra correcta, pero no excepcional, ya que las columnas debían ser muchas y muy juntas para sostener el techo cuyos módulos de piedra tenían limitaciones longitudinales evidentes.

Y lo más interesante, que adjunto en una de las fotos, obtenida mediante escaneado de un libro.
¿Sabéis que las líneas del Partenón están corregidas? Me explico. En aquellos tiempos sólo había posibilidad de ver el Partenón desde el suelo ya que nadie volaba. Pues, los arquitectos corrigieron las columnas y a pesar de que parecen verticales espaciadas con regularidad, el cómputo exacto de las medidas revela que la distancia entre las columnas es mayor en el centro que en los ángulos del edificio, lo mismo en las frontales que en las laterales. Además las columnas están ligeramente inclinadas hacia el interior. Estas casi imperceptibles correcciones ópticas contribuyen a producir impresión de estabilidad. Pero aún más: la característica más curiosa del Partenón es la ligera curvatura de sus principales líneas horizontales. El cornisamento no es perfectamente horizontal, sino que se curva unos seis centímetros en una longitud de 30 metros en las fachadas frontales y diez centímetros en una longitud de setenta metros en las laterales.

Los griegos procuraban contrarrestar cualquier impresión de flexión en la forma, ilusión óptica que se produce cuando una larga línea horizontal se apoya sobre una serie de de verticales.

Otra de las maravillas de la Acrópolis es el Erection (con sus famosas Cariátides, que son falsas, ya que las originales se encuentran en el museo de la Acrópolis), de estilo jónico, sin olvidar que en la parte baja de la Acrópolis se halla el teatro de Dionisos, donde estrenaron sus obras Sófocles, Aristófanes y Esquilo y el Odeón de Herodes Ático.

El museo de la Acrópolis, construido a sus pies y al lado de la Embajada Española, es un monstruo que ha levantado muchas criticas, ya que ha sido diseñado de forma que cabe en su interior el Partenón completo. Se ha construido con sus medidas de forma que se han incluido los frisos recuperados y se han dejado los espacios oportunos para que en su día vuelvan donde han de estar los frisos robados por los ingleses y que pueden verse en el Museo Británico en Londres.

Críticas a esta mole de edificio no han faltado, ya que rompe un poco el entorno.
La visita al museo es obligada si queréis ver las verdaderas Cariátides, una maravilla (imposible obtener fotos, marcaje total, fui derrotado).

Fotos: la de arriba obviamente en el Partenón, en su lado opuesto a la entrada por los Propileos.
Abajo:
1. La Acrópolis vista desde la ciudad
2. Las primeras escaleras de subida a la Acrópolis
3-6. Propileos, entrada a la Acrópolis. La foto 4 corresponde a la puerta Beulé, que ahora solo se pasa al salir.
7-13. Partenón.
14. Dibujo mostrando las correcciones que se hicieron en las medidas para mejorar la óptica del templo.
15-20. Erection.
21. Detalle de las Cariátides en el Erection.
22. Colina Filoppapo, a un paso de la Acrópolis.
23-24. La Acrópolis desde su museo (el edificio blanco que se ve a la izquierda es la Embajada Española en Atenas) y su entrada.
25-26 Teatros Odeón de Herodes Ático y
Dionisios.
27. Un precioso panorama desde lo alto de la Acrópolis, con el Partenón a la izquierda, el Erectión en el centro y la ciudad a la derecha.

Click en las fotos para verlas más grandes.







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