En Madrid se pueden hacer cosas muy interesantes, como comprarte una bandera de "Ejpaña" con torito incluido o comerte un bocata de calamares.
Pero a pesar de estas opciones tan atractivas (aún hay más de este tipo) siempre prefiero irme al Thyssen (me queda muy cerca), que tiene un poquito de todo y en poco rato se puede hacer un recorrido por la pintura moderna con alto valor sensorial.
Actualmente hay dos exposiciones temporales y una de ellas la visité a pesar de disponer de poco tiempo (las exposiciones temporales y la tienda cierran a las 23 h.): "De Cranach a Monet". Hay un cuadro que es una auténtica joya: La Caridad, pintado por Lucas Cranach, El Viejo.
Desde hace años mis preferencias últimamente se centran en el Expresionismo (en Berlín tuve la posibilidad de ver la exposición "Die Brücke" donde está lo mejor de este grupo de pintores).
La señora baronesa Thyssen, siempre muy bien asesorada, compró en su día bastantes cuadros de Nolde, Kirchner, Schmidt-Rottluff, Mueller, Feininger, Hecker, Kandinsky (mi preferido, pero no en toda su obra), Otto Dix, Pechstein, etc. De este último pintor el museo tiene tres cuadros: La feria de los caballos (1910), Los bañistas y La Casa en Kuhrische Nehrung (1909). Me detuve un buen rato examinando este cuadro, muy especial en su colorido y en la pincelada.
La Casa en la Kuhrische Nehrung es una de las excepcionales obras que Max Pechstein pintó en el verano de 1909 durante su primera estancia en Nidden. Gracias a la venta inesperada de un cuadro en la Frühjahrs-Ausstellung de la Berliner Secession, obtuvo el dinero para poder viajar por primera vez al mar y dedicarse a su actividad creativa con entera libertad durante todo un verano. Del mismo modo que sus colegas Karl Schmidt-Rottluff y Erich Heckel, del grupo Brücke, habían descubierto en 1907 el apartado pueblo de Dangast en la costa del mar del Norte, también Pechstein buscaba un lugar solitario en el que poder trabajar sin ser molestado. Su elección recayó sobre Nidden, en la Kuhrische Nehrung, en Prusia Oriental (actualmente Lituania).
Pechstein es un artista que capta las formas con generosidad y maestría. Los colores, potenciados por los contrastes, alcanzan su máxima intensidad lumínica; adquieren una función determinante en la composición, al integrar en una unidad el primer plano y el fondo. Se percibe de manera evidente la influencia del fauvismo, que Pechstein había estudiado en París. Los golpes de pincel, antes compactos, son más sueltos y dan paso a una forma de expresión más libre, que actúa a través de manchas de color.
Pechstein crea un estilo que podemos calificar de fauve-expresionismo que me encanta. Logra una expresión ligera y liviana, que rara vez se halla en el arte alemán.
¡Cuantas horas me pasaría en el Thyssen (y en su tienda, que es una tentación).
En esta visita ya he empezado a apreciar el tema de la luz en la pintura.
El museo tiene una terraza estupenda donde se puede tomar una copa y disfrutar de la lectura de los libros recién comprados. Cayeron cuatro gotas y me tuve que cambiar de sitio. El bar del museo, muy amablemente, no me cobró la consumición por las molestias del cambio. Es que son señores.
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