Hace unos meses se supo que en Argentina, las propias autoridades económicas habían ordenado alterar el IPC (Índice de precios al consumo) y falsearlo. El objetivo era reducir su valor, para registrar así menos inflación y reducir el coste de la financiación externa de la deuda. A más inflación, mayor tipo de interés a pagar. Por lo tanto era un buen negocio falsear el dato. Pero los pillaron. No sé como.
La verdad es que si pensamos como se llega a calcular este famoso índice, nos puede entrar un inmenso mareo, porque, la verdad, se adivina difícil de calcular este numerito.
En primer lugar esta la composición. ¿Qué es lo que consumimos? Opino que es de una dificultad terrible definir que es lo que compramos los españoles y ponderarla esta cesta de productos correctamente. ¿Qué productos ponemos? ¿Qué peso les damos? ¿Seguimos incluyendo los carretes de fotos clásicos? ¿Y los televisores antiguos? Y un largo etc. ¿Quién establece el criterio con que se decide que consumen exactamente los españoles?
En segundo lugar está la dificultad de registrar los precios. ¿Quién proporciona los precios?¿De dónde se obtienen? También se vende a través de Internet, ¿no?. ¿Cuánto se vende a través de este canal? ¿A que precios?¿Cómo se localizan todos los puntos de venta?¿Son representativos los que considera el Instituto Nacional de Estadística?¿Cómo se distribuyen los puntos de venta que se consideran en la muestra estadística del INE con una amplia y diversa geografía como la Española?
En tercer lugar. ¿Cuánto tiempo pasa entre que se registra la variación del precio y lo computan? ¿Cómo influyen los lags en el tiempo?
Con todas estas preguntas es obvio intuir que el cálculo del IPC tiene una complejidad tremenda. Y lo que es complejo es fácilmente manipulable. O fácilmente incorrecto.Yo siempre he hecho una pregunta que nadie me contesta: ¿quién supervisa, audita y comprueba que estos cálculos se efectúen correctamente? Creo tener la respuesta: nadie.
Recuerdo que ya hace muchos años se descubrió que el registro en el IPC del precio del coste del transporte en tren se hacia a través del precio del billete de un trayecto como Madrid-Aranjuez (a lo mejor era otro, pero es indiferente). RENFE no subía nunca el precio de este trayecto y así su impacto en el cálculo del IPC era nulo. Naturalmente subían los precios de todos los demás trayectos. He aquí un método sencillo para manipular.
Otro (hablo de otros tiempos) era la importación en masa de productos cuyo precio subía: por ejemplo se importaban pollos para reducir el coste de este producto, que había subido en demasía.
Naturalmente los que obraban así eran unos perfectos catetos económicos. No hay inflación porque suban unos determinados productos, sino que la inflación se manifiesta a través de determinados productos. Si hay inflación, si se tapa la olla hirviendo de un producto, el vapor sale por otra.
A la vista de lo que nuestros bolsillos están registrando en los últimos años, no hay nadie a estas alturas que no piense que nos la están dando con queso. La creación del Euro ha sido algo realmente maravilloso para los Estados que forman parte de él.
Ya sabemos que la inflación es un impuesto. El más vil de los impuestos. Gracias a él se reducen las rentas del trabajo, también las pensiones de los jubilados, se aumenta la presión fiscal (no se corrigen las tablas del IRPF, ni se hace en el momento correcto) y el pago de intereses supone una pérdida continúa de valor para el ahorrador, ya que los tipos de interés están por debajo de la inflación real (no la que nos dicen) y por lo tanto su dinero pierde valor.
Es increíble el silencio que se ha mantenido durante años sobre esta manipulación, aunque hace pocos días quede gratamente sorprendido al ver que, nada más y nada menos que el Presidente de Francia, Sarkozy, denunciaba la pérdida de poder adquisitivo debida al Euro. Ya es algo reconocer que los mindundis cada vez ganan menos.
Pero lo que mas me ha sorprendido es leer en Blogs americanos la denuncia de que en EEUU está ocurriendo lo mismo. Lo que nota el bolsillo de la gente no tiene nada que ver con el IPC que se publica. Se está ocultando la realidad de que se está desbocando la inflación. Y más que se va a desbocar debido a las medidas recientes de bajar los tipos de interés para reactivar la economía, sin olvidar la inflación que está registrando China, principal proveedor de EEUU, y la devaluación del dólar que encarece todo lo que compran en EEUU.
Lo más divertido es que el americano que denuncia esta situación se queja de lo mismo que explicaba de la RENFE. El IPC dice que ha bajado el coste del transporte en tren y él está pagando un 8% más. Milagros de la economía.
La verdad es que si pensamos como se llega a calcular este famoso índice, nos puede entrar un inmenso mareo, porque, la verdad, se adivina difícil de calcular este numerito.
En primer lugar esta la composición. ¿Qué es lo que consumimos? Opino que es de una dificultad terrible definir que es lo que compramos los españoles y ponderarla esta cesta de productos correctamente. ¿Qué productos ponemos? ¿Qué peso les damos? ¿Seguimos incluyendo los carretes de fotos clásicos? ¿Y los televisores antiguos? Y un largo etc. ¿Quién establece el criterio con que se decide que consumen exactamente los españoles?
En segundo lugar está la dificultad de registrar los precios. ¿Quién proporciona los precios?¿De dónde se obtienen? También se vende a través de Internet, ¿no?. ¿Cuánto se vende a través de este canal? ¿A que precios?¿Cómo se localizan todos los puntos de venta?¿Son representativos los que considera el Instituto Nacional de Estadística?¿Cómo se distribuyen los puntos de venta que se consideran en la muestra estadística del INE con una amplia y diversa geografía como la Española?
En tercer lugar. ¿Cuánto tiempo pasa entre que se registra la variación del precio y lo computan? ¿Cómo influyen los lags en el tiempo?
Con todas estas preguntas es obvio intuir que el cálculo del IPC tiene una complejidad tremenda. Y lo que es complejo es fácilmente manipulable. O fácilmente incorrecto.Yo siempre he hecho una pregunta que nadie me contesta: ¿quién supervisa, audita y comprueba que estos cálculos se efectúen correctamente? Creo tener la respuesta: nadie.
Recuerdo que ya hace muchos años se descubrió que el registro en el IPC del precio del coste del transporte en tren se hacia a través del precio del billete de un trayecto como Madrid-Aranjuez (a lo mejor era otro, pero es indiferente). RENFE no subía nunca el precio de este trayecto y así su impacto en el cálculo del IPC era nulo. Naturalmente subían los precios de todos los demás trayectos. He aquí un método sencillo para manipular.
Otro (hablo de otros tiempos) era la importación en masa de productos cuyo precio subía: por ejemplo se importaban pollos para reducir el coste de este producto, que había subido en demasía.
Naturalmente los que obraban así eran unos perfectos catetos económicos. No hay inflación porque suban unos determinados productos, sino que la inflación se manifiesta a través de determinados productos. Si hay inflación, si se tapa la olla hirviendo de un producto, el vapor sale por otra.
A la vista de lo que nuestros bolsillos están registrando en los últimos años, no hay nadie a estas alturas que no piense que nos la están dando con queso. La creación del Euro ha sido algo realmente maravilloso para los Estados que forman parte de él.
Ya sabemos que la inflación es un impuesto. El más vil de los impuestos. Gracias a él se reducen las rentas del trabajo, también las pensiones de los jubilados, se aumenta la presión fiscal (no se corrigen las tablas del IRPF, ni se hace en el momento correcto) y el pago de intereses supone una pérdida continúa de valor para el ahorrador, ya que los tipos de interés están por debajo de la inflación real (no la que nos dicen) y por lo tanto su dinero pierde valor.
Es increíble el silencio que se ha mantenido durante años sobre esta manipulación, aunque hace pocos días quede gratamente sorprendido al ver que, nada más y nada menos que el Presidente de Francia, Sarkozy, denunciaba la pérdida de poder adquisitivo debida al Euro. Ya es algo reconocer que los mindundis cada vez ganan menos.
Pero lo que mas me ha sorprendido es leer en Blogs americanos la denuncia de que en EEUU está ocurriendo lo mismo. Lo que nota el bolsillo de la gente no tiene nada que ver con el IPC que se publica. Se está ocultando la realidad de que se está desbocando la inflación. Y más que se va a desbocar debido a las medidas recientes de bajar los tipos de interés para reactivar la economía, sin olvidar la inflación que está registrando China, principal proveedor de EEUU, y la devaluación del dólar que encarece todo lo que compran en EEUU.
Lo más divertido es que el americano que denuncia esta situación se queja de lo mismo que explicaba de la RENFE. El IPC dice que ha bajado el coste del transporte en tren y él está pagando un 8% más. Milagros de la economía.
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