La tradición dice que los gaiteros (sí, sí, gaitas en el folklore aragonés) llegaban del pueblo de Caserras. Y la tradición, como cada año cuando empiezan las fiestas, manda esperarlos en el Puente de Abajo, ese gran puente romano que cruza el río Esera cuando muere ya embalsado en el pantano de Barasona.
Atardece y la luz, como cada año, perfecta para hacer unas estupendas fotos.
Y los trabucos (véase la foto que le hecho a Manolo) sembrando el espanto para recibir con todo el ruido posible a los gaiteros. Repatanes y Repatanas, Danzantes y Danzantas. Albahaca, torta y vino.
Más gente que nunca al ser sábado por la tarde. Todos en desfile hacia la iglesia y las primeras albadas serenan los oídos castigados por los ensordecedores disparos.
Atardece y la luz, como cada año, perfecta para hacer unas estupendas fotos.
Y los trabucos (véase la foto que le hecho a Manolo) sembrando el espanto para recibir con todo el ruido posible a los gaiteros. Repatanes y Repatanas, Danzantes y Danzantas. Albahaca, torta y vino.
Más gente que nunca al ser sábado por la tarde. Todos en desfile hacia la iglesia y las primeras albadas serenan los oídos castigados por los ensordecedores disparos.
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