La estrategia del miedo ha sido uno de los referentes políticos de los Republicanos en los EE.UU. a lo largo de la historia. Parece ser que el miedo da votos. Las amenazas exteriores que han sufrido los habitantes USA, contínuas y nunca creíbles para el resto del planeta, han sido una constante, no sólo en la vida política, sino en otras esferas, como en el cine. Naturalmente, en el cine, el enemigo ha sido siempre derrotado. Después resulta que la realidad es otra y en Irak un grupo de harapientos con cuatro fusiles tiene atrapados desde hace años a lo más granado de la infantería USA.
El libro de estilo del PP sigue a pies juntillas las líneas estratégicas de esta gente. Un ejemplo, del cual hablaré un día, es la utilización de la palabra libertad. Terrible paradoja: si alguien ha atentado contra las libertades en EE.UU. los últimos años han sido los republicanos (con el fiscal general John David Ashcroft en el papel de Torquemada).
Pues bien, en línea con esto, el PP ha decidido meter miedo en el culo a todos los catalanes. El secretario de “Libertades Públicas y Seguridad” (¡vaya cargo!) del PP, Sr. Astarloa, se vino a Barcelona para espetarnos que “los catalanes ya no pueden pasear a sus hijos por la calle”. ¡Y yo tan confiado, paseándo tranquilamente sin ser consciente del peligro que había!. No sé cómo agradecérselo. De momento he decidido no salir de casa a la espera de que regresen los tricornios (si no están de huelga). Además también dijo que el Gobierno catalán trata “mejor a los delincuentes que a las víctimas”. Iros enterando ya de que en las cárceles corre el cava y el caviar y que si eres víctima de un robo y vas a la comisaría a denunciarlo, los Mossos te van a dar en todos los morros. ¿Y los okupas? Bueno, esos ya viven como Dios. El Gobierno los llama para decirles donde están las casas vacías. Pronto vendrá nuevamente (esta es recurrente) la campaña habitual del catalán como problema, es decir que en Catalunya se persigue a los que hablan castellano, etc.
El peligro de todo esto lo explicaba de forma muy clara Jordi Sanchez en un artículo titulado Riesgos para la democracia publicado ayer en El País. Dice en el artículo que cuando este hombre viene a Catalunya y dice esto, está recurriendo a la demagogia y a la mala fe democrática. Lo mismo que cuando el PP insertó anuncios en las emisoras andaluzas en los que decía que el proyecto de Estatuto Catalán impedía el desarrollo de Andalucía. El problema para la democracia no es esta expresión de opiniones. El problema es el impacto que tiene en una cierta masa de gente que no va a comprobar si lo que se dice es verdad, aunque muchos saben que todo esto es llanamente una mentira.
El libro de estilo del PP sigue a pies juntillas las líneas estratégicas de esta gente. Un ejemplo, del cual hablaré un día, es la utilización de la palabra libertad. Terrible paradoja: si alguien ha atentado contra las libertades en EE.UU. los últimos años han sido los republicanos (con el fiscal general John David Ashcroft en el papel de Torquemada).
Pues bien, en línea con esto, el PP ha decidido meter miedo en el culo a todos los catalanes. El secretario de “Libertades Públicas y Seguridad” (¡vaya cargo!) del PP, Sr. Astarloa, se vino a Barcelona para espetarnos que “los catalanes ya no pueden pasear a sus hijos por la calle”. ¡Y yo tan confiado, paseándo tranquilamente sin ser consciente del peligro que había!. No sé cómo agradecérselo. De momento he decidido no salir de casa a la espera de que regresen los tricornios (si no están de huelga). Además también dijo que el Gobierno catalán trata “mejor a los delincuentes que a las víctimas”. Iros enterando ya de que en las cárceles corre el cava y el caviar y que si eres víctima de un robo y vas a la comisaría a denunciarlo, los Mossos te van a dar en todos los morros. ¿Y los okupas? Bueno, esos ya viven como Dios. El Gobierno los llama para decirles donde están las casas vacías. Pronto vendrá nuevamente (esta es recurrente) la campaña habitual del catalán como problema, es decir que en Catalunya se persigue a los que hablan castellano, etc.
El peligro de todo esto lo explicaba de forma muy clara Jordi Sanchez en un artículo titulado Riesgos para la democracia publicado ayer en El País. Dice en el artículo que cuando este hombre viene a Catalunya y dice esto, está recurriendo a la demagogia y a la mala fe democrática. Lo mismo que cuando el PP insertó anuncios en las emisoras andaluzas en los que decía que el proyecto de Estatuto Catalán impedía el desarrollo de Andalucía. El problema para la democracia no es esta expresión de opiniones. El problema es el impacto que tiene en una cierta masa de gente que no va a comprobar si lo que se dice es verdad, aunque muchos saben que todo esto es llanamente una mentira.
Y es que el tiempo todo se lo lleva y por ejemplo ya nadie recuerda que Aznar envió una delegación a una localidad muy cercana a Ginebra en el verano del 99 para negociar con ETA. Ahora se manifiestan contra algo que ellos hicieron. Pero ya sabemos que el PP es capaz de cambiar la historia y la realidad sin que le tiemble el pulso. El atentado del 11-M lo hizo ETA, según su realidad. Pretenden escribir la historia tal como lo hizo Franco durante 40 años. Lo que ocurría era lo que decía el régimen fascista a través de unos medios totalmente controlados. Los hijos de aquellos que durante tantos años pudieron diseñar a sus anchas la historia, no han tenido otra escuela ni han visto otra cosa y sueñan con el regreso a esos tiempos. Oíremos decir muchas sandeces en los próximos meses. Preparaos.
(La foto es del Sr. Astarloa, de profesión "sus mentiras". Tiene mérito vivir de esto. Un ejemplo para sus hijos.)
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