Hace apenas un par de días, el polaco Bielecki (el mismo que conquistó hace un año en
invierno el Gasherbrum I) y tres de sus compatriotas conquistaron por vez
primera el Broad Peak (8.047 m.) en invierno, apuntando ya hacia la conquista de los
dos últimos ochomiles vírgenes en invierno: Nanga Parbat y K 2.
La odisea ha salido cara ya que de los cuatro ascensionistas, dos no
regresaron. Alcanzaron la cumbre muy tarde y al anochecer tuvieron que dormir a
pelo a -35 grados, lo que significa dormir toda la eternidad.
Los polacos llegaron al Himalayismo cuando ya todo estaba hecho, salvo
conquistar las cumbres en invierno y hacer vías de alto riesgo. A ambas cosas
se aplicaron en los 80 y es que esto, además, les proporcionaba subvenciones y
un modo de vida.
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