De un tirón me he leído el libro de Edurne sobre su logro histórico de ascender las catorce cumbres de ocho mil metros. Y así se titula el libro: Catorce veces ocho mil.
Interesante el libro por muchos motivos. Al contrario de muchos de estos libros, que leído uno leído todos, el de Edurne profundiza en sus motivaciones y en su persona. Y nos descubre unos conflictos personales que nadie sospechaba.
Además de este libro me he comprado el editado por Endesa (titulado ¡Cumbre!), una de las empresas que ha permitido que Edurne acometiera el proyecto de los catorce. Este libro esta orientado a las imágenes, espectaculares, como no puede ser de otra forma en estas montañas de tamaño monstruoso e incluye un DVD con el programa que Al filo de lo imposible de TVE emitió al alcanzar Edurne la última cumbre, el Shisha Pangma. No lo vi en su momento y lo encuentro excelente, ya que toma como guión del relato de sus catorce ascensiones los problemas que acompañan a toda persona que decide asumir el tipo de vida al que obliga estar permanentemente de expedición, lejos del “mundo normal”. Y entrecomillo lo de normal, porque a lo mejor este mundo de sofá y Tele es el anormal.
Quedan claros los problemas que ha tenido que afrontar de forma importante Edurne y que no son los que supuestamente conocemos, es decir la dureza de ascender estas cumbres y el riesgo inherente. Y es que hay otros tipos de problemas. En el caso de Edurne el problema del padre, el problema del modo de vida (renunciando a seguir en el negocio familiar) y sus consecuencias en cuanto a las relaciones de pareja. Queda claro que se renuncia a mucho y esto, cual gota malaya, tiene sus consecuencias, que en el caso de Edurne llevaron a un intento de suicidio, cuando llevaba ya bastantes éxitos en el Himalaya.
Edurne estaba entonces viviendo en Barcelona ya que realizaba un MBA en Esade (es ingeniera técnica industrial). Sola, lejos de las montañas y de un estilo de vida que ama, la depresión la fue aniquilando, hasta tocar fondo.
Tal como puede comprobarse en el video y en el libro, Edurne no ha resuelto, creo yo, el conflicto básico: ¿le proporcionará la montaña un medio de vida seguro? Cuando se está en el paro la decisión es fácil. Cuando se renuncia a seguir un negocio familiar, con lo que supone de choque con los intereses de la familia, el tema es muy complicado.
Ignoraba que Edurne había hecho todas sus ascensiones sin oxígeno, excepto el Everest. Como ya hemos sabido estos días, Edurne ha estado en el Everest este mes intentado realizar de nuevo esta ascensión sin oxígeno (ver blog, con vídeos muy muy interesantes). Complicaciones en sus acompañantes la obligaron a abandonar y una vez en el campo base apareció el lío de Pauner (este hombre acabará sus días en una de sus ascensiones) en el Lothse y como el recorrido es común en su parte baja Edurne se fue a echar una mano a sus colegas (ver su blog).
Por lo tanto mucho más mérito para lo que ha hecho. Ahora entiendo como en el K2 pasó por un momento crítico (al igual que a Oiarzábal, que lo salvó Ferrán Latorre, que lo localizó en medio de la noche gracias a que Juanito llevaba reflectantes en la ropa), resuelto gracias a que le subieron oxígeno desde campamentos inferiores. Ambos perdieron dedos de los pies. En el caso de Oiarzábal todos, pero ahí está de nuevo (es la persona en el planeta que más veces ha subido a los ocho miles), ahora subiendo al Lothse.
Después de leer el libro me he quedado prendado con esta mujer. Una historia de superación personal que aún sigue, esfuerzos, sacrificios, entrenamiento, dedicación, fortaleza mental… y los agujeros que hay en esta fortaleza que es materia necesaria para acometer estos retos.
Edurne no esconde el tema de la muerte, tan presente en este tipo de ascensiones. Lo sorprendente es leer que lo más duro le ocurrió en el Pirineo, durante el invierno (2007), período en que no se acometen cumbres en el Himalaya. Se juntaron los amigos de siempre y se fueron para la norte del Taillón. Edurne iba en una primera cordada con su primo Asier, tan importante en su vida. Y detrás, en otra cordada, los otros tres amiguetes, que parece ser iban en ensamble. De repente desaparecieron de su vista y en una enorme caída fallecieron los tres. La prensa, en la que recuerdo haber leído en su día la noticia, nunca comentó que Edurne estaba en esta ascensión.
Naturalmente para algunos todo esto no tiene sentido. Los que amamos la montaña podemos entender todo esto perfectamente. Bravo, una vez más, Edurne.
Una entrevista
Interesante el libro por muchos motivos. Al contrario de muchos de estos libros, que leído uno leído todos, el de Edurne profundiza en sus motivaciones y en su persona. Y nos descubre unos conflictos personales que nadie sospechaba.
Además de este libro me he comprado el editado por Endesa (titulado ¡Cumbre!), una de las empresas que ha permitido que Edurne acometiera el proyecto de los catorce. Este libro esta orientado a las imágenes, espectaculares, como no puede ser de otra forma en estas montañas de tamaño monstruoso e incluye un DVD con el programa que Al filo de lo imposible de TVE emitió al alcanzar Edurne la última cumbre, el Shisha Pangma. No lo vi en su momento y lo encuentro excelente, ya que toma como guión del relato de sus catorce ascensiones los problemas que acompañan a toda persona que decide asumir el tipo de vida al que obliga estar permanentemente de expedición, lejos del “mundo normal”. Y entrecomillo lo de normal, porque a lo mejor este mundo de sofá y Tele es el anormal.
Quedan claros los problemas que ha tenido que afrontar de forma importante Edurne y que no son los que supuestamente conocemos, es decir la dureza de ascender estas cumbres y el riesgo inherente. Y es que hay otros tipos de problemas. En el caso de Edurne el problema del padre, el problema del modo de vida (renunciando a seguir en el negocio familiar) y sus consecuencias en cuanto a las relaciones de pareja. Queda claro que se renuncia a mucho y esto, cual gota malaya, tiene sus consecuencias, que en el caso de Edurne llevaron a un intento de suicidio, cuando llevaba ya bastantes éxitos en el Himalaya.
Edurne estaba entonces viviendo en Barcelona ya que realizaba un MBA en Esade (es ingeniera técnica industrial). Sola, lejos de las montañas y de un estilo de vida que ama, la depresión la fue aniquilando, hasta tocar fondo.
Tal como puede comprobarse en el video y en el libro, Edurne no ha resuelto, creo yo, el conflicto básico: ¿le proporcionará la montaña un medio de vida seguro? Cuando se está en el paro la decisión es fácil. Cuando se renuncia a seguir un negocio familiar, con lo que supone de choque con los intereses de la familia, el tema es muy complicado.
Ignoraba que Edurne había hecho todas sus ascensiones sin oxígeno, excepto el Everest. Como ya hemos sabido estos días, Edurne ha estado en el Everest este mes intentado realizar de nuevo esta ascensión sin oxígeno (ver blog, con vídeos muy muy interesantes). Complicaciones en sus acompañantes la obligaron a abandonar y una vez en el campo base apareció el lío de Pauner (este hombre acabará sus días en una de sus ascensiones) en el Lothse y como el recorrido es común en su parte baja Edurne se fue a echar una mano a sus colegas (ver su blog).
Por lo tanto mucho más mérito para lo que ha hecho. Ahora entiendo como en el K2 pasó por un momento crítico (al igual que a Oiarzábal, que lo salvó Ferrán Latorre, que lo localizó en medio de la noche gracias a que Juanito llevaba reflectantes en la ropa), resuelto gracias a que le subieron oxígeno desde campamentos inferiores. Ambos perdieron dedos de los pies. En el caso de Oiarzábal todos, pero ahí está de nuevo (es la persona en el planeta que más veces ha subido a los ocho miles), ahora subiendo al Lothse.
Después de leer el libro me he quedado prendado con esta mujer. Una historia de superación personal que aún sigue, esfuerzos, sacrificios, entrenamiento, dedicación, fortaleza mental… y los agujeros que hay en esta fortaleza que es materia necesaria para acometer estos retos.
Edurne no esconde el tema de la muerte, tan presente en este tipo de ascensiones. Lo sorprendente es leer que lo más duro le ocurrió en el Pirineo, durante el invierno (2007), período en que no se acometen cumbres en el Himalaya. Se juntaron los amigos de siempre y se fueron para la norte del Taillón. Edurne iba en una primera cordada con su primo Asier, tan importante en su vida. Y detrás, en otra cordada, los otros tres amiguetes, que parece ser iban en ensamble. De repente desaparecieron de su vista y en una enorme caída fallecieron los tres. La prensa, en la que recuerdo haber leído en su día la noticia, nunca comentó que Edurne estaba en esta ascensión.
Naturalmente para algunos todo esto no tiene sentido. Los que amamos la montaña podemos entender todo esto perfectamente. Bravo, una vez más, Edurne.
Una entrevista
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