sábado, septiembre 05, 2009

Un verano griego – 1. Atenas. Museo Arqueológico


Llegamos a Atenas bien de noche. Esa hora en la que da miedo salir de tu refugio patrio donde lo tienes todo controlado y saber que has de enfrentarte al bandido de Sierra Morena, variante Ateniense, dispuesto a atracarte de la forma más fina existente, nada más llegar. Me refiero al taxista. Avisado estaba de que la tarifa de los taxistas en Atenas se incrementa un 100% por la noche, o sea el doble. Y como el Aeropuerto (el Aeródromo, en griego) se halla donde Cristo perdió el gorro, pues hay que preparar entorno a 50€ como estreno de la gira vacacional.
Superado el atraco, hecho con tubo de escape en vez de trabuco, todo discurrió ya perfecto y paradójicamente los taxis diurnos por Atenas salieron muy baratos, de 3 a 5 €, como mucho, en nuestros trayectos por la ciudad.

Nos despertamos en la cuna de la civilización occidental, donde nacieron la democracia y el Estado moderno hace más de dos mil años y como mi santa seguía debilucha optamos el primer día por pasar visita a esa maravilla que es el Museo Arqueológico - ver también Wikipedia en castellano - (que se mantuvo cerrado unos años por el terremoto de 1999) y que además nos quedaba relativamente cercano al hotel.
Aire acondicionado (la que caía en Atenas era de órdago) y sillas disponibles para ir visitándolo con calma.
Lo antiguo siempre atrae. Probablemente después del museo de El Cairo, estamos ante una de las colecciones de objetos arqueológicos más antiguas de la humanidad, remontando hasta la prehistoria (neolítico y edad del bronce). Un viaje en el tiempo.
A destacar la colección de frescos hallados en la ciudad de Akrotiri en Santorini (Thera). Akrotiri fue destruida por la explosión volcánica que dio al traste con toda la isla de Santorini (ya hablaré de ello cuando comente la visita que hicimos a la isla como cierre del viaje). La explosión data del siglo XV A.C. lo que da una idea de su antigüedad de esta civilización contemporánea a la Minoica de Creta. Realmente bellos estos frescos, especialmente el de los niños boxeadores, aunque sólo se conservan partes y el todo se inventa o supone y se dibuja, como puede verse en la foto.
Impresionante la estatua de bronce de Zeus o de Poseidón (foto). Está claro que una de las dos manos llevaba algo. ¿Un rayo o un tridente? Saberlo indicaría de quién era la estatua.
De igual manera el Pequeño jinete de Artemission, (foto) que representa un niño al galope, fue un hallazgo excelente (ambas estatuas se recuperaron de un naufragio en la isla de Eubea).
La colección de vasijas es inmensa (ocho salas) y los dibujos pintados en ellas nos muestran gráficamente toda la mitología griega.
En la sala Minoica podremos ver la notable cabeza de toro con cuernos de oro (foto).
Y la sala de esculturas es inmensa. También hay arte egipcio, pero lo vimos por encima, ya que después de haber hecho dos visitas al museo de El Cairo, poco nos podía aportar el museo de Atenas y era preferible dedicar tiempo a lo griego.
Y no se puede olvidar el famoso Sátiro (foto). Pequeñito, difícil de encontrar, pero de visita obligada. Copias de esta estatuilla aparecen por todas las tiendas de recuerdos griegas.
Y acabo con el descubrimiento de algo nuevo. Desconocía totalmente el tema y fue una verdadera sorpresa. Me refiero al mecanismo de Antikythera, que data de 80 años A.J. y que fue hallado en un nafraugio en la isla griega del mismo nombre.
Se trata de un complicado mecanismo consistente de 32 engranajes y placas con inscripciones relacionadas a los signos del Zodíaco y a los meses.
Una auténtica computadora que permite calcular el tiempo en base a los movimientos del sol y la luna y así puede predecir los eclipses y movimientos de otros planetas.
El mecanismo se ha podido reproducir en su totalidad (en el museo hay un ejemplar) en base a lo hallado. Hay abundante literatura en la red y podéis leer más sobre este interesante tema aquí y aquí. Y una simulación del movimiento aquí y un clip interesante con demostración aquí, con un modelo perfectamente reconstruido y operativo (muy interesante).
Ignoraba yo la capacidad de los griegos de hacer engranajes metálicos de este pequeño tamaño y menos aún el poder utilizarlos en un mecanismo complejo con finalidades astronómicas. Y por lo que se ve ya tenían claro lo de la teoría heliocéntrica, o sea que la tierra gira alrededor del sol. ¡Cuantos años perdidos hasta Galileo! Por lo que se ve los cientificos griegos no escribían. Terrible error que pagamos con siglos de conocimiento perdido... y la Biblia afirmando lo contrario...

También podemos ver la máscara de oro de Agamenón, encontrada por Schliemann en Troya, aunque se duda de que realmente sea de él.

Al acabar la visita nos fuimos paseando (con la botella de agua en la mano) por todo el centro (Plazas Omonia y Sintagma) hasta llegar a la plaza de Monastiraki, muy cerca ya de la Acrópolis. Comimos en la misma plaza, en una taberna bastante famosa :ΦΑΓΟΠΟΤΕΙΟ ΜΠΑΪΡΑΚΤΑΡΗΣ. Muy casera, típica y multitudinaria, llena de fotos de famosos hechas en su visita al restaurante y que cubren las paredes. Una de las fotos era de la Reina Sofía que debió pasar por este sitio en alguna de sus últimas visitas, ahora permitidas después de muchísimos años de espera, ya que desde que se abolió la monarquía en Grecia (su hermano Constantino era el Rey) la Constitución prohibió su regreso a él y a toda su familia. Supongo que el restaurante le traía muchos recuerdos de juventud. Comimos de maravilla y empezamos a darnos cuenta de dos cosas:
1) que por aquí los tomates (y resto de vegetales) saben a eso, a tomates, cosa que por aquí ya no es así, ya que no saben a nada.
2) que puedes comer a cualquier hora y que los platos son muy abundantes. Por lo tanto si comes y cenas en restaurante, hay que controlar lo que pides so pena de que no puedas comértelo todo.

Atenas decepciona un poco. A caballo entre las ciudades-caos árabes (por ejemplo El Cairo y Damasco) y las ciudades europeas, Atenas muestra aspectos muy diferentes según el barrio donde te mueves. Lo que es el centro (la plaza Omonia es un auténtico caos/guirigay) no seduce lo más mínimo, pero otras zonas son acogedoras y más próximas a lo que son nuestras ciudades.

A izquierda y derecha de la plaza Monastiraki se encuentran los barrios de Plaka y Psiri donde descubrimos todo un mundo de tiendas, restaurantes y bares y que por la noche son lugar de visita obligada de muchos atenienses y de todos los turistas que acuden en masa. Da la sensación de que todos los restaurantes y bares de copas de Atenas se han ubicado aquí.


Haciendo click en las fotos las podéis ver más grandes y por el título saber de que se trata.

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