domingo, septiembre 09, 2012

Télégraphe (1.566 m.) y Galibier (2.645 m.)

Al Galibier se puede subir por el Norte desde St-Michel-de-Maurienne (que está a 718 m. de altitud), lo que supone ascender primero el puerto del Télégraphe (un primera categoría), bajar a la estación de Valloire y a continuación emprender la subida al Galibier, un “hors categorie”. Naturalmente al regresar hay que subir además este tramo que hemos bajado desde el Télégraphe hasta la estación de esquí de Valloire.

Por el sur también hay que subir primero el Col del Lautaret y después emprender la subida del Galibier. Una ascensión más larga y por lo tanto con pendientes más aligeradas dentro de lo que cabe, aunque, por ejemplo, el último kilómetro es más duro, ya que tiene un 12%.

Nos fuimos con el coche desde St-Jean hasta St-Michel, que está muy cerca, y aparcamos cuando empieza el puerto, justo bajo el paso de la autopista, donde hay un pequeño aparcamiento enfrente a un bar.

Considerando lo que venía después, el Télégraphe se vuelve una ascensión cómoda (un 7% de promedio ya nos parecía cómodo). Carretera ancha, tráfico aceptable, buen piso y lazadas que suavizan lo que la vista nos deja ver al empezar. Nada más ganar un poco de altura veremos en lo alto del bosque que tenemos enfrente, muy arriba, unas antenas encima de una pared de cemento. Pues bien, allí hemos de ir a parar, pero tranquilos, la carretera efectúa primero una excursión hacia la izquierda, para volver, una vez casi arriba, hacia la derecha, alcanzando ya en ese momento el collado.

856 m. desnivel, una media del 7,3%, y 11,8 km. y a partir de ahí 150 m. de bajada aproximadamente hasta Valloire. Reavituallamiento en el collado y foto que me piden dos alemanas que demostraron más arriba estar potentes.

En Valloire (1.445 m. de altitud, con un telecabina operativo en verano para llevar bicis de las de descenso por pistas de esquí con un descenso brutal) mismo empieza el Galibier (hay un hito rojo con todos los datos de lo que le espera al ciclista y que sirve para que los fieras cronometren su ascensión). Tomamos agua frente a unos lavabos que hay en un aparcamiento destinado a la gente que va a hacer una vía ferrata que esta casi dentro del pueblo y nos fuimos para arriba.

El Galibier es un puerto que se abrió en 1890. Inicialmente no existía el collado, ya que se pasaba por el túnel (hasta 1976). Fue en esta fecha cuando se construyó el paso por el collado. Un kilómetro de fuerte pendiente. Ahora el túnel vuelve a funcionar y hay semáforo para dar paso alternativo, ya que es muy estrecho. El paso a las bicis está prohibido (y no creo que a ningún ciclista que llegue hasta aquí se le ocurra no pasar por el collado).

La parte baja del Galibier, aún cómoda, nos dio ánimos para seguir adelante. Cruzamos un campo de golf, ridículo, de seis agujeros, en un tramo llano y de vez en cuando íbamos ganando altura, como ocurrió cuando llegamos a un sitio donde pequeñas avionetas pasaban rozando nuestros cascos. Pues bien, en pleno Galibier hay un pequeño aeropuerto en un casi-llano. Parece increíble que pueda existir una pista en tan pequeño espacio, claro que es al estilo Lukla, o sea acaba en pared, con pista corta y en pendiente.

A partir de aquí y hasta Plan Lachat (1.960 m.) vino el tramo para mí más pesado, interminable y nada bonito, ya que la carretera va siguiendo el valle sin lazadas. Estos tramos dan la sensación de que no suben, pero las piernas nos dicen que vamos siempre por encima del 8%.

Hasta que llegamos al final de este feo tramo y entramos ya en “plena faena”. Estamos en Plan Lachat, un pequeño llano donde hay dos antiguas cabañas de piedra habilitadas como bar-restaurante. Nos paramos en la primera y como unos motards se estaban poniendo las botas, nos entró un hambre canina y decidimos pedir una omelette a la que me invitó Roberto y que seguro que es la tortilla más cara que ha pagado en su vida.

Del Plan Lachat la carretera salía antiguamente al 14%. Ahora una gran lazada rebaja el perfil (menos mal). Parece mentira como reponer fuerzas cambia el pedaleo. Si bien empiezan fuertes lazadas en los primeros ocho kilómetros que nos faltan para llegar, el pedaleo fluye y al ganar altura de forma espectacular y ver como tenemos las cumbres cercanas cada vez más próximas los ánimos eran excelentes y disfrutaba a lo grande.

Pasamos por las últimas cabañas de pastores (Granjas du Galibier) y dejamos atrás el monumento al gran Pantani. Moteros no faltaban. Zum-zum-zum. Un divertido juego era acertar el número de elementos de la manada una vez pasaba el primero. Son como una plaga alpina y casi todos ellos alemanes. Por cierto, ¿se enteran de algo? Imposible acordarse de nada a esa velocidad. Solo deben acordarse de las cervezas, que no deben faltar, vistas las barriguitas que sostienen muchas motos.

Y dale que te pego llegamos al túnel que pasa bajo el collado. Queda aquí sólo un kilómetro, eso sí, espectacular, al menos visto desde abajo. Un kilómetro con el collado cien metros más arriba. O sea 10%.

¡Que alegrón llegar al Galibier! Casi ni me lo creía. Allí mismo enfrente tenía La Meije y un poco a la izquierda los Ecrins, aunque un poco tapados por nubes. También se veía el monumento a Henri Desgrange que hay por la otra vertiente al salir del túnel.

Seguíamos pillando unos días inmejorables, con sol y sin viento. Subimos sin tener que abrigarnos y para bajar fue suficiente con los manguitos y el cortavientos.

Un rato disfrutando del momento en esta mezcla tan divertida que se produce en lo alto de los collados: ciclistas, moteros, coches, y mil lenguas diferentes.

Y un recuerdo para los ciclistas españoles que dejaron aquí su huella, especialmente Bahamontes en 1954 y 1964, y Julio Jiménez en 1966 y 1967. También Ocaña en 1973 y López-Carril en 1977, sin olvidar a Pedro Muñoz en 1987 y Arrieta en 1999. Por lo tanto el Galibier habla español y mucho.

Lástima que el descenso no pueda ser de una tirada, ya que en Valloire hay que volver a darle a los pedales. Nos sacamos toda la ropa de abrigo que llevábamos al bajar y le volvimos a dar al pedal. El descenso del Télégraphe fue majestuoso con un firme excelente y una ancha carretera (que está abierta todo el año).

Galibier desde Valloire: 18,1 km. con una pendiente media del 6,9% (máxima 10%) y desnivel de 1.245 m.

Datos totales del Galibier desde el Norte: 34,8 km., desnivel de 2.120 m. (a lo que hay que añadir los 150 m. al regreso) con una media del 6,1%.

Otras fotos y datos del Galibier

 Algo de historia

Fotos:
Arriba, en el col.
Abajo:
1-2. Subida del Télégraphe. En la segunda foto pueden verse las antenas en lo alto del bosque.
3. ¡Ya solo queda 1 km. para el col! Excelentes hitos que jalonan todos los puertos de la Saboya.
4-5. En el Télégraphe.
6. Hito para cronometrar la ascensión. Aquí empieza el Galibier.
7. Primeros metros de ascensión al Galibier frente a la ferrata.
8-10. El monótono recorrido hasta Plan Lachat. En la tercera foto, la potente chica alemana que citaba antes.
11. Roberto en la cabaña de Plan Lachat.
12. Panorama. Plan Lachat visto desde lo alto de las primeras lazadas.
13. Monumento a Pantani en las Granjas del Galibier.
14. Panorama (hacia arriba) desde las Granjas.
15. Tramo ya pasadas las Granjas. Pueden verse las papeleras que han dispuesto para que los ciclistas no dejen los arcenes plagados de los chupitos energéticos.
16. Túnel. Ya solo falta un km.
17. Panorama desde el túnel, con la subida final.
18. Detalle de las lazadas finales.
19. Panorama de este tramo desde arriba.
20. Roberto llegando al col bajo la observancia de dos moteros.
21. ¡Mami, siamo al Galibieriiiiii!
22. Con la Meije a la vista.
23. Panorama. Roberto en el col.
24. Panorama de los Ecrins y de la Meije.
25. Altimetría, con los tres tramos.
26. Mapa.
27-30. Recorrido basado en mi track con las tres partes. Hay uno con el detalle del tramo del aeropuerto.

 
 
 
 

Y un libro excelente sobre el Galibier ("Sommet des Guerriers") y el Tour, que he ido leyendo este verano.




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