Lo escribí en el 2008 (1 y 2): tomar un préstamo en moneda
extranjera, sea cual sea esta, es un gran riesgo. Si además se trata de un préstamo
hipotecario el riesgo aún es más elevado ya que los plazos del préstamo suelen ser largos y
en períodos dilatados de tiempo las divisas fluctuarán con toda seguridad.
Justo antes del inicio de esta crisis a los iluminados
talibanes que nos gobiernan sólo se les ocurrió subir los tipos de interés del
euro, lo que llevaba a diferenciales notables con el tipo de interés del yen y
del franco suizo. Y rápidamente los listillos de ambos bandos (los bancos y los
suscriptores de hipotecas) se apuntaron a las hipotecas suscritas en esas
monedas.
¡Tontos!, decían por la red. Mientras estáis firmando
hipotecas al 4 y 5%, nosotros los listillos las firmamos al 1%. ¡Menudo ahorro!
Los que firmaron hipotecas en yenes pringaron pronto y ahora
acaban de pringar los que las firmaron en francos suizos. Y todo eso ahora,
además, para mayor burla, con tipos de interés bajos en el euro.
Después de la revaluación del franco suizo esta semana, las
hipotecas de esta gente han aumentado un 14%. Además de comprar el piso en la
cresta de la ola, ahora encima aún tienen que pagar mucho más y por lo tanto el coste
de la vivienda que acabarán pagando no tendrá nada que ver con su valor de
mercado.
¡Listos, más que listos! Menuda pringada. Se piensa la gente
que siempre es verano.
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